Si hay algo que no expliqué, algo de tantas cosas que faltan, y que seguramente se han de estar preguntando. ¿Y las niñas? ¿Qué tienen que ver con este enredo?. La respuesta es otra interrogante.
¿Por qué creen que desde tiempos remotos existe la pederastia? ¿No creen que le vendría bien al negocio?. Por supuesto que esto, volviendo al capítulo anterior, a Madame no le interesaba en lo más mínimo si estaba bien o no, pero claro que se encargaba de criar y ser amable con todas las infantes. Tal vez para establecer confianza, saber de ellas, de los clientes entre otras cosas más.
Han pasado tres días desde la visita.
El martes de chicas fue un éxito con los strippers extranjeros anunciado un mes antes.
Albert no había puesto un pie en el lugar desde el último día en que asistió, y él es puntual.
Süsse no había dejado de ser la perra que acostumbra ser. No es novedad.
Las niñas estaban en su habitación ''Los ángeles'', jugando con la boa que Madame les había obsequiado. Menudo regalo ¿Eh?.
Aclaremos algo. Se dirán: Si Madame es la que manda, entonces ¿Por qué todo lo asume Süsse? ¿Por qué al principio dijo que Süsse estaba a cargo?.
Eso lo sabrán más adelante. Madame Lady Laviggne sabe jugar bien sus cartas. Pero eso sí, cuando La Jefa se pasa de la raya, la otra cara de Madame sale a escena.
–¿Y? ¿Qué novedades tienes?
–Sólo malos presentimientos, eso es todo. Espero se me pase pronto.
La Jefa y La Loca conviven tomando el té en una mesa, tratando de olvidarlo todo y relajarse.
–El estúpido de Albert no ha puesto ni un pie en este lugar desde hace unos días.
–Ese tipejo está por darte una sorpresita.
–¿Ah sí? ¿Quién lo dice?
–Tengo mis contactos.
–¡Agh! Tú y tus estúpidos demonios...
–Cariño, ¿Cómo te va?– Madame se dirigió sonriente hacia la nueva chica, a la que días antes pedía trabajo. Schatz.
–Bien, creo. Disculpe, ¿Cuándo vendrán los doctores a revisarme?
–Oh, no te preocupes. Como por ahora serás bailarina y edecán aún no es necesario. Vendrán doctores dos veces al mes sólo para ver tu salud, querida.
–Bueno, muchas gracias. Creo que me retiro.
–Gracias a ti, Schatz.– Se despidió Madame.
La morena mujer se perdió en el enorme lugar. Tal vez explorando. No había tenido contacto con las niñas, pero sabía que existían en el negocio, lo cual despertaba su curiosidad, así que se puso a investigar con temor de perderse.
–¿Por qué demonios hace un momento estabas que te morías, y ahora estás sonriendo?– Interrogaba Süsse a Madame.
–Hazte la tonta.
–Jajaja, lo sé, sólo quería saber tu estado de ánimo ahora. ¿De verdad que se trata de tus trastornos o me estás tomando el pelo?
–¡Cállate!– La calmada mujer ahora respiraba rápidamente, se agitó en cuestión de segundos clavando sus ojos a la nada.
–De acuerdo. Ya cálmate.– Torcía los ojos la suripanta mientras bebía del té.
Al sacudir su cabeza repetidas veces, decidió calmarse y dirigirse a la pequeña oficina del burdel.
–¿Hay novedades, Liebling?
–Madame, Milo y Christopher están en la línea telefónica.
–¿Qué? ¿Desde hace cuánto?
–Acabo de contestar. Quieren hablar con usted.
Estiró su mano para alcanzarle el teléfono y ella se lo llevó a la oreja desesperada.
–Habla Madame.
–¿Madame? Habla Milo, Schibit...– Dijo en tono burlón, lo que provocó que ella apretara sus puños y ojos mientras daba un gran suspiro.
–¿Qué quieres? ¿Qué quieren?
–Creemos que ya llevas bastante tiempo en el negocio y no aportas nada. ¿Qué te está pasando, Schibit? Deberías estar agradecida con nosotros de dejarte continuar siendo una buena para nada.
–¿Qué les pasa? Deberían agradecerme ustedes a mí, porque gracias a mí ustedes están donde están.
Las risas se escucharon al otro lado de la vía telefónica.
Süsse se acercó sigilosa a la puerta entreabierta del despacho dispuesta a escuchar discretamente.
–Nosotros hemos hecho el trabajo sucio, tú sólo estás sentada dando estúpidas órdenes. El público busca algo atractivo, algo que llame la atención más que tú. ¿Por qué no le cedes a la puta de tu amiga tu lugar?
–¿Pero qué demonios...?– Suspiró. –Cuando estaban aquí actuaron de una manera muy diferente. No entiendo qué están tramando y si es una broma es de muy mal gusto.
–Es porque mientras estábamos ahí no queríamos reírnos en tu cara. Iremos en dos semanas, no podemos esperar el mes.
–¿Con qué motivo?
–Expulsarte, tal vez.
–Estás bromeando.
–No, en absoluto. Schibit.
–¡Ya deja de llamarme así, estúpido!
Lo que Süsse escuchaba la deleitaba mucho. Por fin podría gritarle en la cara a Madame cuantas veces quisiera y mandarla, si es que se cumplía lo dicho. Dado el ambiente, mejor decidió retirarse antes de que la descubrieran.
–¡Milo! ¿Qué diablos estás haciendo?– Christopher intervino al otro lado de la línea. Milo no contestó. Se escucharon unos molestos ruidos a la audición de Madame y por fin le contestaron.
–¿Madame?
–¿También vas a humillarme?
–¿Humillarte? ¿Eso es lo que hizo este desgraciado?... ¡Pero sí que eres un estúpido, animal!– Se detuvo a regañarlo.
Un capítulo más corto de lo normal, pero espero les guste.
Perdonen mi ausencia, trataré de ponerme al corriente. No olviden comentarme qué les parece y votar, me ayudan y motivan muchísimo. Estén al pendiente de mis publicaciones en mi PERFIL si es que quieren estar informados. Haré un fanfic más adelante que espero compartir con ustedes. Los quiero, besitos...
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El Prostíbulo: Debut de Circo
Misterio / Suspenso''Jamás habrá oro al final del arcoíris''. AliiceAlsced Derechos de Autor - Derechos Reservados. Créditos por la portada: wxlkthemoon_ Créditos por la anterior portada: @rxmine