Capítulo 4

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Justin POV's.

-¿Te ha tocado mucho el mal nacido? - Le preguntaba a mi esposa mientras caminábamos a nuestra habitación.

Había evitado a toda costa el tema sobre que fue lo que había hecho yo. Ella no pareció interesada en preguntar ni en contarme que fue lo que hizo ella pero algún tema de conversación debía de sacar.

Ella negó mientras abandonaba mi mano para sacar la tarjeta y abrir la puerta.
-Solo fue un masaje en los pies cariño. ¿Y tu?

Mi pulso se aceleró y quede pasmado fuera de la habitación viendo como ella esperaba que entrara. -Justin... Hola

¿Qué diría ahora? No sabía que decir, inventaría algo, claro esta pero ¿qué? Mire directo a sus ojos poniendo en mi rostro la mejor sonrisa falsa. La situación no me hacia gracia ninguna pero que más da, una pequeña mentira no le haría mal a nadie.

-Yo...un baño, sí, uno de esos relajantes, ya sabes. - Entre y me dirigí a la cama evitando su presencia. Pude ver como sus ojo se tornaban raro, ¡Le estaba mintiendo a mi mujer! Sentía que la engañaba de una manera sana. Me saque la bata quedando desnudo y busqué en nuestra ropa interior ya limpia y doblada en nuestra cómoda. Unos calvin klein negros.

Se suponía que luego de la mamada de la muñeca de goma robótica tendría que estar más que relajado pero en estos momentos sentía como si estuviera en mi típico traje de trabajo ahogándome con la corbata que estos últimos meses había aprendido a anudar por mi mismo ya que mi esposa estaba ocupada en demás cosas.

-¿Un baño? - Preguntó ___________ luego de salir del aseo vestida con un vestido de flores. Ella tan alegre y yo tan cagón.

Asentí mirándola de arriba a abajo por el espejo. Su mirada se tornaba confusa y divertida. Cuando una sonrisa se asomó en sus labios mi corazón latió mas de prisa. ¿Qué le causaba gracia? ¿Lo sabría todo?

-Es raro, tienes el pelo mojado y igual que cuando llegamos. - Ella se acercó a tocar mis pelos castaños suaves. Mire el movimiento de su mano sobre mi cabellera y un escalofrío me recorrió.

-No me moje el pelo. - Balbucee nervioso. Ella percibió mi nerviosismo porque se alejó rápidamente mientras seguía sonriendo. Negó con la cabeza mientras bajaba la mirada.
Sus manos rodearon mis caderas y su cuerpo quedó aplastado contra mi espalda.

-Vistete, nos vamos. - Me dijo. Me quitaba un peso de encima saber que no seguirá con el tema pero sabía que me echaría en cara el resto de nuestra vidas haberle mentido. Sí, ella sabía que le había mentido, se le veía en su mirada y esa ironía al sonreír. Me adentre al aseo a cambiarme mientras bloqueaba con una barrera los pensamientos sobre el tema.

_____________ POV's

El camino a la habitación había salido con existo. Mi mentira había sido más real de lo que pensé que iba a poder inventar. Sí, .me sentía mal al saber que estaba mintiendo, pero no podía decirle "cariño un pene de goma eléctrico entró en mi vagina."

Lucia había salido de la sala contenta y dispuesta a narrarle la historia a Franco. ¿De donde sacaba el coraje?

La situación se puso tensa cuando le pregunté a Justin que había hecho él. Un baño, ¿En serio? Su pelo seguía intacto y podría notar a kilómetros cuando el amor de mi vida miente. Había estado en varias reuniones con él viendo y escuchando como decía pequeñas mentiras a sus compradores para que siguieran comprando en su empresa. Era un auténtico ganador pero a mi no, conmigo no podría. Conocía ese tic nervioso de su dedo golpear contra algo para calmar el nervio.

No sabía que ocultaba, ni estaba segura de querer saber que había hecho pero en el fondo debería saberlo sea cual sea el resultado.

-¿Vamos? - Oí su voz ronca y me gire para verlo, tan informal, tan natural y suelto. Él era Justin, el Justin del cual me enamoré.

Asentí tomando su mano mientras el cerraba la puerta de la recámara.
-¿Que hay? - Preguntó.

-Una charla para los ingresados entre hoy y ayer, reglas, supongo. - Contesté sin indiferencia. No estaba enojada pero tampoco entendía porque me había mentido, ¿No había hecho nada lo suficientemente malo, no? Sabía que yo le había mentido y esa era la razón por la cual no estaba enojada, furiosa con el. Sólo porque me estaría pagando con la misma moneda.

-¡Chicos!- La voz de Lucia rechino por los pasillos seguido de sus tacos de aguja.

Franco venía junto a ella mientras era arrastrado hasta nosotros por la excitación de Lucia.

-Sigo exaltada por lo de hace un rato.

Oh no.

Lo último que quería era que se e escapara algo de esa linda boca y pueda arruinar el finde semana que tanto me costo asimilar y aceptar.
Negué suavemente pero ella pareció no entenderme.

-No deja de decir que ese pene de goma es mejor que mi polla y la tuya juntas. - Agregó Franco. Estaba muerta. La mirada de Justin se poso en mi mientras retrocedía dos pasos saltando mi mano.

Parpadeó repetidas veces antes de hablar otra vez. -¿Pene de goma?

-¡Y eléctrico! - Grito Lucia. -¿No le has contado la experiencia __________?

Negué sintiéndome incapaz de mirar a Justin quien sabía de ante mano que sus ojos estaban directos en mi, fulminandome con sus ojos miles que no tardarían en ser negros.
-¿Y el masaje en los pies? - Preguntó.

Abrí la boca para hablar pero la cerré al ver que Franco iba a hablar. Por favor, que no lo arruine rogaba en mi interior.

-¡Que va tío! Han disfrutado como nosotros con la tía de goma eléctrica.

¿Qué?

-¿Tia? - Pregunté ahora si dirigiéndome a su rostro que había tomado un color rojizo.
Mis cejas se alzaron en busca de una maldita respuesta.

-¿No se lo has dicho? - Preguntó Franco incapaz de asumir el gesto de Justin a su pregunta. La negación. Su cabeza se movió lentamente mientras sus ojos miraban el suelo.

-¿Te has acostado con una muñeca?

-¡No! Sólo fue una mamada.

Mis ojos rodearon hacia la derecha incapaz de creer sus palabras.

-No puedes reclamar nada. Te has metido un pene de goma eléctrico en la vagina. - Escupió y en esos momentos me dieron ganas de vomitar. Me gire en camino hacia la planta baja dejando a mis amigos y esposo viéndome desde atrás.

Los tacones de Lucia venían detrás, Franco estaba a su lado pero sin decir nada, y Justin, el venía sólo y con las manos en los bolsillos. Estábamos en un completo silencio buscando la gran sala comunitaria. Cuando llegamos fue en el único momento que nos unimos nuevamente para sentarnos juntos.

Aún no creía que esto hubiera pasado, Justin mintiéndome y yo a él. Habíamos venido aquí a arreglar nuestro matrimonio o a empeorar la situación?

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Brothel Chicago →j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora