Guille está sentado en el salón, rodeado de videojuegos. Se levanta de un salto y corre a abrazarme.
- Empezaba a preocuparme. Pensaba que volverías antes.
- Pues yo creo que es pronto teniendo en cuenta que la entrevista se ha alargado... Le doy la grabadora.
- Andrea, muchísimas gracias. Te debo una, lo sé. ¿Cómo ha ido?
Me cuesta contestarle. ¿Qué puedo decir?
- Me alegro de que haya acabado y de no tener que volver a verlo. Ha estado bastante intimidante, la verdad. -Me encojo de hombros-. Es muy centrado, incluso intenso... y joven. Muy joven.
Guille me mira inocentemente. Frunzo el ceño.
No te hagas el inocente. ¿Por qué no me pasaste una biografía? Me ha hecho sentir como una idiota por no tener idea de nada.
Guille se lleva una mano a la boca.
- Vaya, Andre, lo siento... No lo pensé.
Resoplo.
- En general ha sido amable, formal y un poco estirado, como un viejo precoz. No habla como un tipo de veintitantos años. Por cierto, ¿cuántos años tiene?
- Veinticinco. Andre, lo siento. Tendría que haberte contado un poco, pero estaba muy nervioso. Bueno, me llevo la grabadora y empezaré a transcribir la entrevista.
- Parece que estás mejor. ¿Te has tomado la sopa? -le pregunto para cambiar de tema.
- Sí, y estaba riquísima, como siempre. Me encuentro mucho mejor.
Me sonríe agradecido. Miro el reloj.
- Me tengo que ir. Voy a llegar tarde a Black's.
- Andrea, estarás agotada.
- Estoy bien. Nos vemos luego.
Trabajo en Black's desde que empecé en la universidad, hace cuatro años. Es una tienda en la que vendemos videojuegos y cosas relacionadas con la electrónica, la verdad es que me gusta bastante trabajar ahí, ya que mi amor hacia los juegos es infinito.
Me alegra llegar a tiempo, porque así tendré algo en lo que pensar que no sea Rubén Doblas. Tenemos mucho trabajo. Como acaba de empezar la temporada de verano, todos los adolescentes se pasan las tardes jugando a la play. De Luque parece aliviado al verme.
- ¡Andrea! Pensaba que hoy no vendrías.
- La cita ha durado menos de lo que pensaba. Puedo hacer un par de horas.
- Me alegro mucho de verte -dice Samuel mientras me da un abrazo.
Me manda al almacén a reponer estanterías, y no tardo en centrarme en mi trabajo.
Más tarde, cuando vuelvo a casa, Guillermo lleva puestos unos auriculares y trabaja en su portátil. Todavía tiene la nariz roja, pero está metido de lleno en la entrevista, muy concentrado y tecleando rápidamente. Yo estoy agotada, rendida por el largo viaje en coche, por la dura entrevista y por no haber parado de aquí para allá en Black's. Me dejo caer en el sofá pensando en el trabajo de la facultad que tengo que terminar y en que no he podido estudiar nada porque estaba con... él.
- Lo que me has traído está genial, Andre. Lo has hecho muy bien. No puedo creerme que no aceptaras su oferta de enseñarte el edificio. Está claro que quería pasar más rato contigo.
Me lanza una mirada burlona.
Mis pulsaciones inexplicablemente se aceleran. Seguro que no era por eso. Solo quería mostrarme el edificio. Soy consciente de que estoy mordiéndome el labio y confío en que Guille no se dé cuenta, pero parece estar concentrado en la transcripción.