~~La escarcha en el desierto~

Capítulo 3

Mientras nos dirigíamos a los Jardine del Agua, le comenté la situación actual del Norte al Príncipe Oberyn. Lo que sucedía en Aguas Dulces y por qué reclamamos la soberanía e independencia de mi pueblo.

Oberyn escuchaba amablemente y sólo interrumpió en contadas ocasiones para preguntar algo o mostrarse sorprendido de mis acciones. Nos compartió de su vino del verano y brindó por nosotros.

- Así que tienen Lannister prisioneros ... - hizo una pausa pensativo y agregó- Cuando lleguemos a los Jardines serás bien recibidos. Continúa tu historia y estoy seguro de que mi hermano os escuchará con atención e interés...

Brynden abrió una cortina del carruaje para encontrase con el exterior: un enorme predio multicolor, lleno de piletas en forma de animales; había fieras mantícoras, grifos e hidras imponentes. Se podían ver centenares de árboles frutales, de gruesos troncos por donde corrían niños y niñas gritando y jugando.

- Bienvenidos, hemos llegado - nos regaló una amplia sonrisa. Abrió la puerta y la figura de un guardia quedó frente a la puerta. Fuimos recibidos por la guardia y su capitán, Aero Hotah.

Aero era tan grande como el Gran Jon, de rostro severo, lleno de cicatrices y voz profunda. Ordenó a la guardia rodearnos.

- Aero, tranquilo. Os presento a Robb Stark de Invernalia, el Rey en el Norte, y su comitiva, Lord Edmure y Syr Brynden. - Aero pasó su vista por nosotros, como buscando algo - ¿Puedes escoltarnos antes mi hermano? Yo iré a saludar a mi Ellaria.

Oberyn se despidió de momento y Aero nos guió hasta las instancias de Doran Martell. La sala era enorme con un fuerte olor a incienso. El príncipe Doran estaba sentado en su trono de nogal, junto a su hija, la princesa Arianne.

Había algo en la mirada de la princesa que me intimidó sólo al contacto con la mía. Era de esas miradas que esconden más de lo que se ve a simple vista. Era joven, de tes canela y ojos avellana. Creo que me quedé en silencio mucho tiempo, porque mi tío Brynden, posó su mano en mi brazo, haciendo que reaccionara.

- Su alteza- me incliné hacia Doran- Soy Robb Stark, Rey en el Norte, Hijo de Lord Eddard de Invernalia- Doran tenía un rostro que no mostraba emoción alguna, ni siquiera sorpresa- Vengo a vos junto a mis tíos, Lord Edmure, Señor de Aguasdulces y Syr Brynden, Caballero de la Puerta y Castellano de Aguasdulces, para solicitar vuestra ayuda y apoyo en nuestra cruzada contra los Lannister.

El príncipe dejó sobre la mesa la naranja de sangre que estaba pelando, mientras Oberyn se incorporó al salón, para sentarse junto a su hermano.

- ¿Por qué crees que nos interesaría unirnos a una cruzada del Norte, si está a miles de leguas de mis tierras? - fue una pregunta seca de Doran.

No pensé mucho la respuesta, pues ya la habían pensado mientras veníamos en camino; iba a apelar a los sentimientos y a la sangre derramada.

- Porque nuestros enemigos son los mismos asesinos de vuestra hermana y sobrinos, y os prometo que la cabeza de la Montaña, será vuestra.

- Eres osado, igual que tu propuesta, chico- el principe Oberyn, tomó de la copa que tenía en frente y agregó- Además, te recuerdo que fue vuestra tía quien trajo la deshonra a nuestra difunta hermana... Pero quiero la cabeza del Viejo León más que la de su mercenario...

- Me temo que no podemos haceros esa oferta, Príncipe Oberyn - Bryden se adelantó y aclaró - Pero si la cabeza de Gregor Clegane. También tenemos prisioneros a los sobrimos de Tywin.

Oberyn se movió incómodo en su silla y miró a su hermano, que mostraba una paz fuera de lugar. Doran levantó una mano y mandó a llamar a Aero.

- Capitán, escolté a estos caballeros a sus aposentos. Son invitados de la Casa Martell - me miró directamente y me explicó con voz conciliadora- Vamos a decidir junto con mi hermano nuestra posición. Siéntanse en su casa, caballeros.

Seguimos a Aero por el pasillo contiguo al Salón. No podía abandonar la sensación de que tenía unos ojos sobre mi, unos dulces ojos de sol de Dorne...