Solo Soy Una Empleada |Shawn Mendes| [EDITANDO]

Capítulo 12

Cassidy barría enfurecida después del momento chocante que pasó con la prima de los Mendes. Solo se le pasaba por su mente volver a su hogar y así acabar con todos estos momentos estresantes, pero siempre se le venían a la cabeza John, Aaliyah y Gloria, que cuando llegó la habían tratado de la mejor manera, la habían respetado y lo mejor es que la habían tratado como persona no como una simple empleada.

Llego la noche a la ciudad y Cassy ya estaba en su habitación leyendo un libro, "Romeo y Julieta" un hermoso libro que no se cansaba de leer, una historia verdaderamente hermosa, una historia que lucha por el amor pero con un triste final.

Cuando se cansó de leer, eran las 10:30 de la noche y no tenía sueño, la casa estaba en completo silencio y se aburría. Se paró de la cama poniéndose un suéter y salió de ese cuarto. Salió de la casa y se fue a pasear al jardín, precisamente al lago.

El jardín de la casa estaba adornada por pequeños faroles que iluminaban el lugar, Cassidy se sentó en unos de los asientos que daba de frente hasta ahora al oscuro lago, se concentró para oír los grillos y las ranas, pero en esos sonidos también se escuchaba un pequeño sollozo, a ella le entró la duda de quién podría estar llorando, o si era algún desconocido que entró a la casa, sintió miedo y curiosidad a la vez.

Se le levantó de ese asiento, dando pequeños pasos silenciosos, miro por detrás de unos arbustos y logró ver.

Una ola recorrió su cuerpo, pero no supo que sentía, lo vio a él, al mismo que la humilló en la mañana, Cassidy recordó la muerte de su novia, quizás por eso lloraba, sintió tristeza por él, jamás había visto a un hombre llorar y verlo ahora, vio que él si tenía sentimientos y que estaba sufriendo en silencio, el ahí sentado en una banca, con sus manos en la cara, y sus codos pegados en sus rodillas, seguramente los recuerdos lo atormentaban, seguramente la extrañaba y le dolía su ausencia.
Como ya había visto mucho, decidió ir, pero al dar un paso, tropezó con un duende de adorno y lo quebró, se tapo la boca en señal de asombro y lo miro a él, estaba parado mirándola, obviamente la sintió que estaba observando, él tenía los ojos rojos, era obvio ¿no? estaba llorando, ella estaba parada inmóvil con una cara de espanto, como si hubiera visto al mismísimo demonio frente de ella.

-¿Qué haces tu aquí?- preguntó - ¿a caso me estabas espiando?.

-y-y-y-yo..yo - dijo tartamudeando nerviosa.

-tu, tu, tu, tu qué?

-yo...yo solo, estaba recorriendo el jardín y - explicaba ella - y escuché.

-Cállate ya -dijo seco - por que no te vas a planchar o a cocinar o haz algo por la vida, que no sea espiar a los demás - gruñó frío.

-¿Por qué eres así? - reprochó.

-¿Así como? - preguntó.

-A la defensiva, alejas a la gente de ti, ¿por qué lo haces?