Capítulo 1

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"El invierno se acerca..."

Siempre recuerdo el lema de nuestra casa de los labios de mi padre, incluso su voz y su solemnidad vive en esas palabras.

Es cierto. Pero el invierno ya está aquí para los Stark.

Desde que mi padre, el intachable Lord Eddard Stark de Invernalia, fue ejecutado y acusado de traidor por el Rey Joffrey Lannister, la luz de nuestro castillo se apagó para siempre.

Mis hermanas, Sansa y Arya son rehenes en Desembarco del Rey. Tenemos pocas esperanzas de lograr un trato y poder recuperarlas sanas y salvas.

Mi madre, a pesar de tener todo el coraje de su casa, los Tully de Aguasdulces, se ha sumido en la depresión y lo único que quiere es vengar la muerte de su señor esposo y devolver el honor a nuestra casa, que el huargo vuelva a bailar con la brisa norteña con la misma ferocidad de los días de antaño.

Soy Lord de Invernalia y he sumado a mi causa a nuestros abanderados, logrando un enorme ejército que ha logrado vencer batalla tras batalla, asegurando nuestro avance contra Tywin Lannister y el poderío militar de Roca Casterly. He tenido suerte, lo admito. Mis aliados se han vuelto una fuerza que ha marcado la diferencia en el campo. Soy su líder. Soy el Rey en el Norte, el señor por que el cual el norte hinca su rodilla hoy. Soy el Joven Lobo que ha logrado hacer temblar a Poniente, hacer temblar al hombre más poderoso.

Pero... sigo perdiendo esta guerra.

Lord Tywin siempre va un paso delante nosotros, lo que me desanima a mis hombres, haciéndolos dudar del término de esta campaña, haciéndolos desear volver a sus hogares, estar con sus esposas y abrazar a sus hijos.

Ha llegado el momento del último golpe, pero no puedo hacerlo solo, necesito la ayuda de un ejército; un ejército que ponga fin a esta guerra, me devueva a mis hermanas y asegure la paz del Rey para todo poniente. Es la última jugada del tablero y debe ser rápida y letal, que tome por sorpresa a los Lannister y nos siente en el Trono de Hierro.

Reunidos en Aguasdulces, mi familia, mis abanderados, Los Umbers, Karstark,Mormont y Glover, convocamos a consejo para evaluar opciones y marchar hacia la victoria.

Se notaba el nerviosismo de todos. No estábamos jugando la vida en esta última batalla, era ganar o morir, las únicas opciones del juego de Tronos. Mi madre caminaba de un lado a otro cuando entré a la tienda junto a Viento Gris, mi lobo huargo y compañero fiel.

- ¿Cuáles son nuestras opciones? - lo dije en tono mandante y frío, exigiendo una repuesta a mis aliados.

Mi tío Edmure tomó la palabra.

- Renly se ha autoproclamado Rey en Alto Jardín sumando a sus fuerzas mil hombres y piensa marchar hacia Desembarco a tomar el Trono de Hierro... También está nuestro querido Stannis...-

No eran las mejores opciones. El orgullo de los Baratheons hacia imposible una alianza que beneficiara al Norte; Renly y Stannis no eran buena opción para poner fin a la guerra.. tenía que haber algo más que se pudiese hacer. Walder Frey había ofrecido sus espadas y lanzas a cambio de un matrimonio con una de las hijas de su casa. Mi madre había conseguido esa alianza a un bajo precio, y no podía negarme a tal condición; un Rey debe hacer lo que sea mejor para su pueblo. Además no sería el primer ni último matrimonio arreglado con fines políticos, podría hasta enamorarse de su prometida una vez casados. No lo sabía.

- ¿Tenemos más opciones? - Golpeando la mesa, hice énfasis en esta amarga pregunta.

Acomodándose en su asiento, el Gran Jon aclaró la gargante y dijo en voz baja, casí como un susurro.

~~La escarcha en el desierto~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora