❝Maldiciones entre Plegarias.❞ ☯ larry » próximamente.

☯ dos ☯

"No terminamos de hablar contigo, Ha-" Una voz femenina sentencia en la distancia y se corta de repente.

"¡Suelta ese cigarrillo en este instante, jovencito!" Espeta mi padre, furioso. Le dedico una mirada desinteresada y suelto la nube de humo en su cara. Este agarra el objeto y lo tira al piso mientras lo aplasta enérgico con su pie.

"¿Acaso quieres morir?" Dice mi madre, cruzada de brazos y suelto una risa amarga. Claro, perfecta pregunta para un suicida. Qué ironía. Tengo ganas de volver a reírme pero con más ganas aunque suprimo esa idea y sólo revoleo los ojos. Podría poner tantos ejemplos estúpidos conforme esas frases; ¿Acaso quieres adelgazar? A un bulímico, ¿Acaso odias la comida? A un anoréxico, ¿Acaso quieres estar sobrio? A un alcohólico. Todas esas reflexiones obvias se me venían a la mente tratando de comprender por qué tenía una madre tan estúpida.

"Responde." Habla mi figura paterna mientras golpea las baldosas con su zapato. Levanto las cejas y paso la mirada de ella hacia él. Percibo por mi sentido de la vista como el cura y cierto chico hermoso de ojos azules se dirigen hacia nosotros con paso apurado pero expresión calmada.

"No. Claro que no." Digo muy seguro y ambos relajan sus músculos. Cuando las personas en movimiento se detienen a nuestro lado, deslizo mis ojos sobre sus expresiones; el cura, por su parte me mira con pena, como si estuviera viendo a un pobre cachorrito con un dueño que lo maltrata, y luego está él, su expresión es confundida, su ceño levemente fruncido. No me gustan esas arrugas marcadas en su frente; yo quiero que esas pequeñas elevaciones cambien de lugar a sus ojos.

"¿Qué pasa aquí?" Murmura Louis, haciendo una mueca. El mayor vestido de blanco le da una mirada severa, de advertencia, como si ya le hubiera repetido millones de veces que tiene que ser cuidadosa con lo que dice. El menor se encoge de hombros, captando el mensaje y yo sólo lo miro con curiosidad. Porque la verdad, nunca antes había visto a un chico tan hermoso y que me causara tantas ganas de besarlo. Tanta es la atracción que me le tiraría arriba mismo en este instante, lo estamparía contra la pared y pasaría mi mano por ese gran y suculento culo...

"Lo que pasa," empieza Robert –interrumpiendo mis pensamientos inadecuados que ya comenzaban a hacer que mi pantalón apretara-. "es que el Harry," me mira inquisitivamente. "comenzará clases para seguir el camino de Dios..." Louis asiente, sus cejas levemente juntas sin comprender aún qué tiene que ver eso con su tío. Él no tiene tiempo de enseñarme, estoy seguro que tiene una vida muy ocupada. "Y tú le enseñarás." Finaliza el hombre moviendo su cabeza de arriba hacia abajo en afirmación.

"¿Qué?" El ojiazul parpadea varias veces y pone su palma de la mano en su frente. "¿P-por qué y-yo? Es decir, tengo muchas cosas que hacer, y la escuela, y las misas y-" Comienza a balbucear negando la cabeza. Tal vez no quiera aceptarlo pero su poco interés en y fe en pasar tiempo conmigo me hiere un poco. Me esperaba que reaccionara así, sin embargo. Por otro lado una pequeña parte de mí tenía la esperanza de que él me diera una oportunidad. Pero no fue así.

"Bueno, dentro de poco vendrán las vacaciones de invierno..." Louis pasa una mirada fugaz por mi estructura y luego vuelve la mirada hacia su tío. Mi corazón se achica y hago una mueca. "Y de las misas no tienes por qué preocupart-"

"No." Murmuro mirando el piso. Todos lo perciben y dirigen sus miradas hacia mí.

"¿Qué has dicho, hijo?" Dice dulce mi madre, tomándome del brazo.

"He dicho que no." Digo en voz alta. Todos fruncen el ceño.

"Harry, por favor, no me vengas con tus estupideces." Dice mi padre y yo sólo quiero pegarle una cachetada por la ira que corre por mis venas. Odio ser rechazado. Y no necesito estar cerca de alguien que mira como si me tuviera asco. Aunque no lo culpo.