Capítulo 7:

33 1 3
                                    




Entramos al restaurant criollo 'Raíces', tenía alrededor de un año sin venir. Solíamos hacerlo desde que llegué al país, luego se sumaron los primos y ya puedes saber. Creo que somos tantos que llenamos de esquina a esquina este lugar.


Lo siguiente después de entrar fue que mi olfato se deleitó del sabroso olor a sazón que allí había. Cosa que me hizo extrañar aún más mi hogar, porque es que la comida en Estados Unidos no es la misma que en cualquier país natal, claro que no, cada uno tiene su toque diferente ya sea por sus ingredientes o por ser cosechados allá.


Busco con la mirada a Martha, una señora de unos 64 años, aunque les dice a todos que tiene 50, algo bajita (digo, yo que soy verdaderamente alta me los encuentro a todos bajitos, excepto al idiota de Lucas; que ahora que me doy cuanta todavía le estoy tomando la mano, iugh), pelirroja combinada como siempre con sus labios igualmente rojizos pero que solo ella sabe llevar. Y su delantal tan blanco como las nubes, las alas de un ángel o las canas de los ancianitos (vale, soy fatal para hacer comentarios humorísticos, no me lo tiene que acordar, gracias).


Sin mucho éxito, suponiendo que Doña Martha está en la cocina, me dispongo a buscar una mesa para dos. Tomo asiento y Lucas hace lo mismo pero frente a mí, y a juzgar por su rostro está tan hambriento o quizás más que yo, es hombre y los  hombres son tragadores por excelencia. Me dedico a mirar a las personas pasar por la ventana, ninguno de los dos dice nada y es un poco incómodo. Iba a hacer el ademán de decir alguna que otra tontería (N/Becca: Enserio te amo autora mía, me estás haciendo pasar vergüenza) hasta que escucha una llamativa y conocida voz.


-¡Dios mío pero si es Rebecca, pero estas hecha toda una mujer, que preciosa! –Me dio un fuerte abrazo y haló de mis cachetes, mis grandes cachetes, Lucas reía y yo le lanzabas miradas amenazantes de vez en cuando- Oh pero que grande estás, el destino se ensaña conmigo, tienes mucho tiempo sin venir y esa cantidad te pega en tu maldito tamaño. Por favor que no se te ocurra crecer más, me hace ver mal. –Hizo un puchero la señora y ahora fue mi turno de reír.


-No tengo la culpa, además, -añadí- Mira mi acompañante, ¡casi se choca con una lámpara! –Giré a ver a Lucas que nos observaba con un rostro totalmente confuso, cosa que me hizo recordar que estábamos hablando en español y que él no iba a entender a menos que él lo hablara igual, cosa que por razones obvias no es así.


-¡Aleluya, alguien te ha ganado en algo! –exclamó mirando hacia el cielo, o el techo (bueno me callo), un poco exagerada porque yo no soy tan competitiva, bleeh, yo ruedo los ojos- Y ese lindo chico, -¡¿LINDO?! ¡¿No pudo haberle buscado otro atributo que no sea lindo?!- ¿es un pretendiente o es tu novio?


¡EL SEÑOR REPRENDA DE SER NOVIA DE SEMEJANTE COSA POR FAVOR! ¡BÚSQUENME UN BATE! Me atraganté con mi propia saliva y tosí como si no hubiese mañana, ganando la mirada de los demás clientes de recinto, tal vez la exagerada era yo :v


-Oh cariño, -Tía Martha, como normalmente le decía, me miraba con preocupación mientras me pasaba su tranquilizadora mano por la espalda y yo tomaba aire- ¿He dicho algo malo?


-Todo malo tía, nos conocemos de hoy, fue un pésimo comienzo, por consiguiente no es ni pretendiente y mucho menos un novio, algo que no seremos nunca. No nos caemos muy bien que digamos. –o tal vez sea él que no me cae del todo bien a mí.


-Ay linda, estas muy equivocada, un mal inicio no significa que tendrán un mal final. No juzgues por las apariencias, nunca te he conocido un novio y me daría gusto que sea con él. ¿No le estas mirando la cara de gatito mojado que tiene? –Miré hacia el chico que todavía parecía alarmado por la situación- No puedes predecir el futuro, me da buena química entre los dos aún con medio día de conocerse. Y quiero que me prometas que si pasa algo entre ustedes, vendrás al restaurante y dejaras que te eche en cara que te lo dije. Como les dicen a muchas parejas, del odio al amor solo hay un paso. –Sonrió.


-No estés tan confiada tía, tal vez sea cierto lo que digas o tal vez no, que espero que no. Pero nadie sabe, que sea lo que Dios quiera. Pero tía, no nos odiamos, ya eso es demasiado.


-Mejor todavía, los unirá más rápido de lo que crees.


-Creo que debemos dejar de hablar de esto, me va a doler la cabeza de tanto pensar. Y el rostro de Lucas es todo un poema por no entender absolutamente nada de lo que hablamos. –Reí con mucho mas gusto por su rostro, y me frunció el ceño, se dio cuenta de que hablábamos de él.


-Oh sí, es cierto, -Caminó hacia Lucas le dio un gran abrazo y un beso, me sentí un poco celosa del cariño con el que le trataba, desde ahí dejé de prestar atención y me centré en lo anterior que me había susurrado mi tía Martha. Y es cierto debería de dejarme de suposiciones estúpidas y ser feliz, no digo que sea con él pero ya estoy bien grandecita y quiero vivir la vida al máximo.


-¿Rebecca me estas escuchando?- Preguntó mi tía.


-Nope. Disculpa, ¿qué decías?


-Preguntaba que les gustaría de comer, este chico está muriendo de hambre, ¡míralo que flaco! –Lancé una carcajada y el rubio se sonrojó. Qué lindo, si lo dije ¿y qué?


-Pues tráenos lo mejor de la casa, y con eso me refiero a lo que pido siempre. –Sonreí- pero esta vez cárgalo con todo, tengo tanta hambre que me comería una persona de mi tamaño y quedaría con hambre. –Suspire exasperante.


-Tratándose de ti bonita, hasta con una ballena te quedas con hambre. –Rio mi tía.


-Ya basta del bullying hacia mi persona o me voy de aquí. –hice un puchero- Ya sabes lo que queremos, enserio tenemos hambre.


-Vale amor, -uno de los millones de nombres que me asigna- Vuelvo enseguida y piensa lo que se dije ¿sí?


-Asentí- Gracias tía. –La señora se retiró dejándonos a Lucas y a mí solos.


-Pueeeeeeees.... –Alargó el ojiazul.


-¿Sabes? Estuve pensando, y he llegado a la conclusión de que la vida es demasiado bella como para vivirla discutiendo con alguien. Así que, -Me aclaré la garganta- ¿Conocidos? –Extendí mi mano.


-¿Es enserio? –carcajeó el chico.


-Vale, ¿amigos, personas que ya no se llevan mal después de medio día de no soportarse o algo por el estilo?


-Amigos –Estrecho mi mano y con su genuina sonrisa pude darme cuenta de que el inicio lo fue ahora.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 15, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ni contigo, ni sin ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora