#JustWriteIt
Hace unas semanas tenía en mi cuenta de dinero real de PokerStars, mi sitio de juego favorito, $1,82, de los verdes. Dólares. De esos que valen 10 veces más que los billetes de mi país.
Construí ese "pequeño Bank Roll " en base a que contesté bien una pregunta por Twitter, ganando 250 puntos de jugador frecuente. Con esos puntos, me fui anotando en diferentes torneos de Texas Hold'em sin límite, clasificando en la mayoría de ellos y obteniendo Tickets para otros torneos, y cambiando los Tickets ganados por dinero de torneo, y algunos por dinero real.
Hasta el momento, mi mayor Bankroll, salvo cuando tuve 17 dólares, y mi hijo los jugó por mí a sus 11 años, un día en que yo estaba trabajando, o cuando tuve 183, de los que no voy a hablar en esta obra, y probablemente en ninguna otra (de esto no estoy tan seguro, con esto de las nuevas tecnologías de contenidos digitales). ¿Quién sabe? Tal vez algún día, alquien logre persuadirme que cuente esa historia, pero por ahora, diremos que nunca la relataremos. Me parece un trato justo.
Como decía, una vez que agoté los puntos de jugador frecuente, fui jugando en distintos torneos, en los que no pude sacar ni un centavo, aunque logré algunas fantasmales buenas posiciones.
Algo me dice que tengo que seguir, aunque eso lo vengo escuchando dentro de mi cabeza y es una de las principales causas de perderlo todo.
¡Seguí! -Seguí, vas a ganar la próxima -me dice mi subconsciente-. Pero por más que le haga caso a mi voz interna, no hay caso, pierdo en todas. Y sé que perder es no cobrar. Pero también ganar es no perder, y como no aposté dinero, no perdí, pero tampoco gané, simplemente "salí hecho", como se dice en la jerga porteña. Debería tener en cuenta la famosa frase de –si mal no recuerdo- Henry Ford:
"En la vida se cobra en dos monedas: dinero y experiencia. Cobra primero en experiencia, que el dinero vendrá luego"
Ahora, a las cuatro de la tarde de un día de semana, un lunes de principios de Agosto del año 2013, para ser exacto, arranco el último torneo por dinero real que puedo jugar, dadas las circunstancias.
Si PokerStars ideara una forma simple para que quienes no tenemos cuenta en el banco, pudiésemos jugar por dinero, se haría más rico que Mark Zuckerberg, pero no... no lo piensan.
Si algún día lo hacen, espero me recuerden como el creador intelectual de la idea, y al menos, me regalen unos puntos de jugador frecuente, como hacen a veces, cuando respondo alguna trivia en el Twitter de la empresa.
Esto lo digo a pesar de que existe una forma, que alguna vez una soporte técnica del equipo PokerStars, me enseñara por teléfono, allá por el año 2009, pero que me pareció más complicado que obtener una green card en los EEUU habiendo nacido en Afganistán y llevando como apellido "Laden", por lo que nunca realicé depósito alguno en mi cuenta de dinero real de ese sitio de juego en línea.
Arranco con un mísero 10 5 off suite , o sea, más vale me pego un tiro en la nuca, antes de entrar con ese juego. Buena decisión, ya que si no, hubiese perdido el pozo.
Clasifican 50 monos .
Algunos han pagado una entrada o "buy in" en dinero real, pero otros, secos como yo, compraron la entrada con puntos de jugador frecuente.
Las verdaderas amenazas son esos nerds que juegan en 4 mesas diferentes, por monedas, haciendo pequeñas fortunas. A esos tipos, es algo más difícil ganarles.
Muchos han empezado así. De hecho, supongo que la mayoría de los jóvenes profesionales del Poker, han empezado de esta manera, sobre todo los jugadores del equipo "On line Pro" de PokerStars, el sitio de Poker en línea que organiza los más prestigiosos torneos.
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Fr33 R0ll3r - Academia de Poker -
No Ficción"He notado que en la vida, como en el Poker, no puedes contar con que un hombre ha perdido, hasta que la última carta no haya caído" -Doyle Brunson, prólogo de "Supersystem" 1978