PROLOGO

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Era una noche tranquila y silenciosa de octubre, el sonido del viento hacia rugir las hojas de los árboles, el cielo era solo iluminado por la luz de la luna, ésa noche la silueta de un hombre tambaleante, se veía atravesar las solitarias calles de la ciudad.

Mientras tanto unos chicos tomaban tranquilos, a la orilla de un solitario rincon, hey! mira a ése tipo, si! a de estar borracho, decían los jóvenes que sonreían alegremente, por tener a alguien a quién molestar, hey Tu! Vejete, porqué no vienes un momento, eh!?, si tenemos algo para ti, le gritaban burlonamente, pero el hombre, solo siguío su camino tambaleándose por la fria y sola calle,haciendo caso omiso de las burlas de aquéllos tontos, pero jóvenes chicos.

Mira se esta escapando!, dijo sonriendo uno de los chicos, entre risas, siguieron al tipo mientras se reían y lo empujaban de un lado a otro intentando hacerle caer, de pronto el lider de los chicos puso el brazo en el hombro de aquél hombre, volteandolo al mismo tiempo que sus ojos se abrían de par en par.

El rostro descarnado y de mirada vacia de aquél hombre, se ilumino con la luz de la luna y miro a los tres chicos.Pero que demo..!, no habia terminado ni de decir la frase cuándo aquél hombre se abalanzó sobre el chico que lo sujetaba y clavo sus dientes, en la yugular del ahora ya sin vida joven que yacia a merced de aquel ser, el tipo mordio y comio mientras la sangre y visceras de aquel joven, quedaban esparcidas, en las ahora ya rojas, calles de la ciudad.

Los dos chicos restantes, huyeron a travéz de las tenebrosas calles preguntandose, que habia sido aquel ser que se habían encontrado calles atras, cansados y sintiéndose ya a salvo se detuvieron a llorar la pérdida de su amigo, pero como si de un mal chiste se tratase, un sonido hueco y lastimero, seguido de un arrastrar de pasos lentos comenzo a escucharse en el lugar.

aaah! aaaah!

A los chicos se les enfrió la sangre, sabían que ya no era uno, si no varios de esos seres, los que salian a travéz de la oscuridad, aterrados corrieron tratando de evadir a ésas cosas, para ellos, todo era tan bizzaro, tan irreal, por dónde fueran, aquellas cosas les salían al pasó, ya fuera al girar por una calle,o a travéz de una ventana incluso por debajo de los coches, todo era una completa locura.

Los chicos corrieron hasta que el cansancio ya no lo permitío más, resignados, lograron ver lo que al parecer era un complejo residencial, en un ultimo intento por salvarse, se dirigieron hacía aquel lugar, rezando por perder a aquellas cosas, que les seguían de muy cerca los pasos, lograron llegar e intentaron entrar pero la reja de entrada, estaba cerrada, valla suerte se dijeron para si mismos, decidieron saltar a travéz de una de las bardas esperando a que quién fuera que viviera en aquel lugar, saliera y les diera el refugio que tanto buscaban, esperanzados, tocaron, puerta tras puerta pero no recibieron ninguna respuesta.

Ya exhaustos y al ver que no habia rastro de aquellas cosas, decidieron descanzar, se dirigieron a la casa mas lejana y grande de aquel lugar, y ya sintiéndose seguros, se recargaron junto a uno de sus grandes ventanales, mientras se decían felizmente a sí mismos, que lo habian conseguido, sin embargo y mas rápido de lo que los chicos pudieron reaccionar, brazos descarnados, y provenientes de detrás del cristal los sujetaron devorando sus ya cansados cuerpos, al tiempo que dos horribles gritos daban fe, del fin de la vida de los dos jóvenes.

Esta era su noche, la noche de los monstruos, los devoradores de carne, la noche de los muertos vivientes.

El Día De Los Muertos VivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora