Uno <3 Rodeada de chicos.

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For Elisa, una pieza musical clásica, sus pies bailaban como las tonadas en la pieza, su gracia y delicadeza la volvían única, todos estaban maravillados por su forma de bailar en aquella competencia de ballet, Clara, 18 años, de altura 1.72m, su pelo era corto y castaño claro, un poco más que el chocolate derretido, ojos grises profundos e intensos que ahora estaban entrecerrados miestras ella se movía de forma magistral, todos estaban embobados por como su piel blanca como porcelana danzaba, labios delineados al igual que su cuerpo de bailarina, flexible, graciosa, Clara Morgan era la bailarina de ballet perfecta, era buena en todos los bailes pero el ballet, esa era su obsesión. Ser la mejor, su sueño y meta.

Clara ganó el concurso, como siempre, obtuvo el primer lugar lo cual la convertía en un orgullo para su familia, aunque no le importaba mucho, solo bailar. Y era su momento, el momento de brillar, este sería su ultima competencia antes de entrar en la academia de artes que siempre deseo "De Charles Arts", una academia que solo aceptaba lo mejor de lo mejor y volverlo extraordinario, y ella ya estaba adentro, solo le faltaba comenzar su viaje a New York y presentarse en la academia para oficializar su inscripción.

Clara iba en el auto con su madre, junto a ella estaba el trofeo del primer lugar, pero poco le importaba, pronto aspiraría a llegar a un lugar más alto y ello la aterraba un poco, porque el mundo del ballet es feroz, abrazador y cruel y ella, aunque lo odia admitir es frágil como las alas de una mariposa, es un milagro que sobreviviera en ese mundo hasta ahora pero era el momento de ir en serio.

-Hija...- la voz de su madre la sacó de su ensoñación -¿Estás bien? Andas perdida desde que salimos ¿no te gusto ganar?- le preguntó su madre visiblemente preocupada.

-No mamá... no es nada- dijo distraída viendo las calles, recolocando sus lente que se agitaron un poco.

-¿Segura?- le preguntó su mamá poco convencida, Clara tenía la maña de ocultarle sus preocupaciones.

-Si mamá no pasa nada- le dijo recolocando su flequillo.

-Ok querida, ok, te creeré por ahora, aparte de eso, recuerda que tus cosas ya debieron de irse de casa hace media hora para New York y debemos ir a casa para que te cambies y te vayas ¿si? Te extrañaré mucho hija- le dijo su mamá.

-Yo también te extrañaré mamá- fue lo único que pudo decir le Clara, estaba demasiado nerviosa como para pensar en otra cosa ¿Qué le deparaba? Era lo único que pensaba, estaba nerviosa ¿ganaría enemigos? ¿Se lastimaría y no podría continuar? Había demasiadas preguntas cuya respuesta le llegarían una vez que estuviera allá

Una vez que llegaron a casa, Clara se fue a cambiar su ropa de entrenamiento por una más cómoda, una para viajar, así que optó por ir con un suéter negro con una camisa por dentro que se salía al final, unos jean ajustados de pierna corta que se le ajustaban en las pantorrillas y zapatillas ligeras negras, escuchando música con su reproductor negro, salió con sus maletas a la terminal, donde se despidió de su familia y se fue, rumbo a su destino...

Clara llegó a su destino, era de tarde y con sus maletas llegó con un taxi al portón abierto de la academia, un edificio de cuatros pisos muy grandes, dividido además en otras secciones, jardines y un complejo habitacional de varios edificios departamentales y casa comunitarias para los estudiantes y los profesores, Clara entró junto a gran grupo de chicos, todos caminando rápido, repentinamente siente como la tocan indebidamente por todo el cuerpo, ella se sonroja y da un pequeño brinco por la sorpresa y lo invadida que se siente y se detiene en seco, viendo para todos lados buscando quien hizo tal descaro.

-Je, je, je...- fue lo único que escuchó.

-(¡De-depravado!)- pensó enérgicamente a la vez que asentía furiosa.

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