En el autobús

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Capítulo 1
Luego de tomar un baño, vestirme, tomar desayuno, cepillar mis dientes y cabello, salí de casa y me dirigí hacia la parada del autobús.
Me senté a esperar junto a unos escolares como yo que se encontraban ahí. Aunque sin socializar con ellos.
Nunca soy tan sociable con los demás, ya que soy algo tímida, pero cuando tomo confianza, puedo hacer lo que se me dé la gana ante los demás.
Yo creo que lo de ser tímida lo he heredado de mi abuela Flor.
Ella desde que nació hasta ser algo mayor, nunca se ha relacionado mucho con los demás. Pero ahora conversa, ríe, canta, tararea e incluso baila junto a la gente que apenas conoce. Mi abuela vive en Francia, ya que le gusta mucho y según ella, es el país más bello de todos. Este año la visitaremos de seguro.
-Sube rápido, niña.
Anunció una voz masculina algo molesta.
Vaya! Ha llegado el autobús y ni siquiera me he dado cuenta.
Subí tres escalones y ya estaba arriba.
Me paseé por el pasillo, pero todos los asientos estaban ocupados, así que no tuve más opción que ir hasta el fondo.
En el fondo habían dos asientos desocupados, y eran los únicos. Así que sin pensarlo dos veces me senté al rincón mirando a través de la ventana.
Después de un tiempo, subieron muchas personas, pero no sentía a nadie sentarse a mi lado.
Que bien, prefería estar sola por un tiempo observando el exterior del hermoso Chile.
Miré unos cinco minutos por la ventana y luego me giré para poder mirar al interior del autobús.
Pero al voltearme me di cuenta de que alguien se había sentado junto a mí.
¿Cómo no lo sentí?
Al percatarme de su compañía, abrí los ojos como platos, ya que estaba a muy poca distancia de mí.
Por lo general soy tímida, pero esta vez se me ocurrió saludar.
-Oh, emm... ¡Hola!
Me miró extrañado, casi interrogándome cuál era el motivo de saludarlo sin conocerlo.
-Hola, linda.
¿Me llamó linda? ¿A mí?
Me sonrojé, guardé silencio y continué mi observación hacia el exterior.
No hablamos por mucho tiempo, hasta que él acabó con el silencio.
-Emm...sé que es extraño, pero he ido casi toda mi vida en el colegio "James", siempre me voy en autobús hacia allá y no te había visto antes, ¿Alguna idea del porqué?
Me quedé pensativa,reí recordando cosas, hasta que luego respondí sonriente.
-Viví en Brooklyn 10 años.
Puso expresión de comprenderme, bajó la mirada y sonrió.
Los hoyuelos se hundían en sus mejillas cuando el chico sonreía, haciendo ver su rostro aún más bello.
-Quisiera saber tu nombre.
Repuse reiniciando la conversación.
-Philip. Philip Smeeze. Dejo que las personas que me agradan me llamen "Phil".-Contestó.
Fue mi turno de sonreír.
-¿Yo te agrado?
- Si no me agradaras no estaría hablando contigo.
Hicimos una breve pausa y reinicié la agradable conversación.
-Yo soy Eyvee. Eyvee Hernandez.
Abrió sus ojos más aún para decir:
-Vaya, tu nombre es tan bello como tú.
Sentí como mi rostro se sonrojaba.
-Gra...
Iba a responderle a Phil, pero mi cabeza se inclinó hacia adelante bruscamente. Mi cuello se dobló haciendo un desagradable ruido y Philip calló al piso del autobús fuertemente.
-P...Philip...Estás bien?
Atiné a preguntar atemorizada sin entender lo que sucedía, aunque la respuesta de mi pregunta fuera muy obvia, como "Estoy pésimo, me he golpeado muy fuerte en el piso'', yo sabía que él respondería que está en perfecto estado aunque así no lo fuera.
Puso una mueca de dolor y agregó:
-C...c...creo que estoy bien.
Me tiré al suelo rápidamente para intentar ayudarlo a ponerse de pie, pero el conductor del autobús lanzó un grito.
-¡EVACÚEN, NO SE QUEDEN PARADOS! ¡¿NO VEN QUE NOS HEMOS ESTRELLADO CONTRA UN ÁRBOL?!
-S...s...sa...sálvate tú. Yo...yo veré cómo me las arreglo.-Repuso tratando de verse independiente.
-Ja, claro que no, Phil. Si puedo ayudarte lo haré sea como sea, pero no te dejaré tumbado aquí. Así que toma mi mano, intenta ponerte de pie y yo te llevaré fuera de peligro.
Hizo una expresión de no estar de acuerdo, pero de todas formas obedeció.
Se puso de pie firmemente, coloqué su brazo tras mi espalda y bajamos los escalones del vehículo con cuidado.
Cuando estábamos abajo, nos quedamos ahí un buen tiempo, pero recordé que me había dejado la mochila y subí corriendo al autobús.
Tomé la mochila y bajé un escalón. Solo uno, porque una mano cogió mi brazo impidiéndome bajar.
- Phil, basta ya!-Alegué riendo a carcajadas, pero recordé que Phil podía estar herido allá abajo y mi sonrisa desapareció.
-¿Phil?-Exclamó sin comprender- Soy Sophie.
Y sonrió.
-Me llamo Eyvee, mucho gusto.
Fue mi turno de sonreír.
-Oh, claro, claro. Emm... ¿Por qué razón no te había visto antes por estos lados?-Dudó.
-Viví en Brooklyn 10 años.
Bajamos del autobús saltando y comenzamos a caminar hacia el colegio "James".



EyveeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora