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Al entrar a casa, fingí una sonrisa para mi madre.

-¿Como te fue?

"Bien" le respondí, a pesar de que era una mentira.

Al entrar a mi habitación, me deje caer en mis propias lágrimas.

Me sentía fatal, me deprimi tan rápido.

Y no fue tu culpa
Tampoco eres un idiota como dices
Fue culpa mía y de mis pensamientos

Toda la culpa fue mía

Porque solo yo me puedo deprimir con esa facilidad.

Los días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora