Más allá del limite.

Capítulo 3

Mana.

El indiscutible y abrasivo tacto del hielo y fuego tocando mi piel, la extraña sensación entre aturdimiento y hormigueo, el áspero retumbar de mi sangre corriendo y vibrando por mis venas y el ardor inconfundible en mi pecho causado por la falta de oxigeno. Eso, eso es lo que recuerdo.

Nada más, no hay voces, o imágenes, solo la oscuridad profunda y la certeza de que estoy en peligro.

Como cada vez que sucedía me levanté agitada y empapada en sudor, mi corazón latía más aprisa de lo normal.

Me senté en la cama como si fuera un resorte y tomé una larga y profunda bocanada de aire, no podía ver nada más que las siluetas difusas de los muebles en la oscuridad.

Traté de aclarar mi mente y de calmarme, debía tranquilizarme a como diera lugar; pero por alguna razón simplemente no lograba estabilizar mis signos vitales.

Estaba a punto de levantarme y buscar mis calmantes cuando los vi, un par de estrellas carmesí brillando entre la penumbra, ahí estaba él, observándome; mi corazón se aceleró aun más retumbando en mis oídos, pero mi respiración se normalizó al instante.

Mis hombros perdieron tensión y mis pupilas volvieron a su tamaño normal.

- El cielo se nubló - Dijo con un tono neutral y frío - ¿Es por tu causa? - Me preguntó, yo asentí, la habitación se llenó del eco de sus pasos, en colchón se hundió bajo su peso al sentarse a mi lado - Debo tranquilizarte - Afirmó, poco a poco pude distinguirlo, estiró su brazo hacia mi, sus largas uñas casi rozaban mi pecho, sin embargo no me tocó, esperó a que lo dejara hacerlo, cuando no me moví plantó su palma abierta en la unión de mi pecho y cuello, cerró los ojos, su tacto helado por poco me estremece, pero logré mantenerme inmóvil.

- Sicuspectum - Pronunció Ater, sentí una extraña sensación recorrer mi cuerpo y al instante una soporífera calma me embargó.