Amanda's Poin Of View.
L
uego de unas semanas, todo iba excelente, pero cada vez quedaba menos tiempo y eso me aterraba. Mis padres ya lo saben, tomaron muy orgullosos la noticia, pero aún no he hablado con Justin.
Decidí contarle todo esto a él hoy, entonces, tomé el celular y marqué su número, a los dos tonos, su ronca y relajante voz, habló.
—¿Que desea la chica más hermosa? —coqueteó.
—Solo quería hablar contigo —respondí sonrojada.
—¿Como estás?
¿Como estoy? Bueno, no lo sé, no sé sí estoy bien o mal, es un extraño sentimiento.
—Bien —respondí dudosa.
—¿Segura?
—Sí, segura —afirmé.
—Bueno, ya que estamos hablando, quiero proponerte algo —murmuró.
—También te quería proponer algo —reí.
—Bien, primero yo, ¿Vale?
—Vale.
—¿Que te parece si hoy salimos? —preguntó—. Así como nuestra primera cita oficial.
Un sentimiento de culpa recorrió por mi cuerpo, el quería considerar esta salida como nuestra primera cita y yo debo darle esta horrenda noticia.
—¿Y? ¿Que dices? —siguió insistiendo.
—Sí, claro —susurré.
—¿Tú que querías decirme?
—Era lo mismo.
—¿Enserio? —rió.
—Sí.
—¿Te parece que nos juntemos a las nueve?, yo voy por ti.
—Perfecto. Te veo entonces —me despedí.
—Adiós. —finalizó la llamada.
Bien, ahora debo mentalizarme para lo que se vendrá.
(…)
Eran exactamente las nueve de la noche, estaría mintiendo si diría que estoy de lo más feliz, porque no, estoy nerviosa, triste y enojada conmigo misma.
No sé que llevo puesto, aún así, me siento cómoda. Mordía con desesperación mis uñas, me paseaba por toda mi casa, menos mal que mis padres no estaban.
El timbre suena, con los pelos de punta, voy hacia la puerta y la abro, dejándome ver a un Justin demasiado feliz, oh no.
—¡Hola, bonita! —saluda alegre y besa mi mejilla.
—Hola, Justin —intento sonreí, pero solo sale una estúpida sonrisa.
—¿Estás lista? —él no nota mi estado de ánimo y sigue contento.
—Sí.
Él, cuidadoso y tierno, toma mi mano, guiándome hacia su auto, abre la puerta del copiloto y yo entro. Él da vuelta y sube al piloto, me mira y sonríe.
Por favor, que se detenga.
Luego de unos diez minutos llegamos a su casa, no sabía que nuestra "cita" sería en su hogar. Me bajo del auto, Justin llega a mi lado y toma nuevamente mi mano, abre la puerta de su casa, y caminamos hasta una sala con poca claridad.
Suelta mi mano y va hacia una esquina, a los segundos la sala se ilumina, dejándome ver una elegante mesa bien arreglada, me sonrojé al saber que todo esto lo había hecho por mi. Toma un encendedor y comienza a encender algunas velas que se hallaban allí.
Después de unas dos horas, la cita en sí había estado excelente, la comida estaba riquísima y Justin como siempre un caballero, pero el momento más inesperado para mí, había llegado, era hora de hablar.
—Jus... —me interrumpió.
—Espera, debo decirte algo muy importante.
Mi ceño se frunció y la dudo quedó en mí, ¿Que debe decirme?
—¿Sí?
—Bueno, como tu sabes, porque anteriormente te lo dije, uh, tú-tú me gustas, de verdad me gustas —suspiró. Oh no—. Y bueno, tu me supiste valorar como un simple ser humano, no como el cantante Justin Bieber y eso te lo agradezco —tomó mi mano y la acarició—. Entonces quería saber si, ¿Me podrías dar una oportunidad?
Tragué duramente, mis manos comenzaron a sudar y mis ojos se llenaron de lágrimas, ¿Por qué justo ahora?
—Justin —sollocé—. Como me gustaría darte esa oportunidad, pero no puedo.
—¿Por que no puedes? —susurró luego de estar algunos segundos en silencio.
—Hace algunas semanas me llamaron, he ganado una beca para estudiar arte en Francia, es un sueño, Justin, pero el tendré que ir, por unos años —expliqué.
—Oh.
Fue lo único que dijo, suspiré y acerqué mi mesa a la suya, lo abracé apoyando mi cabeza en su pecho.
—También me gustas, no lo dudes, pero no creo en las relaciones a larga distancia.
—Tampoco lo hago —murmuró.
—Te quiero.—susurré levantando mi cabeza.
—También yo —dijo, para finalmente juntar nuestros labios.
No todos los finales son como cuentos de hadas, mi historia con Justin era real, que lamentablemente no pudo terminar bien, pero agradezco que se haya cruzado por mi camino.
Siempre lo recordaré.
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Y este es el epilogooooooo): sí, lamento que no haya sido feliz, pero quería hacerlo realista.
Espero que les haya justado esta corto historia, agradezco a todas las que leyeron, votaron y comentaron.
¡Las amo!
