Capitulo 28.-

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Y así pasó el resto de la jornada de mierda. A la hora de almuerzo, para ser sinceros fue tranquila, Camila -prácticamente -le rogó a Steinfeld que se sentara con nosotros, en nuestra mesa, al lado de ella.... Pero, si estamos siendo sinceros, es californiana es ¿agradable? Sí, creo que esa es la palabra "adecuada".

En quince minutos, tocarían la campana que nos avisaría el fin de este calvario por esta semana, al fin tendríamos dos días libres, que aunque se hacen cortos, son muy bien aprovechados, claro, solo puedo hablar por mí y por Camila.

Esta noche, le tengo algo planeado y si todo sale como tengo pensado de aquí, que son las cuatro de la tarde, hasta más rato, como a las ocho de la noche le daré una de las sorpresas que nunca antes se puede haber esperado

El timbre sonó dándonos acceso limitado a salir corriendo del salón. Me paré de un golpe, y tomé el cuaderno, que en realidad ni siquiera sé para que lo traigo a clases, ni siquiera escribo una palabra, ni siquiera lo abro. En fin. Lo eché a mi mochila, y cuando levanté la vista para comenzar a caminar, me encontré a la bella chica dueña de mis pensamientos parada en la puerta, esperándome.

-¡Hola! -saludó con efusividad. Movió su mano alegría y la sonrisa en su rostro hizo que aparecieran esas arrugas que aparecen en su nariz que tanto amo. Me acerqué a ella, y la rodeé con mis brazos por la cintura.

-Hola nena -susurré sobre sus labios para después besarlos. Santísima mierda, como amo sus labios, son tan suaves y dulces. El aroma mentolado junto a ese exquisito sabor a frambuesa que tiene su boca me vuelve loco.

Comencé a caminar junto a ella, sin romper el beso. Camila rió sobre mis labios haciendo que una descarga eléctrica recorriera mi cuerpo. Rompimos el beso y caminamos por el pasillo hasta los casilleros. Ella tenía que sacar algunos libros y cuadernos para poder estudiar el fin de semana, porque si bien recuerdo, el próximo día lunes tendría un examen de Algebra.

Antes de llegar a su casillero, me fue imposible no echarle una mirada amenazadora a todos esos malditos idiotas que se le quedaban mirando como condenados imbéciles ¿acaso no sabes que ella es MI chica? ¿Cuál es el puto gusto de andar mirando cosas que no son de ellos? Mierda, sé que si Camila me escuchara en estos momentos, la última pregunta que me hice a mí mismo, se formaría una pelea más, porque ella siempre dice que no es un objeto para que yo diga que es cosa mía y blah blah.

-Vamos nena. Coge los cuadernos y apúrate -espeté. Ella sólo me miró unos segundos y me sacó la lengua juguetonamente.

-Está bien, está bien -cerró el casillero y se acomodó su pesado bolso en el hombro. -Ahora, señora gruñóna, podemos irnos. -Tomó mi mano y comenzó a arrastrarme por el pasillo hasta la puerta de salida. En un movimiento rápido, aparte su bolso y lo colgué en mi hombro -¡Ey! Yo puedo llevarlo -se cruzó de brazos sobre su pecho sin dejar de caminar. Hizo un pequeño mohín con sus labios y bufó molesta. Mierda, ella es tan malditamente adorable.

-Eres tan adorable nena -agarré su mejilla y la tironeé con delicadeza. Ella me miró con el ceño fruncido pero igual sonrió como niña pequeña -. Por eso te amo-la arrastré hacia mi lado y rodeé sus hombros con mi brazo izquierdo, mientras besaba su cien.

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Siete veinte de la tarde. Bien, es ahora o nunca Lauren. Cuando llegué a casa de Camila, le dije que a las siete y media estuviera lista y arreglada. Ella quería saber a toda cosa que era lo que tenía que decirle o que se yo. Cielos, ella a veces puede ser demasiado entrometida, sin embargo, la amo. Okey, basta de mariconadas. Estoy jodidamente nerviosa. ¿Qué pasa si me dice que no? Lo único que conseguiré será quedar como una maldita imbécil. ¿Y si ella tiene que pensarlo? ¡Oh por favor! Si me ama, no tendría que pensar las cosas. ¿Y si duda en responder? Oh mierda, si duda en responder es porque algo oculta. Y si... ¡Ya basta! Maldita mente que me juega estas malas pasadas....

Inhalé por la nariz profundamente y me arreglé la blusa por sexta vez consecutiva. Estoy demasiado nerviosa, las manos me tiemblan y siento como mis nervios comienzan a carcomer de a poco mis sesos produciendo una agonía extrema. Expulsé el aire de mis pulmones de un solo golpe y comencé a caminar directo a la puerta de la casa de Camila con un ramo de tulipanes en mano. Ni si quiera necesito -ni quiero -recordar la cara de las personas que me vieron conduciendo en mi motocicleta con ramo de flores "Ella lo vale, idiota" acotó la molesta voz del subconsciente, pero esta vez tenía razón. Ella vale que me pasee por todo el centro de Londres con un maldito ramo de flores en la mano

Toqué el timbre y me di cuenta que ya es muy tarde si en algún momento quiero salir corriendo. Está bien, lo admito, estoy asustada. Ni siquiera sé si ella aceptará mi maldita propuesta; solo espero que si...
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¡DIOS MÍO! ¿Alguien más vio el estreno de Scream Queens? Yo sigo viendo la repetición (Termina a la 1 de la mañana, pero Ariana lo vale). Esta tan malditente buena.

Novia agresiva (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora