105 razones para quererla

cap.1

6 de mayo de 2015

Para ser concreta, a mi corta edad cometí una tontería enorme, o almenos eso lo es para una adolescente loca y tonta como es mi caso.
Hoy era un día común y corriente en mi vida, pero algo bueno y malo a la vez me ocurrió, estaba en la cuarta hora, era la de Formación Cívica.
Me quedé dormida, la noche anterior recuerdo haber estado haciendo cosas poco productivas.
Entonces como consecuencia mi sueño en clase.
-señorita- dijo- una maestra.
-¿¡eh!? -contesté- como siempre, solo que esta ves un poco más espantada de lo normal.
Me hicieron bajar a mi y a un compañero hacia el patio.
Me senté en una banca ubicada por el frente de la entrada de las escaleras que conducía al baño, y ahí estaba.......
-conéctese a Internet señorita- me dijo la maestra.
-Si,si!- le respondí.
El punto era contestar una encuesta online en la que la escuela estaba inscrita, mi tableta no se conectaba, era un poco molesto, entonces vi a una tipa que estaba a mi derecha, tenía unos lentes rosas, pero rosa intenso, rosa fluorescente para ser más realista, imaginate unos lentes asi en una persona de muy buen aspecto, pues te hace sentir conformidad y no desconfianza.
Mi tableta ya había agarrado el Internet, pense en hacerle platica a la chica que estaba a mi costado.
-¿ya te agarró la señal?- comente con sarcasmo.
Ella me contestó con negatividad, asi que le dije -toma la mia- se la preste y ella me dio la suya.
Pasaron unos minutos y le pregunte su nombre.
-¿¡Apellido al cuadrado!?- no entendía, pero después me explicó y me quede asombrada de conocer a una persona con un apellido al cuadrado, entonces opte por pedirle prestados sus lentes, tenian mucho aumento para ser honesta, pero le vi los ojos y me quede ¡im-pac-ta-da!
-!oh! Tienes los ojos bonitos- le comente.
-gracias- me respondió.
Entonces mi compañero aún no terminaba su encuesta.
-ya me voy- le dije distraída,me fui caminando y a unos 2 metros escuché mi nombre en el cielo.
Era ella, me estaba gritando para devolverle su tableta, quise molestarla y le dije -aquí la tengo-
Mi compañero y yo nos subimos al salón, el primer error que cometí, enseñarle la tableta de la chica.
Efectivamente, me equivoqué horrible, le di el arma a mi amigo para que empezará a pensar como acabar conmigo.
La guardamos en la mochila de una amiga mia, a la hora de la salida la chica de los lentes me gritó y recorde que tenía su aparato, se lo entregue y me despedí.
De echo fue algo bueno y algo malo a la vez, conocerla fue el inicio de una buena historia con un final que tendré que arrancar de tus hojas, mi querido Poli.