Llegamos al sitio donde nos íbamos a alojar diez días, era creo, precisamente lo que esperaba, ni más, ni menos.
Cuando llegamos dentro, como había gente que iba en coche esperamos a que llegaran.
Y hablando con las dos chicas me comentaron que se llamaban Julia y Laura.
Poco después llegó la monitora de música a darles las gracias por haber vuelto otro año más, ya que, ellas también fueron el año anterior, y a mi me dijo que me iba a quedar con ganas de estar más.
Cuando de repente me di la vuelta para cotillear si había caras conocidas y encontré un chico que me llamó la atención.
Era alto, muy alto, tenía los ojos color miel, su pelo era color castaño, y aparentemente parecía que se lo había cortado hace poco.
Sólo me saludo, y se fue con los monitores ya que él también estuvo el año anterior y ya conocía a monitores y a Julia y Laura, por lo que yo me sentía un poco excluida de todo.
Hicimos el típico jueguecito que a mi personalmente me da mucha vergüenza hacer pero bueno, le eché narices.
El chico se llamaba Miguel, y había unas chicas que parecía que iban de chulas que se llamaban:
Andrea, Leyre y Zaira.
Me tocó en la habitación con Julia y Laura, y había otra chica que también conocían ellas, pero yo no; se llamaba Paula y era muy buena persona.
Ese día no hicimos mucho más, por la noche antes de ir a dormir cenamos e hicimos un juego nocturno.
Ya en la cabaña con las chicas estuvimos hablando un rato, no recuerdo muy bien sobre qué, pero estoy casi segura al cien por cien que eran tonterías.
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Diario De Campamento
RomanceUN CAMPAMENTO QUE PLANTEABA DE LO MAS NORMAL Y ACABO APRENDIENDO QUE NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO