"Apuesto que conoces el discurso de Hamlet sobre ser o no ser. Apuesto que son pocas las posibilidades de que hayas leído la novela. Apuesto que quizás te parezca ridículo aquel discurso. La cosa es que lo ridículo tiene trasfondo. Lo ridículo es fascinante y ocurrente; y quizás ridículo no sea la palabra. Pero lo ridículo de este discurso es hermoso y profundo. Lo rídiculo de este discurso es que todos lo conocen y pocos lo entienden. Lo ridículo es que es como amar. Amar es, quizás, rídiculo. Y como aquel discurso de Hamlet tal vez si, tal vez no, apuesto a que son pocas las posibilidades."
La puerta sonó tres veces, Louis sabía que alguien estaba tocando pero sinceramente, hacerse el loco, pretendiendo que no se encuentra en casa le pareció una mejor idea que atender la puerta.
"¡Louis! ¡Soy yo, Harry, ábreme!"
Louis sintió el pánico inundarlo por un momento, se levantó rápidamente con el corazón latiendo fuerte, pues había quedado parado en el medio de su sala, sin saber que hacer.
Es inconcebible, simplemente inconcebible como Harry siempre decide aparecer justo cuando él se encuentra en sus peores fachas.
Se acercó a la puerta con pasos silenciosos y logró ver perfectamente su silueta a través de la mirilla, su pánico aumentó inmediatamente.
"¿Lou? ¡Sé que estás allí, puedo oír tus pasos!"
Louis se obligó a sí mismo a respirar profundo y así, bajar su ritmo cardíaco; colocó la mano en la perilla de la puerta y abrió rápidamente, tomando a Harry del brazo y metiéndolo a su casa. Lo último que Louis necesitaba en estos momentos era a los vecinos de su piso hablando durante semanas del "hombre alto y guapo en la puerta de su casa".
"Uhm... Así que ¿es ésta alguna clase de seducción? Porque déjame decirte que me encanta." Harry sonrió vilmente mientras colocaba las manos alrededor de su cintura; sus ojos oscureciéndose un par de tonos. A pesar de que esto, pudo ver el tinte de burla que estos guardan, Louis no pudo evitar sonrojarse, por lo cual no duda en empujarlo para que le suelte sin decir una palabra.
Louis sintió el calor recorrer sus mejillas en ese preciso instante y era capaz de jurar que se iba a quitar la vida en cuánto ese ser saliera por la puerta, la vergüenza le consumía, el pánico que había ocasionado la llegada de Harry, nubló su mente, puesto que al parecer, se encontraba prácticamente en paños menores: un camisón que le había regalado su tía abuela; demasiado grande lo vieras por dónde lo vieras, demasiado ajustado también. Le llegaba lo justo para tapar los glúteos ya que se atascaba en sus caderas de lo ajustado que le iba, aunque quedaba suelto alrededor de su cintura y torso; las mangas eran lo suficientemente largas como para quedarle como un suéter. De hecho es muy cómodo, su tía abuela Lucy se la regalo cuando apenas empezaba a practicar el tejido, apenas tenía 12 años y el camisón le quedaba como un vestido de gala, igual se lo quedó. Era lo único que llevaba puesto en aquellos momentos.
"¡Idiota! Sólo... sólo no me di cuenta de... de cómo iba vestido." Louis estaba tan molesto y avergonzado que sus mejillas estaban exageradamente rojas.
Lo hacía ver tan inocente que Harry no puede evitar reír mientras que vuelve a tomarlo entre brazos, descansando sus manos en su espalda baja en vez de su cintura.
"Qué curioso... Una muy tentadora casualidad." Los ojos de Harry se habían vuelto más oscuros a medida que pasaban los minutos pero Louis no se asustó realmente hasta que sintió su semi-erección en la cadera, y sus manos bajar al borde del camisón, donde masajeo sus nalgas y muslos, haciéndole perder la cordura.
"Harry... No lo sé... Yo no... Yo..." Louis quedó mudo por unos segundos antes de soltar un sutil gemido mientras que Harry había empezado a explorar la piel desnuda de sus caderas con sus manos.
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Insistencia | l.s.
Romance"Louis, ¿puedo ser honesto contigo?" 'Me sentiría ofendido de lo contrario, sí." "Te quiero. Mucho más de lo que usualmente admito." 'No lo creo pero gracias por intentarlo.' O Harry es un fotógrafo muy extrovertido y Louis es un ayudante bibliotec...