Recuerdos

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POV Richard

Cuando terminamos la escuela, Julia y yo teníamos una hermosa y sana  relación, llevábamos cerca de dos años y medio juntos,  la amaba, la amaba tanto que tenía miedo de entrar a la facultad. Cuando ese momento llegó, ella se inscribió en la carrera de  periodismo y yo ingeniería civil industrial, nos mudamos a una pequeña pensión donde compartíamos habitación con más estudiantes, aun así todo parecía ir bien. 

Los primeros meses hicimos lo posible por darnos espacio, no sé, ir al cine, a cenar, que sé yo, pero todo cambio cuando Julia comenzó a hacer voluntariados ¡malditos y putos voluntariados!. Esas labores terminaron por alejarnos, pasaba meses enteros fuera del país -tratando de salvar a la humanidad - reconozco que estaba celoso, comenzamos a discutir cada vez que salía a las reuniones, ayudantías,  trabajos temporales que restaban tiempo para los dos; sumado a que la universidad ya nos  estaba consumiendo. Finalmente ella fue quien decidió que lo mejor era que nos separáramos. No estaba de acuerdo, pero ella era una apasionada, mientras que yo sólo quería que fuera feliz. 

Cuando conoció a William un famoso estudiante de la escuela de leyes, guapo, inteligente, adinerado, su familia tenía un buffet con los mejores abogados del país. Sentí que mi corazón murió. Todo mi mundo se derrumbaba sin ella. Ella con otro hombre que no era yo. Sin embargo me seguía queriendo como un amigo, aún vivíamos en la pensión, por lo que tenía que verla de vez en cuando. Salíamos los tres a  diversas fiestas, mientras yo lo único que hacía era emborracharme para olvidar que ese abogadito lindo hacía suya a mi ¡MI! mujer, en las habitaciones de arriba. Fue ese mismo día en que resolví buscarme a una mujer y tratar de ser feliz. Julia me presentó a Susan, su inseparable amiga del voluntariado. Era una mujer muy bonita, castaña, no muy alta, interesante e inteligente; interpreté en su mirada un flechazo, un enamoramiento a primera vista ¡bueno! ¡yo tampoco estaba tan mal!. Comenzamos a salir y poco a poco me sentía más atraído por ella pero seguía amando a Julia en secreto. 

Egresamos de la universidad y el campo laboral se abría frente a nuestras narices, poco tiempo después decidí mudarme con Susan a una pequeña casita, en un barrio  lindo y muy tranquilo, todo estaba bien -sólo bien -  mientras que William y Julia sería nuevos vecinos meses más tarde. Todavía teníamos el don de la juventud, disfrutamos de varias cenas, fiestas, paseos, los cuatro, siempre los cuatro. En una fiesta donde el alcohol hizo sus efectos en mi cabeza, arrastre a Julia al baño del lugar, le supliqué que me diera otra oportunidad, la necesitaba, la amaba, ella era el amor de mi vida. Todo dio un giro cuando vi que las lágrimas caían por sus mejillas, estaba embarazada de Gabriel.

-Te amo, todo esto fue un error, dejarte fue un error - hizo una pausa alejando con sus dedos aquellas lágrimas de tristeza - pero ya es tarde para nosotros Richard.

-¡No! ¡maldita sea Julia! ¡Cómo fuiste a hacer esto! -me tome la cabeza como un loco demente - ¡Te detesto¡ ¿lo sabes? sabías que aún te amaba, que solo jugaba con Susan para estar más cerca de ti... te odio.

Con Susan intentamos por 3 años tener un bebé y ahí estaba mi hermosa Anne, se llamaba como mi madre. Tenía una grandes ojos café, su pelo era castaño como el mío, tan pequeña, tan indefensa. Me enamore de ella a primera vista. Esa era mi hija, mi razón de vivir.


***

Gabriel era un chico un poco retraído, pero estaba locamente enamorado de mi pequeña Anne. A sus cortos 10 años ya me imaginaba a estos pequeños de la mano, saliendo a fiestas tal  como yo lo hacía con Julia. En la cena de la  navidad ella me invitó a la cocina a recoger los trastos de la cena, sus ojos hermosos me miraban de forma coqueta, no entendía lo que me quería decir hasta que me beso. Sus labios eran como los recordaba, dulces, suaves ¡Dios! ella era mi mujer y no Susan. Comenzamos una peligrosa aventura donde en cualquier momento nos podíamos quemar. 

-¿Richard? - dice Julia a través del móvil, su voz  era... nerviosa, asustada.

-¿Qué pasa amor? - contesto curioso - dime soy todo oídos.

-Richard estoy embarazada.

 Y esta vez el bebé era mío. 


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