Jackson Clyde 1971
"Los cambios... Mierda! Creo que los cambios son buenos para cualquiera de nosotros, y lo que tengan que hacer para salir del barrio. Yo los apoyo, no estoy molesto con ustedes, no tengo más que amor para ustedes, haz lo tuyo "Boy".
Dice la última carta que saque de la cartera de mi hermano, mis lágrimas se confunden con el humo de un cigarro, el humo invade mi cuarto y me siento más torpe cada vez. Lleno de miedo, quizá por lo que viene. Saber que ya no está, que fue asesinado por las drogas. ¡Mierda! Parece que ayer, hubiera visto a aquel negro fumándose un tabaco Cohíba y limpiando su calibre 45, en la que aprendí a disparar. Es triste saber, que estoy solo. Que mamá está ganándose la vida, siendo esclava de los demás y mi padre... que nadie me diga que fue justo, no hubo amor de mi padre porque el cobarde nunca estuvo. El falleció y no lloré porque mi ira, no me dejó sentir algo por un extraño. Dicen que estoy equivocado y que no tengo corazón, pero aunque siempre busque a mi padre. Siempre se había ido.
Perdí a mi hermano, que era el único que a mamá sostenía. Salgo a la puerta, el barrio esta infestado de mierda. Nada raro en el, veo pandilleros de esquina a esquina. Drogas, armas y otros problemas rodean mi casa. De ahora en adelante tendré que acoplarme a esto y a su forma de vivir.
Conocí a algunos pandilleros del ghetto, he estado trabajando con ellos. Me he vuelto destructivo y me enojo por todo a diario, tengo miles de problemas y tengo que estar armado siempre. Mamá nunca me ha dejado aun sabiendo, que soy un traficante y asesino, aunque así vivimos mejor. He conocido a muchos asesinos quienes me han tendido su mano y me han ayudado, al menos yo lo veo así. Ya es media noche y me estoy fumando un cigarro de marihuana, ¿Qué haría yo sin esto? Así es como se vive aquí.
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RUNNIN'
RomanceAtrapados en este mundo de pecado, nacidos como hijos del ghetto criados en esta tormenta. Nuestra infancia, recuerdo las lágrimas. Mi corazón atado con veneno, fumando y bebiendo cerveza. Padre perdóname, nunca abandonas a un negro, te quiero en ne...