Parte 1: "En penumbra"

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Hacia frió, la nieve caía, yo solo quería llegar a casa y tomar un buen baño. Recorrí con la mirada mis pisadas y regrese la vista al frente para encontrarme con arboles y mas arboles, estaba segura de que ya me había perdido pero mi cerebro seguía diciendo lo contrario.

Llevaba ya tiempo recorriendo aquel bosque buscando mi ya lejana casa, creo que cada vez mas me adentraba en aquel espeso bosque.

Tiempo después, no se cuanto debo admitir, logre ver mi pequeña casa, extenderse en el horizonte, ya estaba oscuro pero lograba apreciar cada uno de sus rasgos.

Solté un suspiro de satisfacción y corrí hacía ella, cuando cada vez la veía mas cerca fui desaselerando mis pasos.

Algo andaba mal, podía percibirlo.

Recorrí con la mirada el lugar pero todo parecía andar en orden, suspire y me acerqué con pasos lentos. La puerta de la casa estaba abierta y no había ninguna luz prendida; el carro de mi madre descansaba frente a la cochera y su celular yacía junto a la puerta del mismo. Me acerque a el y lo tomé.

La pantalla inmediatamente se encendió iluminando mi rostro y haciéndome parpadear torpemente. Ingresé la contraseña y rápidamente clicke a llamadas recientes, mi numero se extendió incansablemente por toda la pantalla. Instintivamente me preocupe, mi madre no acostumbraba llamarme y menos un sin fin de veces.

Apegue el celular y lo guarde en mi bolsillo derecho del sueter color gris que traía. Di vuelta sobre mi misma y regrese mi camino hacia la puerta. Subí los tres primeros escalones para llegar a ella, no se veía nada en el interior. Mire sobre mi hombro y solo veía mas que arboles.

Todo estaba oscuro pero se alcanzaba a apreciar la silueta de los mismos. Entre dentro de casa y toque la pared hasta poder dar con el botón de la luz, lo presione y rápidamente la habitación se iluminó.

La sala estaba decorada y arreglada de la misma forma en que recuerdo mi madre la dejo, no había nada fuera de lo normal y es lo que me preocupada, la luz de la cocina se encendió y corrí a ella con paso apresurado.

Al llegar no había nada, ni platos ni vasos, ni estufa, nada absolutamente nada. Recorro la cocina con la mirada esperando encontrar a mi madre recogiendo los platos o llendo a acomodarlos, pero no. Avanzo un paso pero me detengo en seco al escuchar un crujido bajo mis pies.

Bajo la mirada y encuentro una pequeña hoja arrugada justo donde acabo de pisar, una hoja que no se encontraba ahí momentos atrás. Me agacho instintivamente para recogerla del suelo.

Al des doblarla solo hay dos palabras escritas con la perfecta caligrafía de mi madre que me dejan aturdida momentáneamente "corre Rose"...

Miro hacia todos lados viendo fracciones de la habitación.

-¿Mamá?- mi voz sale casi como un susurro silencioso.

No entiendo como esas dos únicas palabras me han hecho poner los pelos de punta de un momento a otro, no cabe duda que lo que creía era cierto, algo malo pasa aquí y ahora estoy en el punto de mira.

Doblo nuevamente la hoja y la guardo junto con el celular para luego comenzar a avanzar rumbo hacia la puerta norte de la cocina. El pasillo se extiende hacía las escaleras que dan al segundo piso y las puertas de los lados me empiezan a parecer atemorizantes.

Suspiro y avanzo a la primera puerta abriéndola con un suspiro sordo que provoca esta. La habitación esta en penumbra pero logro ver claramente cada una de las cosas que contiene esta. Es la habitación de mi padre, rápidamente un escalofrío me recorre la espalda, en esta habitación el murió mientras descansaba hace aproximadamente mes y medio provocando un repentino cambio en todos y cada uno de nosotros, mi familia.

La cierro luego de comprobar que no hay relativamente nada importante o lo cual me ayude a saber que es lo que esta pasando, avanzo hasta la segunda puerta pero antes de llegar hasta ella esta ya se esta abriendo lentamente hasta estar completamente abierta.

Abro los ojos y retrocedo un paso en el momento justo en el que algo sale volando directamente del interior clavándose justo donde estaba anteriormente mi cabeza. Volteo rápidamente al objeto dándome cuenta de que es uno de los cuchillos de colección de mi abuelo materno que le heredo a mi hermano mayor luego de accidentarse en un choque de auto que lo dejo débil para luego llevárselo a la tumba.

Un suspiro aterrado sale de mi boca sin darme ni tiempo a retenerlo, rápidamente mis manos viajan a ella para evitar que otro sonido salga.

Avanzo nuevamente y me detengo a unos centímetros de distancia para observar el interior. Es la sala de juegos familiar, la televisión capta toda mi atención al darme cuenta que es lo único encendido en toda la habitación, corre una película infantil de los años 70 en ella pero ningún sonido sale del ostentoso armatoste.

La mesa de billar esta un poco empolvada en una de las esquina y los tacos perfectamente alineados sobre su estante mientras que las bolas yacían dentro del triangulo de plástico color negro sobre ella.

El piso de caoba crujió cuando pase sobre él rumbo a una de las estanterías del lugar, la caja de madera que guardaba los cuchillos estaba en el suelo con una fina capa de un liquido extraño color rojizo que lo cubría, moví con la punta del pie aquel objeto dándole la vuelta.

Ninguno de los ocho cuchillos estaba en el mientras que una nota ocupaba el lugar de uno de los mas grandes de ellos.

"El juego comienza, elije bien tus cartas por que con una que pierdas aumentará la dificultad. El juego consiste en...sobrevivir, tienes hasta las 3 para ello, recibiste una de ellas, te faltan 7, corre que el juego comienza al marcar el reloj las 12"

Me quede estática en mi lugar, releyendo aquélla nota, no entendía a que venía todo esto, ni porque a mi familia...un ruido sordo me saco de mis pensamientos...era seco y constante, marcaba los segundos lentamente...era un reloj...el juego comienza.

Frío como el otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora