Querido diario:
Mañana cumple 15 años y ya recibí esté diario. Empecé como ocho diarios íntimos en mi vida; a todos me los regalaron en distintos cumpleaños. Sí, ya sé que al iniciar cada uno prometí completarlo y no cumplí, pero antes era chica para darme cuenta de que es importante tener algo que hacer cuando una no tiene nada que hacer y busca ser alguien en la vida.
Mmm... ¡Qué enredado sonó eso! No importa. No pienso borronear los primeros renglones, así que, mejor, comienzo contando mi historia, que es tan larga que voy a hacer un resumen (¡Uh!... digo resumen y me acuerdo de que tengo que estudiar Biología. Me la llevé a rendir... no soy perfecta, ¡Qué le voy a hacer!... Por el momento me concetraré en mis 15, ¡Y yá!).
La verdad es que me encanta la idea de escribir este diario. Mi libro favorito de chica era papaíto piernas largas... Yo soñaba con una historia de amor como la de Judy Abbotto. Devoraba cada carta, página por página. Un día mi abuela me interrumpió (de metida que es, nomas), para decir ''medio incestuoso ese libro'', cuando me leyéndolo. No entendí por qué. No hablaban de insectos en esa novela... ja, ja...
Bueno, ¿Por dónde empiezo mi propia historia?... a ver... sí, sí... Me tienen podrida. Sin duda... ¡Me tienen podrida! Tironeada de acá. Tironeada para allá. Al fin y al cabo yo era hija única y ahora, que mis viejos hicieron la suya, aparecen hermanos por todos lados. ¿Qué hice para merecer esto? ¡Nada!... Estoy harta de ser el jamón del sánguche. ¿A caso me consultaron a mí para casarse, o cuando decidieron ser mis padres, o cuando se separaron, eh?
No es que me encantara ser hija única, pero eso de que me llenen la familia de desconocidos, tampoco. Porque al fin y al cabo, los hijos del marido de mi vieja, son ilustres desconocidos. Mamá está feliz con la vida Ingalls (¿o simpson?) que lleva ahora junto a Rubén y su prole, pues siempre quiso una familia numerosa, y como no puede quedar embarazada...
Por eso me adoptó a mi. Pero se ve que no le alcanzó y se casó con una tribu completa. Jimena, de 16 años, (alias ''el ente''), una creída de no sé qué. Javier, un desubicado... Este año por quedar bien con mamá, aceptó incribirse en MI club (menos mal que yo estoy en el seleccionado de vóley femenino, que si no lo tendría entrenando en la nuca...) Y tercero, ¡cielo santo!... Salvador... bueno, Salvador es chico, pero ¡cómo rompe la paciencia! Un demonio de 7 años; no para ni un instante de hacer maldades... ¡Todavía no encuentro las llaves del cajón de mi escritorio que escondió vaya uno a saber dónde! Ni pude sacar el maquillaje que desparramó sobre mi cubrecamas. Ni sus dibujos con marcador sobre mi cubrecama... En cualquier momento lo empujo desde el balcón, como sin querer, de pasadita...
Por suerte me dan tres días de descanso por semana, cuando se van con su propia madre, más los dos que yo paso con mi viejo... Cinco días de tregua. Sin hermanastros a la vista.
Aunque con mi viejo... mmm.... Mi viejo tampoco es el premio mayor de la lotería, NO. Adela, su nueva mujer, es una re contra metida. Se hace la mosquita muerta, la angelical, pero yo sé que lo que pretende es hacerme pisar el palito... pedazo de bruja... para luego echarme a la hoguera... si por lo hubiese convertido el departamento de mi viejo en chocolate, pero no. Es vegetariana, anticelulítica y deportista. La vida sana es su lema. Ya no vivimos a pizzas, hamburguesa y papa fritas con papi. Ahora comemos brócoli y zanahoria. La semana pasada compré a escondidas unas costeletas de cerdo, y mientras Adela no estaba en casa las preparé. ¡A la plancha las hice!, y no habrí ni una ventana. Cuando llegó casi se muere del asco. Y a mí qué. Llevaba dos días a cereales y legumbres... y el cuerpo me pedía proteínas... ¡grasa!... ¡colesterol!... Papá frunció la cara, pero no abrió la boca, que si no, me hubiese obligado a actuarle una escena fatal. Sabe bien lo que le conviene...Bueno, ya conté bastante para empezar.
Siempre tuya (así se despedía judy... ¡Queda súper!)
CECI
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El jamon del sanguche
Novela Juvenilescritora: Graciela Bialet Bueno,¿por donde empiezo mi propia historia?... A ver... Si,si. Me tienen podrida. Tironeada de acá. Tironeada para allá. Al fin y al cabo yo era hija unica y ahora, que mis viejos hicieron la suya, aparecen hermanos por t...