You're the only exception. [ Editada - 2020 ]

Capítulo 13.

Nuestro verano iba perfectamente perfecto.

Casi todos los días estoy con Liam.

El otro día fuimos a la heladería por unos helados. Liam derramo mi helado en el piso, así que me dio el suyo y fue por otro.

Fuimos al parque de atracciones, también. Comimos algodón de azúcar, manzanas acarameladas, y nos tomamos selfies. Nos subimos a todos los juegos.

Pero había uno al que yo no quería subir. Pero Liam moría por subir.

Termine subiendo al juego con Liam, y al final Liam término vomitando todo el algodón de azúcar en un baño portátil. De ahí tuvimos que regresar a casa.

El día siguiente estuve cuidando un poco de Liam.

Luego, fuimos al parque, Liam tenía unos skates. Y anduvo tratando de enseñarme toda la tarde, pero solo logre andar con su ayuda.

Hace dos días estuvimos en el centro comercial, la nueva sección de video juegos. Vencí a Liam en muchos, pero pienso que tal vez me dejo ganar. Pero igual casi todo lo gane yo, y a raíz de eso me gané una pizza con corteza de queso, que terminé compartiendo con Liam.

Hoy, hoy estamos a más de medio verano, y no sé a dónde saldríamos, Liam no quiso decirme nada. Solo dijo venir por mí a las 7pm.

Y esa era la hora, ya estaba lista, esperando por él. Cuando sonó el timbre, era él.

Detrás de él había un auto, y no cualquier auto. El Mustang GT rojo de Alex.

Él se encontraba dentro mirándonos por la ventanilla. Lo mire y me giño el ojo.

-sé que es algo complicado, a donde te llevare no es muy cerca, tampoco muy lejos. Pero quise asegurarme de que todo fuese lo mejor posible. Así que le pedí a mi cuñado, que digo, tu hermano, que me hiciera ese pequeño favor -me dijo-

Yo solo sonreí emocionada. Me intrigaba saber a dónde iríamos, a donde nos llevaría Alex.

Alexander condujo por unos 15 minutos, y de repente creo que estábamos casi a las orillas del Támesis. No sabía si en verdad era así o no, pues el papel ahumado oscuro que tenían las ventanillas del auto no dejaba ver con mucha claridad.

Se detuvo el auto, y Liam bajo de él. Me pidió que esperara dentro, y le obedecí.

-no creí jamás aceptarle tanto un chico a mi hermanita -me dijo Alex mirándome por el retrovisor-

-me agrada que Liam y tú se la lleven tan bien -contesté-

-no debería decirte, pero tiene semanas planeando esto -susurró-

Yo quedé sorprendida al escuchar aquello. ¿De qué se trataría esta "cita"?

Abrieron mi puerta, Liam extendió su mano hacia mí para que la tomara y eso hice. Me ayudo a bajar del Ford, y ahí fue cuando pude ver donde estábamos, el London Eyes.

Siendo sincera, nunca había subido. Me habían contado anécdotas de esa dichosa especie de rueda de la fortuna gigante, pero anhelaba subir algún día, y si no me equivoco ese día era hoy.

El tomo mi mano y la apretó con fuerza para luego dejar la presión en ella.

Me encamino a una cabina de ella. Y subimos.

Poco a poco íbamos subiendo, admirando toda Londres de noche. Las luces de los comercios, restaurantes, bares, autos y motocicletas. Todo era hermoso.
El big ben a un lado de nosotros, todo era muy precioso.

-Mac.

Voltee a mirarlo, él estaba muy cerca mío.

Sentí unas cosquillas, baje la mirada y la mano de Liam reposaba sobre mi cintura, abrazándome.

Me jalo un poco más hacia él. Me miro detenidamente a los ojos, él sonreía. Me susurró un "te amo", para luego besarme.

Como si fuese nuestro último primer beso, que ya había sido, pero igual parecía serlo.

-al día siguiente-

Al llegar anoche de mi cita lo primero que me dijeron fue "empaca".

Me iré por el resto del verano a Miami.
Ya mis padres tienen todo listo.

El vuelo sale hoy en la tarde.

Es emocionante, pero no quiero irme.

Quiero quedarme con Liam.

Terminar mi verano con él.

Pero sé perfectamente que no podrá ser así.

.......

Antes de que el taxi viniese por nosotros, Liam estaba conmigo, no me soltaba, me abrazaba a cada momento, no quería que me fuera.

El taxi vino por nosotros, así que me despedí de Liam como si fuese la última vez que íbamos a estar juntos.

Subimos todos al taxi y nos fuimos al aeropuerto.

En el aeropuerto, llegó Alexander. El traería su auto, para así evitarnos el tener que rentar uno allá.

¿Qué por qué no llegamos al aeropuerto con él?, pues mi hermano mayor había conseguido un trabajo de verano por un tiempo, y se escapó para venirse con nosotros minutos después.

Llamaron nuestro vuelo, así que nos dispusimos a abordar el avión.

Adiós Londres, por unas semanas...