4 - desmayo.

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—Hey, Lau, despierta —dijo aquella voz reconocible.

—Un minuto más... —dije todavía con los ojos cerrados.

—Laura... no se puede tenemos visita, despierta —dijo.

—Vale...—dije y me senté en el mueble, me estire, y suspire.

Me pare del mueble y me gire al ver al invitado. Al ver, mi vida sentí que me caía un peso encima.

— ¿Tu? —dije. — ¿Qué haces aquí?

—Tu hermana me invito a conocer su apartamento y a tomar un poco de café, así conoce muy bien a su vecino. —Dijo dándome una sonrisa falsa.

— ¿Ve...veci...vecino? ¡Esto debe ser una broma! —dije sin poder creerlo.

—Como lo oyes, Laura, soy tu vecino —repitió él.

—De tanto lugares ¿Porque este? — dije molesta.

—Laura que son esos ánimos... —dijo mi hermana entrando a la sala.

—Este mamarracho casi me mata —dije en mi defensa.

— ¡Ay! no exageres —dijo él.

—Eso es lo mismo que decía de tu bicicleta —dije cruzándome de brazos.

—Para, para —dijo de repente mi hermana. — ¿Ustedes se conocían? —pregunto.

— ¡No! —conteste.

— ¡Sí! —contesto él al mismo tiempo.

—No seas mentiroso, tú y yo no nos conocemos —le dije.

—Bueno ya, Laura compórtate; ¿qué tipo de café te gusta Ross? —pregunto Vanessa.

— ¿Ross? —pregunte.

—Si Laura, él se llama Ross...

—Ross Lynch, un placer —dijo él extendiendo la mano.

Lo fulmine con la mira por un momento.

—Un placer, por lo visto ya sabes mi nombre, Ross —dije sin extender la mano. —Me voy a mi cuarto.

—Pero tenemos a un invitado —dijo Vanessa.

—Es tu invitado, atiéndelo tú —y al decir esto salí de la sala.

Al ver que no tenía nada que hacer en mi cuarto y al sentir un hambre terrible, ya que no había comido nada, salgo de mi cuarto, puedo escuchar voces todavía en la sala.

Al ver Vanessa estaba sentada y en su mano tenía una copa de vino.

—Hermanita, ya te iba a buscar... —contesto ella.

— ¿Para qué? —pregunte, en eso siento un olor, que hace despertar más mi hambre.

—Ross está preparando lasaña —contesto ella.

—Oh, qué bien —dije bajando un poco el ánimo, camine le pase a un lado a Vanessa y me fui a la cocina.

Ross estaba ahí, viendo el horno. Al verme sonrió.

—Oh, la niñita apareció —contesto burlón. No tenía ganas de discutir, así que ignore su comentario y le pase a un lado.

Abrí la nevera, en busca de algo para calmar el hambre, lo primero que vi fue un jugo de naranja. Lo agarre junto con un vaso.

En eso veo a Ross sacar la lasaña y colocarla a unos centímetros cerca de mí. A decir verdad el olor era exquisito.

— ¿Dónde están los cuchillos? — pregunto Ross.

¿¡Quien es el Padre!?/ ¿Raura?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora