Caelum

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Oscilé cuando la eficiencia destellante
impidió el paso a las vías.

Al emerger de la umbría,
Por tercera desgracia,
El eclipse demandaba roces.

Sinfonías cíclicas componían tal cadencia,
Que prometía un deseo de intenciones marchitas.

Martillaba sus piernas
con alma de crío,

Sin cesar sus movimientos a corto alcance,
ronroneaba mi nombre.

Acaso sucumbía al simple deseo,
O solo acariciaba esa vitalidad compuesta que dimitía.

Que contenía.

Pequeños crateres inundaban sus entrañas
Mas no en sus pensamientos

Ya que en el fondo,
O quizá en el borde,
Una constelación con prudencias despistadas se esbozó en sus comillas.

Y es que habían razones,

Que con solo un movimiento,
genera la destrucción de miles de estrellas.

Entre la súbita y permanencia de una,
Nacía mi objeción por no dejar que le arrebataran el aire

Aún sabiendo de su factible declive, abrazando consecuencias que no le pertenecen.

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