Narra Laura.
Salí de mi casa, y fuí hasta la casa de mi amiga Daniela, la cúal ya estaba lista.
-Cojo mi mochila y listo- Decía esta buscando su estuche.
Yo asentí con la cabeza, dos minutos mas tarde, salimos de casa de mi amiga Daniela.
-¿Que tál Laura? ¿sabéis algo de tu padre?- Preguntaba mi amiga Daniela.
-Ni mi madre ni yo sabemos nada desde hace dos meses, espero que no sea nada-
-Tranquila si no ya te hubiesen mandado un telegrama-
Le devolví una tierna sonrisa, ante esa situación de angustia.
Llegamos a el Instituto, era el séptimo día y yo ya tenía tres trabajos, dos exposiciones y bastantes deberes.
Mi amiga Daniela es una suertuda, al parecer su profesora es algo ancina.
Cinco minutos mas tarde cuando sonó el timbre me despedí de mi amiga ya que estaban en clases separadas, para ella es un mérito porque siempre coquetea con niños y yo la riño, siempre me dice que a sí no estaré pegada a ella como una lapa, aunque yo sé que me quiere demasiado.