Uno en un millón

No lo arruinen. Parte 1

-la victoria es dulce... Casi tanto como el chocolate -dije sonriendo
-ja -dijo Maya y puso cara de pocos amigos- los milagros pasan y este es uno
-aun no entiendo -dijo John

Les explicare, hoy se cumple la semana de John y su chica (a la cual no nos la ha presentado formalmente) a lo que él respondió;
-porque si se las presento ahorita... Ella saldrá corriendo -dijo John mirando al techo
-eso dices -dije pero luego lo medite... Tenía razón, tal vez si exageraríamos como cuando John nos presento a una de sus relaciones serias hace mucho tiempo...

*la primera novia que conocimos de John*
-chicas, ella es Elena -dijo el chico decentemente tomando a la chica de la cintura
-un placer -dijo la chica- John me ha platicado mucho de ustedes, es bueno conocerlas al fin
-lo mismo digo -dijo Maya
-si.... -dije pero no paraba de pensar que esta chica era tal vez mas hermosa que yo, no.. Nadie es mas hermosa que yo, pero tenía unos ojos hermoso, para mi que eso es lo que John vio en ella y bueno, que cuerpo! Dios, esta chica si va al gym! Pero yo también podría ir... Si, y me pondría bien buenota y..
-Lu? -preguntó John
-eh? -pregunte despertando de la conversación que tuve con mi misma
-que si quieres ir por una pizza -preguntó Elena la buenota
-claro -dije... Y la chica come pizza! Y esta así? Dios...
-oye estas bien? -preguntó Maya
-hay que ir al gimnasio -dije segura
Lo que pasa a continuación fue raro.. Maya soltó una carcajada tan fuerte que todos en la calle voltearon a verla y entonces, tropezó con una piedra...callando encima de Elena. John no reaccionó al instante, lo que le dio tiempo a la chica de caer en un charco de agua con Maya encima y yo riéndome.... Okey, también saque mi se celular y grabe ese momento. Para cuando John reaccionó, Elena estaba medio ahogándose en el agua y Maya aun no paraba de reír...
Esa fue la ultima vez que vimos a Elena.

*fin del recuerdo*

-bueno... No fue para tanto chicos -dije riendo
-Lu... Querías ir a gimnasio... Gimnasio! -dijo Maya y volvió a reír como loca
-oigan, si hago ejercicio -dije en mi defensa
-si, pero... Acéptalo, en ese entonces no teníamos ni tenis para correr -dijo Maya y entonces, también reí
Después de platicar un rato mas, concluimos que nos íbamos a encontrar en un restaurante, nada elegante ni tan sencillo y estaríamos sentados todo el tiempo para evitar caídas.

Así que a la tarde siguiente ya estábamos todos listo. Maya traía su falda de la suerte y yo esta mentalmente preparada para todo.