Parte Cinco.

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KyungSoo se limpiaba las lágrimas provocadas por tanta risa pero por más que lo hiciera, estas seguían saliendo de sus grandes ojos.


— Eres un tonto, Kai —logró decir entre risas y FranKai esbozó una enorme sonrisa.

— KyungSoo malo, reír de fea cosa que pasó a mí —lo acusó fingiendo indignación pero la verdad es que no le molestaba que KyungSoo se riera de él, ni mucho menos de sus desgracias, mientras su hermoso vampiro le mostrara su bella sonrisa, estaba bien.

— Es que no puedo imaginarme al doctor Stein gritar "está vivo" en cuanto abriste los ojos y es aún más graciosos porque eres un Frankenstein —estalló en otra carcajada y FranKai lo siguió.

— KyungSoo ser cruel.

— Es lo que soy Kai, ¿recuerdas? Soy un vampiro y no puedo sentir —contestó tratando de dar miedo con su voz.

— ¡No! Tú poder pero no querer hacerlo —acusó el monstruo verde y se cruzó de brazos porque para él, KyungSoo podía sentir, lo sabía pero el problema era que el vampiro se aferraba a la idea de que no.


En las últimas semanas, había estado conviviendo con el conde Do más de lo que hubiera anhelado alguna vez. KyungSoo incluso lo fue a visitar diario cuando aún seguía en cama y en todos esos momentos juntos le pareció que KyungSoo era magnifico, en especial inteligente, sabía tantas cosas que lo maravillaba, le leía libros mientras paseaban por el cementerio, o iban a la heladería juntos, KyungSoo empezaba las guerras de helado cuando "sin querer" tomaba su cono y lo embarraba en el rostro de FranKai.


Todo era alegría y felicidad, ambos embonaban bien, ambos parecían estar hechos a la medida y al mismo tiempo no eran iguales, tal vez eso era lo que los hacía especiales.


KyungSoo no se quedaba atrás, se sentía tan diferente estando a lado de Kai, tanto que lo asustaba, le encantaba la forma en la que Kai lo hacía sonreír, en especial poniéndole mucho esfuerzo a sus chistes de humor negro. O aguantando su frialdad y crueldad, nunca lo juzgaba y siempre estaba para él. También había notado como FranKai practicaba para mejorar su forma de hablar, acto que le pareció impresionante.


KyungSoo se negaba a sentir, se aferraba a la idea de que carecía de un corazón, él no podía ser blando, pero FranKai lograba hacerlo sentir cálido cada vez un poco más. Tampoco quería estar con él porque perfectamente sabía de las malditas reglas, las tenía presente cada momento del día, no podía hacer nada contra eso y prefería seguir estando con Kai como amigos.


— Kai, hemos hablado de esto, pero tal vez tu falta de cerebro te hace olvidarlo, sólo seremos amigos, ¿ok? —habló con esa frialdad que tanto le caracterizaba y esa vez FranKai no estaba dispuesto a dejar el tema en paz, él no podría vivir ya sin KyungSoo y lo haría entender que sus sentimientos iban más allá de una amistad.

— ¡No! —dijo para jalarlo hacia él y besarlo sin dejarlo si quiera parpadear.


KyungSoo sintió el suelo moverse bajo sus pies, su estómago contraerse en un nudo y su mente voló, dejándolo sin razón, sin fuerza para separarse del monstruo verde. Sus labios conectaban bien, se acoplaban y movían al mismo ritmo lento, experimentando el llamado "amor". FranKai no quería separarse de esos labios tan dulces, tan fríos, tan perfectos, pero tuvo que hacerlo, necesitaba ver la reacción de su bello vampiro.

FranKaistein. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora