Capítulo 4

2.4K 249 39
                                    

Pov Dominik

Teníamos algo en común, después de todo, ella tampoco parecía tener mucha práctica. Si le rechazaba creía sería capaz de echarse a llorar, pero tampoco quería tenerla en mi vida aunque muy dentro de mi pensara lo contrario.

- No voy a hacerlo, ya lo he decidido. No me hagas esto – hablé entre dientes, me lo decía más a mí mismo que a ella, y es que esto era frustrante

- No eres el único que se siente solo a veces – alzó la vista - podría ayudarte, enseñarte a no hacerles mucho caso a todos ellos

- No necesito tu ayuda, esto es ridículo. Vamos, sal de ahí

Por mucho que evitara tocarla, no había de otra si quería que se moviera de la puerta. La tomé del brazo tratando de hacerla a un lado, pero me tomó de la chaqueta y abrazó a mi pecho haciendo que casi resbalara

- Oye tú...

- Por favor, no creo que pueda vivir sabiendo que pude evitarlo – dijo cerrando fuertemente los ojos – puede que sea estúpido, pero me agradas a pesar de que tu carácter sea algo duro. No eres tan malo como parece

Yo debía de haberle alejado, pero se agarre era bastante fuerte y mi fuerza de voluntad se estaba yendo por el desagüe de tan solo verle haciendo esfuerzos porque me quedara. Admito que era algo conmovedor, sobre todo porque nunca nadie me había pedido estar a su lado con tanta insistencia. No creía que fuera a ser de mucha ayuda, pero eso no parecía importarle

- No voy a cambiar nada con quedarme – insistí

- Si lo haces, al menos para mí – dijo animándose a mirarme – seamos amigos, Dominik. Te aseguro que no estará solo otra vez

Tenía una mirada entremezclada con suplica y determinación, y pude apreciar que sus ojos eran de color chocolate, cuando menos lo supe, me había atrapado en lo que sea que estuviera planeando.

- Tú...no puedo creer que vaya a hacer esto, es de niños – me quejé – bien, soy tu amigo – solté de mala gana

- ¿Te quedarás? - me vio con sus ojos más iluminados que antes

- No he dicho eso, tu querías ser mi amiga, y he aceptado – traté de escaquearme del tema, no podía prometer que volvería de verdad

- Eso es suficiente, te visitaré después de la escuela. Y podría llevarte todos los apuntes así no te retrasaras y....

Sin duda el que hubiese acepta la distrajo de no dejarme ir, quizá daba por sentado que me volvería a ver. Pronto ambos ya estábamos fuera del instituto, todos se habían ido y yo tenía que volver a casa antes de que mis padres supieran que me había ido. Necesitaba entrar a suicide room y hablar con Sylvia

- Bien, nos vemos pronto – me sonrió

- Quizás – me encogí de hombros, pero ella pareció pensar que estaba bromeando

Me estrujo en un abrazo de nuevo y me sentí culpable por mentirle, esto no podía ser verdad. Necesitaba volver a casa y alejarme de ella

- Debo irme – le alejé – es tarde

- Está bien, lo siento – retrocedió algo apenada

Le vi irse en dirección contraria a la mía y me puse la capucha de mi chaqueta para tomar un taxi que me llevara hasta mi casa. En todo el camino me prohibía pensar en ella, temiendo a lo que sentía cuando lo hacía, no iba a volver, por muy parecido que seamos, no tenía que volver.

Me concentré en entrar a mi habitación sin que nadie me viera y me encerré otra vez Tiré mi mochila a un costado y me quité la ropa quedando solo en ropa interior. Tomé mi laptop del escritorio e ingrese al juego, yo había tomado una decisión, ______ no podía cambiar eso.

Un dulce motivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora