¡Feliz navidad mami!

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  Capitulo 7: Embarazada de un ángel
Parte 2




23 de Diciembre de 2008
Abrí mis ojos lentamente, rápido visualicé el reloj. Aún era temprano. Intenté levantarme de la cama pero los brazos de Zayn me detenían fuertemente.

-Buenos Días _______. Te diré algo, ¿por qué mejor no te quedas aquí? –Me volví hacia sí y lo miré detenidamente-.
-¿Quedarme? ¿Para qué? –No tenía caso quedarme allí. Él se iría en un par de horas a más tardar y yo me quedaría sola como habitualmente lo estaba-No tiene caso.
-Claro que lo tiene, y no te dejaré sola de nuevo.
-Solo intentarás hacer que yo no vaya a mi cita con Adam, y cuando cumplas lo que tramabas... volverás a lo de siempre –La verdad no sabía si creerle o no-.
-Tienes que creerme.
-Lo siento Zayn... -Susurré. Traté de levantarme de nuevo pero fue en vano. Él no dejó de soltarme- Tengo que arreglarme Zayn, suéltame, por favor.
-Tú no necesitas arreglarte para verte linda _______. Eres perfecta, y no, no te dejaré ir –Lo menos que quería era discutir en ese momento, no estaba muy de humor para tonterías como ésta-.
-Deja de actuar como niño Zayn, y suéltame ya –Él aflojó las manos de poco a poco y sí pude quitármelo de encima- Gracias –Solté esto último entre dientes-.
-Si me amas, quédate aquí. Si no, vete con él –Antes de ponerme en pie, me detuve en seco en el borde de la cama. No sé porque, pero sentía que algo tramaba- No es así _______. Te estoy dando a escoger la opción correcta de la incorrecta.
-¿Y si yo te lo preguntara? ¿Qué harías? –Esto era el colmo. Quería dejar de ser la culpable cuando él era el que me orillaba a hacer lo que hago-.
-Hasta el momento no me lo habías preguntado, pero estamos hablando de ti. Tú eres la que se irá de paseo con ése doctorcito de pacotilla.
-De paseo, tú mismo lo has dicho. No me iré todo el día y regresaré a casa a altas horas de la madrugada como lo haces tú con no sé quién, Zayn –Él estaba por decir algo, pero se lo pensó dos veces- ¿Ahora que tienes que decir al respecto?
-Entonces, vete, si es lo que quieres –Claro que lo haré. Gracias por entender. Me puse de pié y me dirigí al armario, tomé algunas prendas y me introduje en el baño. Me di mi tiempo para arreglarme bien, ni mucho ni poco-.

Ayer, antes de que anocheciera, mientras platicaba con Adam, salió una pequeña cita. Nunca había tenido una, pero si lo de la cena de aquel día fue una cita... entonces solo había una de la que me acordaba. Era agradable tener a alguien con quien charlar y pasar el tiempo a gusto. Meses atrás, eso y más hacia con Zayn. Estaban por dar las 10 y yo estaba completamente lista. Mientras echaba una última mirada al espejo, sonó el chirriante timbre de la casa. Zayn... aún seguía allí en la cama, mirándome. Aunque no lo crean.

-¿Te quedarás allí todo el día? –Pregunté. Mirándolo a través del espejo-
-Te esperan, vete ya –Esbozó una media sonrisa, como no queriendo- Te ves hermosa _______.
-Eso no responde a mi pregunta pero tienes razón, me esperan –Por segunda vez sonó el timbre y me volví hacia la puerta- Haz cambiado mucho Zayn... mucho –Salí de allí sin escuchar alguna palabra salir de su boca. Llegué casi a zancadas a la puerta principal, pasé mi mano por la perilla amarillenta, tomé un poco de aire y la abrí-.

Estaba de espaldas a la puerta y se volvió hacia mí. Adam estaba por decir algo cuando sus ojos se le pusieron como platos al verme y abrió un poco la boca. Pocos segundos después sacudió levemente la cabeza y me miró fijamente

- Estás divina _______.
-Gracias Adam, ¿nos vamos? No quiero seguir aquí –Él asintió rápidamente y estiró su mano hacia mí, para que yo la pudiera tomar. Lo hice y caminamos dificultosamente por el pequeño caminito del jardín delantero, que estaba cubriéndose de nieve de nuevo. Entramos en el auto, el cual, ya estaba cubierto por una fina capa de nieve-.
-¿A dónde quieres ir _______? –Adam parecía muy feliz- Podemos ir a donde quieras.
-Sabes, te daré el privilegio de llevarme al lugar que quieras Adam. ¿Qué dices?
-Perfecto.

No se dijo más. No tardó mucho tiempo en cuando me di cuenta, estábamos en un pequeño restaurant. "Buon Gusto". Me imaginaba que era muy temprano como para comer algo. Y se suponía que iríamos a desayunar por ahí. Se bajó rápidamente del auto y lo rodeó hasta llegar a mi puerta. La abrió y tomé su mano de nuevo. Nos dirigimos al pequeño restaurant y al entrar... para mi sorpresa..., Carlos estaba allí.

Sentí que una pequeña y alarmante vocecita decía en mi mente que saliera de allí, pero no le di mucha importancia. Cuando volví mi mirada del lindo lugar a la mirada siniestra de Carlos, algo muy fuerte me golpeó la cabeza y pronto aparecieron miles de manchas negras en mi vista. Había quedado inconsciente.

-¿Tienes el obsequio?
-Solo conseguí esto y...
-¡CON UN DEMONIO! ¡¿CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE HAGAS LAS MALDITAS COSAS BIEN?! ¡ERES UN BUENO PARA NADA ESTEBAN! ¡ESTÚ/PIDO!
-Basta Christian, deja de gritar o llamarás la atención de los vecinos... ¿ya está despierta?
-No, aún no. Pero se llevará una linda sorpresa... ¿no crees?
-La golpeaste demasiado fuerte.
-No fui yo quien lo hizo. Fue Adam.
-Pero tú lo incitaste... pobre Adam, en éstos momentos se está lamentando, no sabes cómo está...
-Ya basta de cursilerías Carlos, me importa un comino lo que haga Adam. Despierta a ésta imbé/cil pronto, dale algo de comer y dile que papá Noel trajo un regalo para ella.

Había un mar de voces alrededor y una gran parte de mi vientre ardía y dolía mucho. Mi cabeza dolía también y pareciera como si las sienes quisiesen martillar por completo hasta perforar mi cráneo. Mis párpados pesaban y no querían abrirse en lo absoluto. Unas manos tocaban mi rostro constantemente y lo acariciaban también. Escuchaba un débil sollozo y lo primero que pensé en hacer, fue tratar de saber lo que estaba pasando.
Decidí no alarmarme mucho y estar tranquila.
Me sentía muy extraña, pero no sabía por qué.

-¿No es una mujer hermosa? –Decía, a lo que a mí concierne, era la voz de Christian- Será mejor que abras ya tus ojitos princesita, o si no, no verás tu lindo regalito –Su tono de voz me helaba la piel y hacía que se erizara-.

Parpadeé un par de veces y me concentré en la voz que hostigaba cada vez más. Pronto, me di cuenta que estaba encima de una camilla, y que en ella estaban atadas mis manos y pies- ¿Qué hago aquí? –Fue lo primero que se me ocurrió preguntar-.

-Hoy es un día especial, _______. Sé que eso no resuelve tu pregunta, hermosa, pero tienes que saber que quise ser el primero en regalarte algo éste día. Algo muy personal –No alcanzaba a visualizar casi nada. Unas enormes luces me iluminaban por completo y decidí cerrar mis ojos de nuevo. Escuché sus pasos volver hacia donde me encontraba yo. Entre cerré los ojos y de pronto no podía creer lo que estaba viendo.
En un enorme tarrón transparente, estaba un pequeño ser. Envuelto en un líquido semitransparente. Lo curioso fue que en su espalda, tenía unas pequeñas alitas, de las cuales resplandecía su color blanquecino. No pensé en más y miré mi vientre... no había rastro de haber tenido a un bebé en él. Volví a mirar el tarrón y éste tenía una pequeña cinta la cual tenía algo escrito: "¡Feliz Navidad, mami!".

-¿No es hermoso? –Preguntó Christian mirando el tarrón detenidamente-.
-¿Cómo pudiste? –Las palabras salieron muy a penas. Las lágrimas no se hicieron esperar y yo estaba completamente destrozada-.
-Muy fácil, mi querido doctorcito ayudo en gran parte. Por cierto –Dijo volviendo su cabeza hacia atrás- Hiciste un buen trabajo Adam. Drew salió completito –Éste río tontamente y después me miró. Ya no soportaría algo más-.
-¡Eres un descarado!
-¡Un descarado, maldito, estú/pido, malnacido!... ¡Lo que quieras! Ahora estoy satisfecho... mejor dicho, aún falta algo... -Se acercó a mi oído y lo lamió asquerosamente- ¿Recuerdas que te dije que te daría el placer de hacerte mía?
-¡Aléjate, maldito bastardo!
-Lo lamento amor. Ahora es mi turno de disfrutar.

Embarazada de un ángel|Zayn y Tu| ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora