Cuando me preparé para hablar con Luna entró el profesor. No tenía suerte. La clase se sintió eterna, me encantaba informarme sobre mis raíces, sobre nuestros hechiceros más fuertes. Me llenaba de orgullo que uno de los nuestros pudo vencer a demonios tan fuertes, pero necesitaba hablar con esa chica.
Ella sabía algo, me miraba cómo los demás y no tenía duda de que ellos también escondían algo. Pero en ella había un dolor más cercano, al que en mi vivía. Tal vez estaba siendo paranoica ¿cómo no serlo? Mi corazón estaba roto y no tenía idea porque.
Hace meses, de un momento a otro, recuerdos desaparecieron, como si con una tijera recortaran partes de mi vida.
Le dije a mi madre y contestó que no debía preocuparme, que volverían, ¿sonaba lógico?
No, pero nadie me dio respuesta, ¿era normal olvidar partes de mi vida de un día al otro? ¿qué mis años anteriores se hayan convertido en un rompecabezas?
Creí que era un enfermedad, y me molestaba que a nadie le importara, perder la memoria era grave y estaba con mucho miedo.
Esperé ansiosa a que el timbre sonará, cuando llegó el momento tome mis cosas y las guarde a toda prisa.
Pero se había ido.
Por un momento pensé que era un ángel y yo su misión, pero lo descarté cuando fue nombrada hechicera por el profesor.
No me rendiría.
Salí a tropezones del salón y comencé a correr como si mi vida dependiera de ello.
Estaba muy cansada, doble en una esquina camino a mi casillero, dudaba que la encontraría y... entonces la vi.
No tenía idea de como acercarme, me sentía rara.
Como cuando ves algo que creiste no volverías a ver... algo irreal. Te sientes flotando, así me sentí yo. No había razón, nada de lo que viví y sentí este último tiempo tenía alguna razón.
Tomé unas bocanadas de aire y me acerque, pero antes que yo pronunciara palabra, Luna se adelantó.
—Siéntate, Mina —Su voz era dulce. Me acerqué y tomé asiento a su lado.
—¿Cómo sabes mi nombre? —pregunté.
—Sólo lo sé —me dio una sonrisa débil y luego se puso seria —. Mina, no busques respuestas, sé que tu mente está hecha un lió. Sé que quieres hacerme miles de preguntas y algunas no sabes si tienen sentido —Mi sangre se heló ¿cómo rayos sabía que venía por respuestas? —Leo tus pensamientos, Mina —Eso no lo esperaba. Ella conocía cada uno de mis pensamientos. Un enojo creció de la nada.
—Y ¿Acaso sabes cómo rayos me siento? ¿lo sabes?.
—Lo sé, todo llega a mi. Pero no puedo hacer nada. Perdóname Mina... — Su voz tembló —Perdóname, me encantaría darte respuestas, pero no puedo... —Levante mi mirada, ella miraba hacia al suelo y lagrimas corrían por su cara. Algo cerró, ella sabia algo y no sólo era lo que yo pensaba. No era una locura mía lo de hace unas horas.
—Tú..... ¿tú tienes algo que ver en esto? —Me puse en frente de ella —¿Sabes a qué se deben esos sueños? —Esos sueños ¿eran algo más que un sueño? Estaba segura que sí, pero quería que alguien me lo confirmara.
—¿Sueños? — Un brillo apareció en sus ojos llorosos, pero inmediatamente sacudió la cabeza —Lo siento Mina, no puedo hablar contigo — Ella me tenia que dar alguna respuesta. Se levantó del suelo y comenzó a alejarse. Nunca fui una chica que lloraba todo momento, pero de poco a poco pase a ser esa chica. La seguí.
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Renacer ©
FantasyTal vez si se hubieran conocido en otra vida, nada hubiese salido mal. Tal vez si ellos no fuesen quienes eran, no conocerían aquel dolor. Lo amaba, y lo perdió. Se eliminó, pero no hicieron caso a su elección y volvió. Volvió con s...