Me enseñaste a odiar 3

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Desde que nos casamos mi vida tomó un rumbo diferente por lo que debo cambiar para que el matrimonio no se disipe y mucho menos se disuelta mediante conflictos que son insignificantes y por lo cuales muchas parejas se divorcian quedando enemigos.

Comprendo a cabalidad que tengo un problema de personalidad que debo arreglar, el cual me impide quererle a plenitud a Since, ese hombre tan magnífico que me dio la vida como esposo y padre de mis hijos. No comprendo porque se me dificulta expresar mis emociones y no es que no las tengas, porque siento hasta la más mínima sensación que derrocha mi cuerpo cuando él está cerca de mí. Es como un problema psicológico que arrastro desde que mi familia murió en la masacre de Srebrenica, desde ese momento se me hace difícil querer.

Compre un gato y hasta un perro cuando llegué a la República Dominicana en aquel momento para empezar a enfatizar con los animales e ir escalando hasta llegar a querer a los humanos. Esa fue esa de las terapias con las cuales el psiquiatra empezó a tratarme.

Durante un tiempo estaba progresando, pero de pronto llegaron recuerdos a mi mente que me perturbaron la tranquilidad emocional que disfrutaba. En vista de lo anterior por eso mis jornadas de trabajo eran tan largas, pero no me daba cuenta del daño que me hacía. No comprendo en este momento que siento, si tristeza o alegría por estar de viaje a las Islas Vírgenes, aunque Since disfruta del mar y los paisajes de la isla, yo lo observo y no logro entender que este hombre tan magnífico pudo ver en mí.

Allí esta él esperándome en la arena de la playa, parado frente al mar con el bebé entre sus brazos, Since mide 6'7 de estatura, es delgado atlético, muy sexy por cierto, con unos músculos normales al estilo gimnasta olímpico, me comentó que es ingles con descendencia paquistaní, su barba le da un toque muy varonil a su rostro.

Me detengo para verlo contemplar las olas del mar, detrás de él estoy parada y extiendo mi mano para agarrarle las nalgas, esa nalgas tan majas que tiene. No le gusta que le dé nalgadas, pero a mí me encanta hacerlo. Después de ver su sonrisa tras lo anterior, me inclino un poco para besarle y abrazarle en señal de agradecimiento a tanto.

—¿Qué pasa, Patricia? ¿Te sientes bien? —me pregunta, cuando le abracé por uno dos minutos.

—No pasa nada es que no se que siento por ti, son tantas las emociones y sensaciones que emana mi cerebro por ti, qué decir una sola sería injusto.

—No te preocupes que yo te amo y cuando estés preparada para expresarlo continuaré aquí, afianzándome a lo que siento y a todas esas pasiones que he vivido a tu lado.

—Eres muy lindo, y el hombre ideal que cualquier chica quisiera tener. Lo sabes verdad—le musito para que entienda que aunque no puedo expresar mis emociones, valoro mucho todo lo que él hace para hacerme sentir como una reina, sin mencionar el trato tan magistral que le brinda a los niños.

—Gracias... no olvides tampoco que eres una hermosa mujer, y muchos hombres quieren estar contigo, pero yo elegí ser ese hombre, aquel que te acompañe durante todos los días de tu vida. Gracias porque a pesar de que eres consciente de tu problema te esfuerzas por dar el máximo y querer a los niños con desdén y hasta el tuétano de tu alma.

—Muy pocos entienden que es vivir con el trastorno afectivo bipolar.
No sé que hubiese sido de mí en las últimas recaídas, si no hubieses estado a mi lado para poder hacerle frente a los comentarios infundados por las personas que desconocen este diagnostico psiquiátrico. Prométeme que no me dejarás sola, aún cuando sea una loca que no tenga remedio, por favor prométemelo.

—No tengo porque hacer esa promesa. Nunca te abandonaré, seré un demente igual que tú si eso implica que estemos juntos. Eres mi luz y la parte que hace que yo y los niños queramos seguir aguantando las indiferencias de mi madre.

—Aunque no te des cuenta, ahora mismo estoy llorando por escuchar esas palabras —en eso él extiende uno de sus brazos hacía mi rostro y me sostiene la cabeza, besándome y perdiéndose en mis siluetas.

Espero que cuando lleguemos al país, Inocencia se porte diferente al ver a sus nietos y que no me siga presionando para que deje a Since. Eso me estresa a la medida de estar a punto de recaer en los episodios bipolares.

Duramos muchos años en Islas Vírgenes para aprovechar la oportunidad de que el mejor psiquiatría del mundo se encontraba allí y aceptó tratarme. Esa idea al principio me consternó, pero fue la mejor decisión, tanto por mí, por mis hijos y por Since que desde aquel momento sigue esforzándose por ser el mejor hombre del mundo.

Salimos a bucear para ver unos corales a cuatrocientos metros del mar, el sol era vibrante en ese momento, el bote es promedio de color blanco y su navegante un señor de unos cuarenta y tantos años que perdía su mirada en el horizonte.

Los niños van creciendoal grado de que Gharahi ya hasta nadar sabe. Este es uno de nuestros últimosdías en la isla por eso estamos disfrutando lo más que se pueda de losservicios que ofrece el hotel que tenemos llamado Diamonds Hotel.


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Espero sigan disfrutando de INSENSIBLE REALIDAD, gracias por leerme como cada jueves. Como la próxima semana estaré ocupado subiré dos capítulo hoy.


INSENSIBLE REALIDAD [Emociones efímeras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora