serendipity ; bws

prólogo

Todo a mi alrededor da vueltas, siento la musica en mis venas, haciéndome vibrar, siento ganas de bailar pero a la vez sé que no me puedo levantar, y que si lo hago acabaré en el suelo. Quizás no fue buena idea venir, quizas debí escuchar a mi cabeza e irme, pero a partir del cuarto chupito ya no era mi cerebro el que controlaba.

Siento a alguien sentado a mi lado, no sé en que momento ha llegado pero es un chico, un chico muy guapo, al menos eso es lo que veo, o quizás la visión se la llevó el tequila hace mucho. Me saluda con la mano cuando me pilla mirandole, no creo que él esté en mucha mejor condición que yo, quizás él sea mi complice en el delito esta noche.

Se levanta, me tiende su mano y yo la acepto, juntos nos dirigimos ala abarrotada pista mientras nos tropezamos con nuestros propios pies. Nos colamos entre la gente y nos paramos en el centro, suena una melodia sensual algo que anima a mi cuerpo a pegarse al suyo y bailar lentamente hasta que ni el aire pueda pasar entre nosotros. El lleva sus manos a mis caderas, rodeandolas y siguiendome en la danza. No sé cuanto tiempo estamos así, no sé quien es pero no me importa, sé donde va a acabar esto, no será la primera ni la ultima vez que pase.

Por eso no me sorprende cuando tira de mi brazo y me susurra al oído que le acompañe. Nos montamos en un taxi y nos perdemos en las oscuras calles de Londres mientras nuestros labios se mueven simultáneamente de forma frenética.

Pasa el tiempo y paramos, subimos las escaleras de forma torpe pero sin soltarnos, los dos sabemos lo que se acerca, no me importa su nombre, único que quiero es que me haga olvidar toda la mierda de la que estoy rodeada, que me haga sentir el mas minimo cariño y que calme los demonios que hay en mi. Engancho mis manos a su cuello y las subo por su suave pelo, definiendo con mis dedos sus rizos y bajando otra vez hasta el dobladillo de su camiseta para quitarla con un rápido movimiento, y tirarla al suelo donde yace la mía desde el momento en que la puerta se abrió.

A partir de aquí todo es un lío de extremidas que se entrelazan y cuerpos que piden más, aunque solo se esa noche.