El día de San Valentín es una de las fechas más esperadas por los enamorados jóvenes, porque marca un día especial para poder demostrar su amor, para no temer y lanzarse hacia la persona amada con los sentimientos hasta ahora albergados, porque si no lo dices en día de San Valentín ¿Cuándo lo dirás?
Abbotsford Preparatory School tiene una tradición especial, una tradición que es acatada por todos los estudiantes como el legado de ese prestigioso colegio.
- Dice la leyenda que en la primera generación de este instituto existía un estudiante realmente apuesto - el tono de voz acompañaba a la historia dándole un matiz lleno de misterio - pero a pesar de ser tan guapo no tenia novia, muchas chicas se le acercaban pero siempre las rechazaba, simplemente ellas no sabían cómo llegar a él... pero el día de San Valentín, cuando todas las chicas trajeron sus cartas de amor y regalos de toda índole para el apuesto caballero este se rehusó a aceptarlos.
- ¡Amo esta historia! - casi gritó una pelinegro, Hanna, guardando silencio de inmediato al ver las miradas de sus compañeras.
- Una de las chicas que está muy enamorada del joven no había traído un costoso obsequio - continuó la narradora, una adolescente con una larga melena rubia, Lily, que había aprendido esa historia desde que la escucho por primera vez - pero aun así se le acercó, ya todas habían dado por perdida la batalla ese día, pero la joven caminó con paso decidido al lugar donde descansaba el joven, le extendió la mano y le dio un pequeño chocolate que ella misma había preparado para el... muchas chicas rieron al ver el patético regalo, si él había rechazado los más exquisitos regalos porque aceptar tan poco, pero en ese momento el joven no solo aceptó sino que se comió el dulce regalo, todos veían expectante el momento.
- "Muchas gracias", fue lo que el joven le dijo a la chica luego de saborear el exquisito postre que le había regalado, "¿lo hiciste tu?" - Era otra interlocutora la que tomo la palabra, Caroline, era su parte favorita de la historia - "Si", respondió tímidamente la muchacha, "solo quería darte un obsequio por el día de San Valentín para demostrar mis sentimientos hacia ti", en ese momento el joven se acerco peligrosamente a la muchacha y le susurró unas palabras al oído antes de besarla frente a todos.
- Las palabras que le dijo ese día fueron contadas por la joven días después cuando era la novia oficial del apuesto chico - volvió la primera a contar la historia - las frases quedaron grabadas en la mente de los estudiantes, tanto hombres como mujeres y se trasmiten de generación en generación desde ese día, "un chocolate es un regalo dulce y momentáneo que nunca se puede devolver una vez que es recibido, la única forma de agradecerlo es dar un regalo que sea dulce, momentáneo y que nunca se pueda devolver una vez sea recibido, ese regalo es un beso.... Pero un beso no se da a menos que la persona te guste"
La historia terminó, muchas chicas aun seguían imaginando al apuesto adolescente capaz de decir tan bellas palabras y a la joven que con amor logró causar la impresión correcta y ganar el corazón de su amado.
Desde esa ocasión la tradición de Abbotsford Preparatory School decía que si un chico aceptaba y se comía el chocolate hecho por la joven debía agradecer con un beso, lo que prácticamente era una declaración de que había atracción por ambos lados.
- Al parecer el profesor Smith no se va a presentar hoy - comentó Hanna a sus amigas aun reunidas en aquel círculo formado para escuchar la historia - siempre llega tarde pero ahora si se excedió.
- Si no hay profesor podemos aprovechar el tiempo para dar nuestros chocolates - era Lily quien lanzaba con un tono pícaro el comentario.
- Harry aceptara mis sentimientos - gritaba una joven del otro lado del salón antes de salir con una caja en sus manos, algunos chicos sonrieron ante el inocente comentario.