CAPÍTULO 2

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Annika

  Veía como mi papá se quedaba todas las noches en su oficina leyendo y sacando pruebas de la inocencia de algún hombre que en algunos casos no se sabía si era culpable o inocente. Me daba cuenta porque se veía la luz de su lámpara reflejada en el suelo.

  Este, ya siendo mi último año de instituto, me había propuesto ser la mejor alumna del curso. No quería que mi papá se sintiese culpable por no poder sacar tiempo para estar conmigo solo quería que se pusiera contento. Desde la muerte de mi madre todo dio un giro. Mi papá trataba de poder sacar esta familia adelante y no sentirnos mal. Admito que siento que se ha aislado de mi hermana menor Brooklyn.

  A ella le ha estado costando mucho enfrentarlo. Siempre me pregunta sobre nuestra madre y las cosas que solía hacer. Pero fuera de la casa era otra persona a la que parecía no sucederle nada pero por dentro tenía un hueco que jamás podrá ser tapado. Brooke se encarga más de los deberes del hogar siempre que papá está cansado que de sus propios compromisos académicos, por lo que a veces me pide ayuda con sus tareas o para que le explique si ella no entiende algo.

  ─ Buenos días ─ La saludé mientras me dirigía a la cocina para prepararme el desayuno.

  ─ Hola, ¿cómo amaneciste? ─ Me preguntó con la boca llena de cereal.

  ─ Bien

  ─ Yo igual aunque sin ganas de entrar de nuevo al instituto

  ─ Yo igual

  Subí para terminar de arreglarme y coger las llaves del carro y al bajar me encontré a mi papá sirviéndose una taza de café mientras trataba de leer el periódico. Al verme, dejó la taza en la mesa y me sonrió.

  ─ Veo que ya estás lista ─ dijo mientras cogía nuevamente su taza y le daba un sorbo

  ─ Así es ─ Bajé las escaleras y me senté en el sofá para esperar a mi hermana.

  ─ Sé que no podré estar en la casa para preguntarte sobre tu día pero quiero que sepas que igual me intereso. Te prometo que en cuanto tenga tiempo te llamaré y si no puedo trataré de llegar lo más temprano que pueda y me cuentas mientras tomamos un chocolate caliente.

  ─ Me encantaría, y no te preocupes que eso es lo único que se y también que tan pronto como termines el caso en el que has estado trabajando pasaremos más tiempo juntos ─. Me paré y fui a darle una abrazo ─ Te amos papá─.

  Brooklyn bajó y nos miró con cara divertida. Se veía genial. Llevaba una camiseta blanca con un blazer azul, tenía unos jeans oscuros y botas cafés. Se había hecho un peinado perezoso pero que le sentaba de maravilla. Papá le dijo lo mismo que a mi y se despidieron con un abrazo.

  Veía como mi hermana estaba de asustada así que le empecé a contar cualquier cosa que me llegara la mente y así hasta que llegamos al instituto. Me despedí de ella y busqué mi casillero.

  Saqué mi horario y lo pegué en la puerta. Cálculo. Guardé mis libros y me quedé con los que necesitaría. Lo cerré cuándo apareció Hunter. Había cambiado. Tenía el cabello más corto y parecía que se había ejercitado. Me sonrío y guiñó un ojo. Yo en cambio solo sonreí y seguí caminando con su bazo rodeándome los hombros. Podía ver a todos observándonos algunos con sonrisas y otros con cara de envidia. No sabía cómo yo me debía sentirme. Hunter era uno de los candidatos para ser el capitán del equipo de hockey. Él estaba seguro de que iba a ganar ya que era el mejor.

  Al llegar al aula me quedé frente a él mientras el resto de mis compañeros entraba. Hunter se acercó un paso hacia mi y me susurro ─ nos vemos en el almuerzo ─. Me besó y entré. Escogí uno de los pocos puestos que quedaban y saqué mis libros. El profesor comenzó dando los temas y su forma de enseñar. De repente su respiración se volvió acelerada. Su espalda subía y bajaba descontroladamente. No sabía que hacer así que pateé su asiento sin que nadie se diera cuenta hasta que despertó de un sobresalto. Se quedó un momento quieto y luego se giró hacia mi con una sonrisa que duró un segundo.

30 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora