Capítulo V
― ¿Podrías comportarte por solo una noche?
Alex negó, no estaba para nada contento con Jane, y mucho menos por haberlo convencido tan fácilmente, ¿Dónde quedó el Alex que se hacía del rogar?
―No tengo idea porque acepté―se quejó.
―Porque eres un buen amigo―él bufó. Jane sintió que estaba hablando con niño, un niño que estaba haciendo un berrinche.
Entraron el ascensor, Jane presionó el botón que los llevaría al piso veinte, el de su amiga Molly.
― ¿Cuántos años creen tienen?―habló Alex, dejando atrás su racha de silencio.
― ¿Perdón?
― ¿Una pijamada? ¿No podían ir a un pub u organizar una fiesta? Algo de acuerdo a su edad.
―Te informo que esto es una tradición, siempre hacemos pijamas.
―No me sorprende que aún sigan solteras-ahora Jane fue quien bufó― Esto es una tradición para niñas de doce años, no para mujeres en plenos treinta.
―Solo se educado-pidió, harta de las constantes quejas de Alex.
Jane decidió llevar a Alex consigo como una ayuda, si alguien tocaba el tema de Andrew él se haría cargo de responder acertadamente. Solo esperaba que sus amigas no se molestaran en tener a hombre en una de las pijamada.
Las puertas del ascensor al abrirse les avisaron la llegada a su destino. Una puerta con un escandaloso rosa les decía que aquel era el piso correcto, Alex al instante intentó reírse del aspecto de aquel apartamento, hasta que su amiga le advirtió por una última vez que se comportara. Jane presionó el timbre, del mismo color rosa, haciendo que un escandaloso "bip" retumbara tanto dentro como fuera.
―Janie―exclamó Molly al salir, con una enorme sonrisa sobre sus labios pintados de rosa. Abrazó fuerte a su amiga, un poco más y se colgaría de ella―. Jane―volvió a chillar con emoción― te he echado de menos―destruyó el abrazo para poder ver a la cara a su amiga. No era mentira que la extraña, desde los comienzos de los preparativos de la boda Jane se había limitado sus salidas en grupo y nunca tenía tiempo suficiente para responder las llamadas, debido a su exigente trabajo― Sigues igual de hermosa y...―Molly cambió su expresión a notar la mirada de Alex fija en ambas―¿se te ofrece algo?
―Viene conmigo―avisó, poniéndose a un lado de Alex.
― ¿Y él es...?―preguntó, aun no muy contenta.
―Soy su primo―se presentó.
― ¿Primo? ¿Bromeas?―Molly rió. No le creía, pues sabía muy bien que Jane tenía sólo primas y dos primos demasiado menores como para ser él―Tú no tienes primos.
―Es un Smitherson―mintió.
Supo que la mentira había funcionado bastante bien cuando vio el cambio en la expresión de su amiga. No era nada nuevo entre Jane y sus amigas hablar sobre los Smitherson, ya que era bien sabido que la mayoría en la familia de su padre, y sobre todo los más jóvenes, eran atractivos. A tal punto que las amigas de Jane solían comparar a sus primos con modelos, e incluso, dioses griegos.
―Eso cambia todo―le sonrió a Alex, acomodando sus rubios rizos―Molly O'Connor―se presentó, aun con la sonrisa en sus labios.
―Alexey Howard―tomó la mano de Molly plantándole un beso en ella, haciendo que un suspiro se escapara.
― ¿Entramos?―sugirió Jane, cansada de la escena frente a ella.
Molly asintió y abrió por completo la puerta, dejándolos ver el interior. Una habitación alfombrada y llena de cojines de diferentes colores y tamaños. Las demás mujeres ya tenían sus pijamas puestas. Rían y platicaban recostadas en los cojines.
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Querida futura yo
ChickLitA semanas de su boda, Jane descubre a su prometido engañándola. Sin saber qué hacer, decide no contarle a nadie que ha terminado su relación. Ahora, teniendo una boda en pie y un atractivo amigo, pero demasiado gay, tendrá que solucionar todos sus p...