Salgo del almacén y me pongo a colocar los juegos que descolocan los niños.
Ya era hora de cerrar cuando Mangel me llama.
- Oye Andre, había pensado en ir a una fiesta contigo y con Guille, ¿os apetece?
- ¡Oh una fiesta! -exclamé emocionada- Me encantaría, pero no sé si Guille vendrá, tengo que preguntarle.
- Bueno, preguntale y a ver lo que te dice, te espero en la puerta de la discoteca a las doce, no llegues tarde -dijo riendo.
- No te preocupes no llegaré tarde -contesté mientras me dirigía hacia el coche.
Ya había llegado a casa, abro la puerta y no parece haber nadie.
- ¿Guille? -pregunté por si estaba en casa.
Había ropa tirada por el suelo, alguna era de él y la otra no la conocía... Espera, ¿¡no estarán...!?
-Oh, ya estas aquí Andre, no te esperaba tan pronto -me dice nervioso mientras sale de su habitación con las sabanas tapando su parte de abajo.
- ¿Tú no tendrías que estar estudiando en vez de hacer lo que estabas haciendo? -le digo mientras le paso su camiseta para que se la ponga.
No creía que Guille tuviera tanta tableta. Espera, ¿¡en qué estoy pensando!?
- ¿Andre, estás bien? -me responde riendo mientras se pone la camiseta.
- S... sí -contesto algo nerviosa mirando al suelo.
¡No puedo creer que haya pensado eso! Guille es mi compañero de piso y no se me ocurriría pensar que me gusta.
Mientras estoy pensando en mis cosas se abre la puerta de la habitación de Guille y sale una chica alta y rubia.
- Hola -me dice sonriendo.
Yo la miro de arriba a abajo, tiene pinta de ser bastante simpática.
- Hola -le respondo con una leve sonrisa.
La verdad es que no pegan ni de lejos.
- Bueno... Em... Guille, me ha dicho Mangel si te vienes conmigo y con él de fiesta -le digo mientras me voy a cambiar.
Él mira hacia la chica y ella le hace un gesto de que ella se va.
- ¡Claro! -me contesta mientras la acompaña hasta la puerta y se va a vestir.
Cuando llegamos había bastante gente y era difícil ver a Mangel, estaba en una esquina mirando el móvil.
Bajamos del coche y nos dirigimos hacia él.
- Te dije que no llegaras tarde -me dijo riendo.
- ¡Son las doce y un minuto! -conteste riendo.
Mangel sólo me abrazó y saludó a Guille.
Entramos y había mucha más gente de lo normal, nos dirigimos hacia la barra, yo pedí una Coca-Cola con ron, Mangel y Guille un mojito.
Cuando estábamos bailando para mi sorpresa vi Rubén entrando por la puerta. ¡Oh no puede ser! No no no, no puede estar pasando. Pero por desgracia me vió bailando cerca de Mangel. Yo estaba un poco borracha por lo tanto no sabía lo hacía.
- Me sorprende verla por aquí, Andrea.
- Yo también tengo derecho a salir de fiesta, ¿qué hace por aquí? -pregunto mientras el corazón me late a mil por hora.
- Bueno, supongo que yo también -me responde mientras sonríe de lado.
No sé por qué pero mis ojos le miran con una mirada de deseo. ¡¿Por qué tengo que estar borracha, por qué?!
Él me devuelve esa mirada.
Mientras yo le digo a Mangel y a Guille que tengo que ir al baño.
Cuando me dirijo hacia allí, noto que Doblas me sigue.
La verdad es que me sientp un poco acosada pero a la vez me gusta. ¡¿Por qué estoy pensando esto?!
En el baño de chicas había bastantes chicas haciendo cola, en cambio en el de chicos no había gente. Yo espero mi turno en el de chicas obviamente, pero noto que algo me coge del brazo y me dirige hacia el baño de chicos.
- ¡¿Señor Doblas?! -le digo bastante nerviosa mientras me pone contra la pared y me empieza a besar el cuello.
- Llámame Rubén, me gusta más -me susurra al oído.
Mis pelos se ponen de punta y mi corazón está a mil. ¡No sé qué está pasando!
Me coge y me mete dentro de un baño, me agarra las manos y me empieza a besar.
Quiero que me suelte pero a la vez me gusta, no me reconozco ni yo misma.
Sus manos se meten dentro de mi camiseta y me empieza a tocar.
De repente se abre la puerta del baño y Rubén me pone su dedo en mi boca para que esté callada. Estamos bastante juntos ya que los baños son bastante pequeños, solo que el váter hace que estemos más pegados el uno al otro.
