6... Desafiando la oscura realidad.

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Alan se despertó, lentamente recuperaba la consciencia de su pasado, se tomó la cabeza riendo irónicamente, enredando sus dedos en sus cabello, desesperado por buscan un lugar al cual refugiarse, porque recordó que había matado a su padre de una forma...

-(¿Qué clase de enfermo hace algo así?)- pensó, ya no tenía cabeza para pensar en el monstruo que era.

Intentar luchar contra algo así ¿Cómo? No tenía forma de escapar de tan efímera y maniaca forma de vivir ¿y si se negaba a matar? Era imposible, no quería morir, pero no quería matar y si no lo hacia, moriría... que predicamento, aún así, Alan inocente y tontamente se prometió en ese momento, no matar a nadie, no podía, sentía que sería una carga más de las cosas horribles que había hecho antes, sin contar, que las sensaciones que recordaba haber sentido cuando mató a su padre... hicieron que un escalofrío pasara por su columna. Todo este conflicto interno se acabó cuando vio donde estaba, un cuarto vacío con una litera y las paredes forradas de azul con corbatas de moño blancas, eso le pareció raro, abrió la puerta del cuarto y subió las escaleras para toparse con un corredor.

-Auch, auch, auch- escuchaba a cada rato.

-¡Ya cállate! Eres un blandengue- escuchó, reconoció la voz de Cornelia.

-Si, además si solo fue un cortesito- dijo otro.

-Si pero solo un cortesito que si hubiese sido un poco más profundo, lo mata- dijo otra voz pero que aunque le sonaba conocida, no la reconoció.

Entonces cuando Alan salió, se topó con Dan y Cornelia a un lado mientras un chico cocía un largo corte muy profundo en la espalda de otro chico igual a él.

... Tres horas antes...

Cornelia estaba muy cansada, había llevado a Alan hasta bajo un puente a un par de kilómetro del la asociación, Alan seguía inconsciente y ella al borde de un colapso físico, en medio de la lluvia que caía recia sobre la ciudad, llamó a alguien y media hora después apareció una vagoneta azul rey neutro.

-Por fin llegan- dijo Cornelia cansada al lado de Alan.

-Vamos tráiganlo- le decía Dan que conducía a Taitus y Eliha.

Taitus se bajó a recoger a Alan, mientras que Cornelia se subía cuando, pasó...

-No puede ser- dijo Eliha petrificado

Los tres restantes voltearon a ver a donde veía Eliha y quedaron igual que él por que lo vieron, al otro lado del puente, bajo la lluvia, las gotas de agua caían sobre el saco y la gabardina que tapaban todo su cuerpo, con dos largas dagas, una en cada mano, miraba entre las sombras de su capucha, un adorador de la muerte y la sangre... Assassin Elite.

-Te atrapé- dijo Elite a la vez que comenzaba a correr velozmente en dirección.

-¡Las armas!- gritó Dan, Cornelia y Eliha sacaron unas automáticas de la vagoneta y comenzaron a disparar.

-Maldición- susurró Taitus que corría algo lento al llevar en brazos a alguien más alto que él en brazos, por eso Elite lo aceptó, porque sabía que al final ayudaría a su maestro, así que al final, Elite si hizo las cosas más grandes que Taitus.

Elite con facilidad esquivaba las balas que chocaban contra el suelo y viajaban en el aire mientras se acercaba peligrosamente rápido hacia Taitus.

-¿Cómo demonios lo hace?- preguntó sorprendida Cornelia por la efectividad con la que Elite esquivaba.

Entonces cuando Taitus fue a subir a la vagoneta, Elite ya estaba a su espalda, los chicos dejaron de disparar, podrían dañar a Alan o Taitus, entonces Elite lanzó un tajo ascendente, que Taitus recibió en la espalda, rasgando su piel con furia y haciendo que la sangre saltara por la conmoción.

Assassin InnocentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora