Capítulo 2

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Llegamos a Dorne tras una larga semana en altamar. Se notaba el cansancio en el rostro de Edmure y Brynden. Estábamos sucios y hambrientos.

Apenas llegamos a puerto, Edmure envió un cuervo a Doran, para así concretar una audencia con el Señor de Dorne. Lanza de Sol era muy distinta a cualquier ciudadela del Norte, llena de colores y olores. El sol sobre las murallas les daba un efecto radiante y los ladrillos se rendían a la luz, volvíendose blancos al punto de cegarte.

A lo lejos, sobre los tejados polvorientos de las casas, asomaba el palacio antiguo de los Martell.

- ¿Ahí nos recibirá Doran Martell?

Brynden puso cara de ofuscación, pero suavizó el rostro para explicarme.

- Más que a Doran, en ese palacio podemos encontrar a su hermano, la Víbora Roja,  el Principe Oberyn.

Si lo pensaba bien, encontrarnos con Oberyn sería igual de útil, considerando su aversión a los Lannister, era un aliado seguro y muy poderoso en esta causa... o al menos eso pensaba.

Avanzamos hacía el palacio, cuando un carruaje real nos cortó el pasó. El jinete que lo conducía, de piel oscura, cubierto de pies a cabeza con prendas amarillas ligeras, bajó a toda velocidad del frente y se apresuró a abrir la puerta de madera, adornada con el sol de los Martell. Oberyn puso un pie en tierra y antes de poner el otro, nos dijo:

- ¿Todo bien caballeros? No deberían andar solos por las calles de Lanza de Sol y menos con esas ropas tan... norteñas - Nos miró uno a uno y se detuvo en mí- Vaya vaya... el Rey en el Norte ¿eh?...

Incliné la cabeza con gesto solemne, Edmure y Brynden me imitaron sincronizados.

- Principe Oberyn, esperaba poder hablar con vos sobre ... -

- Doran me ha dicho que le enviasteis un cuervo solicitando audencia con urgencia - me interrumpió y continuó- Justamente hoy voy de camino a los Jardines del Agua, ¿Sois tan amables de acompañarme? Mi hermano os recibirá allá. Son tres leguas desde Lanza del Sol, vamos ...

Mis tíos quedaron a la espera de mi señal. Acepté con una venia y subimos al carruaje. El calor de Dorne era realmente intenso, sobre todo con estas ropas de lana, cuero y piel, pero me mantuve estoico a pesar de todo.

Estaba a tres leguas de una respuesta que podría definir mi futuro como Monarca, el futuro de nuestra causa. Me sentía ansioso, sobre todo porque había arriesgado mucho al viajar desde tan lejos personalmente a Dorne. Pero era necesario, era una misión demasiado importante para dejarla a un emisario, debía ser atendida personalmente.

No dudaba de que mi madre lograría un acuerdo con Renly Baratheon.

Sabía que los Martell tenían cierto resentimiento hacia el difunto Rey Robert, y por consecuencia a mi padre, pero debía explicar bien mis puntos y mi causa, con claridad y cautela; Esta era mi guerra, no de mi padre. Pero él merece su venganza, mi familia merece venganza y si ello requería ayuda de los Martell, debía hacerlo.




~~La escarcha en el desierto~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora