La Oda Del Viejo Marino Parte III

17 0 0
                                    

El marinero duerme, y a la mañana siguiente, por la gracia de la Virgen María, es despertado por una fresca lluvia que humedece sus labios. El marinero se sintió tan ligero que por un momento pensó que el sueño habia sido la muerte, y ahora era un fantasma.
El marinero duerme, y a la mañana siguiente, por la gracia de la Virgen María, es despertado por una fresca lluvia que humedece sus labios. El marinero se sintió tan ligero que por un momento pensó que el sueño habia sido la muerte, y ahora era un fantasma.

Pero el anciano marinero comienza a escuchar ruidos extraños y ve visiones sobrenaturales. En ese momento, el barco comienza a avanzar y los cadáveres de los tripulantes reciben espíritu.

Sin embargo, los cadaveres no reciben el espíritu de las almas de los hombres, ni el espíritu de los demonios de la tierra o el aire, sino los espíritus de un bienaventurado tropel de espíritus angélicos, enviados desde lo alto.

Sin embargo, el solitario Espíritu del Polo Norte, quien sige llevando el barco hacia el Ecuador, en obediencia mísma al tropel angélico, sige requiriendo venganza.

Cuando el marinero despierta, escucha la voz de dos demonios, compañeros del Espíritu Polar, quienes comentan la larga y pesada penitencia que le espera al marinero. Tal penitencia ha sido impuesta por el Espiritu Polar, quien regresa hacia el sur.

Finalmente, el marinero entra en tránce debido al poder angélico que hace que el barco avánce a gran velocidad. Sin embargo, cuando el movimiento sobrenatural se refrena, el marinero despierta y empieza otra vez su penitencia.

Esto continúa hasta que el hechízo termina, y la maldición queda expiada al fín. El marinero se da cuenta del fín de la maldición, cuando observa el oceano en tonos verdes.

Así, el barco sigue su camino velóz hasta que por fín, lleno de alegría, el marinero observa su tierra natal. Al ir llegando a la costa, el marinero observa que los espíritus angelicos dejan los cuerpos muertos y aparecen con sus propias formas de luz.

Después, el marinero escúcha el chasquído de unos remos. Lleno de alegría, el marinero se da cuenta que es un ermitaño quien viene en el bote cantando himnos. El marinero sabe que el ermitaño purificará su alma y lavará la sangre de aquel albatros.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 12, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Oda Del Viejo MarinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora