Capítulo 3.
Me quedé petrificada en aquel sillón. Cuando recobré la compostura, me levanté y volví a colocar el sillón donde se encontraba cuando llegué a aquella habitación, decidí dejar el álbum en una mesilla situada al lado de la cama de Jake y salí del hospital. Pasé por las puertas de salida y el frío me golpeó, estaba oscureciendo. Me abroché la chaqueta, me abrace pegándola más a mi cuerpo y puse rumbo hacia mi casa dejando el coche en el hospital. Las calles de Londres eran muy amplias, había reservado ese paseo de diez minutos para pensar. En las calles se empezaban a notar las primeras señales de la Navidad: Luces, Papa Noel, renos... Incluso en una chimenea había un muñeco de Santa Claus, al levantar la cabeza para verlo algo pequeño y húmedo salpicó mi frente, lluvia, empezaban a caer pequeñas gotitas de agua y en el suelo se comenzaban a formar pequeños lagos. Eso no hizo que me apresurase por llegar a casa, quería sentir como la lluvia caía sobre mi cuerpo, ya casi completamente mojado. Seguí caminando por la calle tranquilamente mientras se comenzaban a ver los primeros rostros por la ventanas . Cuando llegué a la puerta de mi casa dudé en entrar, pero finalmente introduje la llave y empujé hacia dentro.
-Hola, chicos. No me apetece nada cenar, estoy cansada. Me voy a dormir. --- antes de que mi madre me dijera que tenía que tomar algo corrí por las escaleras, pero pude ver que la cara de mi madre era una mezcla de miedo y preocupación.
Me puse el pijama y me fui a dormir, enseguida me quedé dormida. Me desperté demasiado pronto de lo habitual en mi, había estado pensando que hacer y decidí seguir yendo al hospital y en cuanto Jake despertara le pediría explicaciones sobre la foto.
Me puse una sudadera verde combinada con unos pantalones vaqueros, cogí mi bolso, metí unas cuantas cosas, bajé las escaleras de mi casa hasta la puerta principal donde cogí un paraguas y me fui hacia el hospital, no antes sin pasarme por una cafetería a por un café.
Salí de la cafetería cuando alguien gritó mi nombre desde la otra acera, miré en dirección de donde procedía aquella voz, sus ojos azules me observaban desde el otro lado de la calle, era Max, el hermano de Jake.
Le hice un gesto con la mano como saludo, el cruzó la carretera hacia mí, seguía igual, pelo moreno, ojos azules e igual de musculoso. Nada más llegar a mi me recibió con un fuerte abrazo, cuando separó sus musculosos brazos de mi espalda comenzó a hablar.
-Vine en cuanto me entere, ¿ Cómo te encuentras?
-Bien, tengo confianza en que se recupere pronto y podamos volver a la normalidad, en fin, tengo que ir yendo hacia el hospital precisamente --- Max me agarró de la muñeca
-Voy hacia él ahora mismo, si quieres te puedo llevar
-Pues... --- intenté elaborar una excusa rápida, pero los labios de Max se empezaron a tensar --- está bien.
Max no vivía en Londres ,vivía en España, en la zona sur. Habíamos ido a visitarle varias veces, acabando siempre en un bar llamado "la gitanilla", ahí tomábamos copas y típicas comidas españolas .
Él me acompañó hasta su coche, era un mercedes de color negro, entramos en su interior. Por dentro era bastante amplio, los asientos con un tapizado gris claro, la radio era bastante moderna diría que el coche era nuevo. No me extrañaba que Max tuviera un mercedes nuevo, la familia de mi novio tenía bastante dinero, la madre era abogada y el padre era cirujano, se veía que Max había seguido la tradición familiar. Max rompió aquel silencio incómodo, en el que me había dedicado a observar el coche como si tuviese mucho interés.
-¿Qué tal van los estudios?
-Se podría decir que bien --- mentí, hacia varios días que no pisaba la puerta de mi instituto ¿Y a ti?
-En el trabajo muy bien, ya llevamos construidas diez empresas repartidas por el continente y aquí construiremos una, pasaré una etapa en Londres.
La sonrisa me salió sola, desde que llegué a este pueblo, Max y yo fuimos amigos , se podría decir que habríamos llegado a más de no ser por Jake. Cuando comencé a salir con él , Max me retiró la palabra, unos meses después se marchó a España , allí montó su propia empresa.
-Me alegro por ti, Max , esperó que tengas suerte
-Gracias , cambiando de tema --- su voz sonó temblorosa --- ¿Puedo hacerte una pregunta? --- asentí con la cabeza --- ¿Mi hermano y tú teníais problemas?
-Las típicas discusiones de pareja ¿Por qué me lo preguntas?
-En realidad, esto es información confidencial que sólo puede tener la familia del afectado, pero se piensa que Jake hizo que se estrellará el coche porque tenía problemas en su vida, he acudido a su psicóloga y me ha dicho que Jake atravesaba una época muy mala en la que no debía coger el coche
-No me contó nada sobre ello, ni siquiera me dijo que tenía problemas nuestra relación siempre ha sido de confianza mutua. Es imposible.
El coche se sumió en silencio, estábamos ya en el aparcamiento del hospital. Colocó el coche y salí. Desde dentro del coche me dijo:
-Yo no me puedo quedar tengo que seguir investigando sobre esto , pero te dejo a ti, que serás buena compañía.
Salió un momento del coche para despedirse. Fui a darle un abrazo y dos besos, pero mi cara se torció tanto que acabaron nuestros labios juntos, me separé enseguida, y solté un adiós con tono borde, mientras el se volvía a introducir en el coche.