Cap. 1: Arte.
Sentía cada vez los pasos más cerca, eran pesados, como si fueran de zapatos hechos de hierro. Estaba frío, pálido y temblando de miedo bajo la cama, mientras abrazaba mis piernas. ¿Mamá dónde estás? ¿Y mi hermano? Me preguntaba en mi cabeza, pero ya era tarde para escapar a sus brazos, ella no estaba y no entendía por qué. El hombre de zapatos pesados, me agarró del brazo con fuerza, arrastrándome por el suelo, mis uñas se aferraban al piso de madera, al punto de que mis uñas se rompían y mis dedos sangraban. Pataleaba, gritaba, lloraba, pero nadie me escuchaba, ni yo mismo. Me llevaban unos hombres, más bien unas sombras y sus ojos eran luces rojas, de repente todo se volvió negro...
— ¡Mierda! —Desperté dando un grito, mi frente estaba con sudor y mi respiración agitada.
Nuevamente ese maldito sueño, no he dormido bien desde aquel día. Mi pasado me atormenta y mi presente también, ¿Mi futuro? No sé qué futuro me queda, probablemente seguir viviendo, es una mierda.
Desearía muchas veces morir, pero para mí eso es algo totalmente imposible, ¿Creían que ser inmortal sería lo mejor del mundo? Ja, la vida eterna, es un infierno en vida.
1940, la segunda guerra mundial. No faltaron los idiotas que experimentaron con humanos, jugando a ser Dios, hubo un científico, Joseph Mengele. Era un sádico hijo de puta. Tuvo una fascinación por los gemelos y para la suerte, de mi hermano y yo, lo éramos. Mi madre desapareció de la faz de la tierra, de un día para otro y nosotros quedamos en un mundo de caos, sin protección, en una ciudad destruida. Él, lamentablemente nos encontró, la mente inocente de un infante, no comprendía el peligro de esto. Fuimos sus ratas de laboratorio, para uno de sus más grandes experimentos y el más desconocido de todos, llamado "Vida eterna". La idea de eso, era inyectarnos "La vida eterna", el efecto secundario era cambiar la pigmentación del color de los ojos, nunca supe que mierda era ese líquido azul, que quemaba a medida que se mezclaba con mi sangre, nos inyectó directamente a la vena, sólo sé que mi hermano murió y como un milagro, sobreviví.
Como pocos, logré escapar de sus manos, me creyeron muerto, por unos momentos lo estuve, me dejaron junto a los otros cuerpos, cubierto por una sábana blanca, desperté, dando un gran respiro, fue como volver nacer. Miré a mí alrededor y estaba rodeado de cuerpos sin vida, era macabro. Había una ventana abierta, vi en mí reflejo en este, mis ojos siempre fueron negros, se me hizo algo extraño verme ahí, uno de mis ojos estaba azul, el otro apenas, sólo una pequeña mancha del color, el resto del ojo derecho, era negro y si no recuerdo mal, estaba lloviendo, estaba desnudo, pero no me importo, corrí, corrí, hasta estar tan lejos y agotado, que caí, me quedé en ese mismo lugar hasta el otro día.
Me encontraron una pareja, ellos había perdido a sus hijos también, me decidieron cuidar, escaparon del país para así comenzar una nueva vida en Estados unidos, sólo ellos sabían sobre mi secreto, nadie más que ellos. Me cambié el nombre a Justin Bieber, éramos la familia Bieber, queridos en la pequeña ciudad que vivíamos, pero yo no me sentía así, siempre sentía que todos me miraban como el bicho raro, como si conocieran mi secreto o tal vez era por el simple hecho de mi heterocromía.
Pasaron los años, mi crecimiento se detuvo cuando fui mayor de edad, en 1955. Nunca me enfermé, mis heridas se cicatrizaban en minutos, hasta yo mismo jugaba con la muerte, me tiraba de la ventana, caía, pero continuaba, con cada hueso en su lugar, sano y fuerte. Increíble.
Mis padres fallecieron, en 1985, yo continúe con mi vida, deseando que no fuera así. Tenía 21 años y estaba sólo en este mundo. Tuve amigos de cartón, ellos venían y se iban, veía a las personas nacer, morir, y nada más, el ciclo de la vida.
En 1995, me enamoré por primera vez, de una chica, ella era bailarina y yo un mecánico en un taller de autos, y para el colmo ella falleció en un accidente automovilístico. Nuevamente solo. Tuve amores pasajeros durante el resto de los años, ninguno como el de ella.
Es fines del 2012. Cambié mi identidad, ahora me llamo Jason McCann, estaba cansado de ser el mismo, si iba tener vida eterna, debía aprovecharlo y a la mierda con todo. Me perforé las orejas, cambié mi corte de cabello, me llené de tatuajes, son pocos los centímetros de mi piel sin tatuar. Salí más a fiestas, pero nada, seguía sin sentirme vivo. Entré a otro taller mecánico para trabajar, tener un sueldo, debía intentar encajar al menos un poco, también conseguí un trabajo los fines de semana en un estudio de tatuajes y perforaciones, estudiar, trabajar me mantenía distraído. Pero, tampoco era suficiente, renuncié a ser mecánico.
Me metí a una banda y no hablo de esos que tocan instrumentos, sino de los temidos criminales de una ciudad. De día soy un simple chico que trabaja haciendo tatuajes y perforaciones, de noche un bastardo que sabe manejar un arma, que recibe una bala y no muere. Este soy yo, este en mi nuevo yo.
2015, pasé a ser el novato de la banda, a ser el mejor, un verdadero gangster. Pero los tatuajes siempre serán mi pasión, el arte puede estar en tu piel, el arte puede estar en todos lados.
La chica me observaba, algo preocupada, movió su mano en frente de mí.
— ¿Estás bien? — Me preguntó.
— Si, si...Sólo fue una pesadilla.
— Mhm...bien.
— ¿Qué haces aquí? Está cerrado.
— Ehm, es sólo que no estaba el cartel en cerrado y además la puerta estaba abierta, y, y, me iba a hacer mi primer tatuaje, nunca he estado en algo como es-esto. —Sus mejillas se sonrojaron, la interrumpí.
— Sólo juego, me tomaste desprevenido, como nunca nadie venía y aproveché para tomar una siesta. —Carcajee, ella se relajó un poco, sonriendo nerviosa. — Vale, toma asiento, te pasaré las plantillas para que elijas.
Ella asintió, tomó asiento y movía sus piernas, ansiosa.
— ¿Estás segura de esto? —Le entregué la plantillas— Espero que seas mayor de edad...Digo, tienes cara de nena pequeña.
— Tengo 19. —Me miró frunciendo el ceño.
— Sólo decía, porque me podías meter en problemas en mi. —Me encogí de hombros, suspiré, noté que me observaba mucho, en especial mis ojos.
— Es heterocromía.
— Oh...disculpa, yo.
— Tranquila, me avisas cuando ya hayas elegido.
Asintió, intentando refugiar su rostro en las plantillas, estaba avergonzada al parecer. Fui hasta el mesón y así comenzar a preparar las herramientas, tinta, etc.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Sin querer borré el primer capítulo, por favor quienes le dieron un voto antes, ¿Se lo podrían dar otra vez? Gracias, lo que más me molesta, es que perdí tan lindos comentarios :(.
ESTÁS LEYENDO
Evil is but a shadow «j.b» [Editando]
RandomDicen que el amor crece, pero sólo lo he visto morir.