Parte Dos.

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El Conde Do sintió un calor inexistente en su cuerpo, volteó lentamente y pudo divisar al Frankenstein.


— ¡Ah! Hola —contestó con desinterés.

— Yo preguntaba si tú bailar querías —le pidió y KyungSoo rio por lo torpe que hablaba el monstruo verde.

— No gracias, aparte dudo que seas bueno en eso —dijo hiriente pero FranKai no lo notó.

— Yo bailar bien —contra atacó.

— No te ofendas amigo, pero los Frankenstein tienen fama de torpes y bobos, yo sólo quiero beber sangre hasta el amanecer, así que desaparece —hizo un ademán con su mano para correrlo y se volteó a seguir bebiendo de su vaso.


FranKai se quedó de pie sin saber qué hacer, las palabras de KyungSoo le habían hecho sentir mal, no era tan bruto como para no saber que no lo quería cerca y con la cabeza agachada de tristeza se dio la media vuelta para luego regresar por dónde había llegado.


KyungSoo ni se inmutó por la partida de FranKai, siguió con lo suyo como si nada hubiera pasado.


FranKai siguió caminando a paso torpe por la estancia hasta que visualizó a TaeMin con MinHo jugando con las vendas del otro. TaeMin agarraba un trozo de venda suelta del brazo de MinHo y se lo enrollaba en el brazo, luego MinHo hacía lo mismo pero con sus piernas y así seguían hasta obtener posiciones difíciles y comprometedoras o hasta ya no poder liberarse y gritar por ayuda en medio de sus propias risas.


— KyungSoo no aceptar bailar conmigo —dijo triste mientras se sentaba cerca de las dos momias.

— Es un imbécil —masculló TaeMin mientras trataba de deshacer los nudos de sus vendas.

— ¿Hablas del Conde Do KyungSoo? —cuestionó MinHo abriendo sus ojos que de por sí ya eran grandes.

— Sí —contestó desconcertado.

— ¡Oh, no! ¡Ese tipo es un asco de monstruo! —exclamó MinHo.

— ¿Por qué? ¿Tú sabes algo? —preguntó interesado TaeMin.


FranKai era su mejor amigo en todo el mundano mundo y aunque Kai era el mayor, por su sentimentalismo siempre parecía al revés. TaeMin siempre lo hacía sentir mejor, veía por su corazón y cuando sus sentimientos eran heridos, siempre trataba de repararlos.


MinHo comenzó a mover los ojos de una forma un tanto graciosa, pero no era de risa la situación, pues sus nervios lo delataban.


— Y-yo no sé n-nada —tartamudeo. TaeMin lo miró acusadoramente pero no preguntó más, pues de seguro era algo muy malo y no quería ver a Kai sufriendo.

— TaeMin yo ir a casa, mañana verte —dijo cabizbajo, la momia asintió y lo abrazó fuertemente.

— Descansa por favor —le dijo TaeMin y MinHo asintió con la cabeza.


FranKai tomó su chaqueta y se fue sin decir más.


— Ahora sí, dime qué es lo que sabes o te amarraré de cabeza al árbol del panteón —exigió TaeMin y MinHo tembló por su muerta vida.


FranKaistein. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora