09: Violadores.

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Cerró la puerta detrás de sí, pero ésta volvió a abrirse.

—¿Pue... puedo ir contigo? —la voz de Gabi tembló. Offenderman detuvo sus pasos— Si no estoy en casa mi hermano no se dará cuenta, y no puedo conseguir más dinero para hoy.

El adulto suspiró y asintió. Nunca antes había dejado a alguien acompañarle, pero aquel chico realmente lo necesitaba.

Lo que le sorprendió al de pelo plateado fue que aquel prostituto no llevó consigo ningún objeto personal más que su teléfono móvil. Ni siquiera el maldito cepillo de dientes.

Caminaron a paso lento hasta el coche del más mayor. El adolescente se sentó en el asiento del acompañante y se colocó el cinturón sin decir una sola palabra. El conductor encendió los motores e hizo mover el automóvil. En completo silencio estuvo conduciendo, durante un buen rato.

Offenderman se arrepintió en un instante de haberse llevado al castaño con él. Sin embargo, no iba a ser capaz de volver atrás.

Por alguna extraña razón, el instinto de Gabi le decía que no debía irse con aquel recién conocido, que podía ser peligroso. Sin embargo, su raciocinio le respondía que no podía ser peor que si se quedase en su casa y viese de nuevo a su hermano. Además, aquel hombre, por muy poco que le conociese, sabía más de él que la mayoría de las personas, así que de algún modo se sentía cercano a él.

El corazón se aceleró cuando se adentraron en una arboleda.

Ese bosque estaba a muchos kilómetros de su barrio. ¿A qué velocidad habían estado yendo para llegar tan rápido? ¿Cuánto tiempo había pasado exactamente? Sabía que no más de una hora. Pero de todos modos, por muy rápido que fuese el coche habría necesitado por lo menos el doble de tiempo para llegar. Y tampoco conocía ningún otro bosque cercano a su ciudad.

El adulto parecía seguir un sendero ya conocido, pues era un camino abierto, perfecto para atravesarlo con el auto. Tardaron poco en llegar a su destino.

El adolescente no pudo contener su sorpresa. Había una maldita mansión en medio de todos aquellos árboles. ¿Cómo era posible? Nunca había oído hablar de aquello. No era posible que nadie supiese de ese gran palacio, o que no fuese famoso.

Fue abierta la puerta del acompañante y el castaño salió, sin quitar la vista de la mansión. Offenderman le guió hasta la entrada principal, que abrió con una simple llave, y dejó que Gabi contemplara el interior asombrado.

—Teniendo tanto dinero no necesitas ir a una prostituta, si te las consigues a todas con tan solo mostrar la billetera, ¿no? —dijo el más joven sin pensar.

El salón y los pasillos estaban cubiertos de cuadros de desnudos. Todos eran mujeres.

—Puede ser —respondió encongiéndose de hombros—, pero me gusta más hacerlo por mis propios métodos más que por la cartera. De todos modos yo puedo tener todo el sexo que quiera cuando quiera.

El invitado se sentó en el mullido sofá del salón. Comenzó a hundirse bajo su peso, pero eso solo le divertía más.

—¿Cada vez con una mujer diferente? —Offenderman asintió— ¿Y qué pasa si no quieren? ¿Te buscas a otra?

Una sonrisa siniestra se posó en el hombre de cabellos plateados.

—No... Las violo.

La expresión alegre se esfumó de la cara del adolescente, para pasar a una sombría y con miedo.

UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFF

Siento no haber publicado en todo este tiempo. Estoy adicta a One Piece y he estado acabando los deberes de verano, además tampoco estaba muy inspirada para escribir, duh.

Además también empiezo el instituto mañana (socorro) así que tampoco creo que tenga el capítulo para este sábado (socorro). Además (socorro), volveré a la (socorro) escritura en (socorro) el (socorro) móvil (socorro) u.u .

Sin Luz ||Offenderman||Yaoi|| [#Creepyawards2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora