Es hora

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[Edit 2020: corregida y editada. Gracias por leer <3]


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—Así que... Ya es hora, ¿no? —Preguntó el pelinegro, ayudando a su amigo a mover unas maletas hacia el coche del padre del pelirrojo.

—Pues sí y estoy muy nervioso. —Respondió honestamente el otro chico, llevando unos bolsos más pequeños, unos pasos atrás de su amigo.

—Aww... Kyle, estarás bien. Te dije que siempre estaré disponible para ti por Skype o el móvil. —Aseguró Stan, a la vez que dejaba las maletas en el coche para luego voltearse y darle una sonrisa a su amigo, esperando que con sus palabras Kyle se pudiera relajar un poco. Para ser sincero, incluso él sentía algo de nervios y ansiedad.

El pelirrojo observó a su amigo y no pudo evitar sonreír de vuelta cuando vio la tierna sonrisa del chico de ojos azulados. Dejó los bolsos al lado de las maletas para luego mirar al otro. Stan siempre sabía cómo calmarlo de alguna manera. —Gracias Stan, no sabes cuánto aprecio que estés aquí en estos momentos. —Respondió suavemente Kyle, acompañado de un tono de voz lleno de cariño y gratitud.

Stan podía sentir su corazón latir más fuerte por las palabras de Kyle. Desde que despertó hoy, había sentido su corazón latir más rápido de lo normal. "Serán los nervios", después de todo su "súper mejor amigo" de la infancia se estaría marchando a seguir con sus estudios por aproximadamente unos cinco años si todo le salía bien a Kyle. El pelinegro observó a su amigo, podía sentir lo tenso que se encontraba. Sin pensarlo dos veces, se encontraba rodeando al otro con sus brazos.

Kyle no logró contener un pequeño sonido de sorpresa, para luego relajarse y dejar descansar su cabeza en el pecho de su amigo; un pequeño suspiro se arrancaba involuntariamente de sus labios. No sabía que necesitaba tanto de un abrazo. De verdad extrañaría demasiado todo esto. Extrañaría su familia, sus amigos, este pueblo, pero Stan... A Stan lo extrañaría demasiado y sabía que más tarde le dolería.

Este era su momento, estaban a solas, no había nadie de su familia, no estaba Wendy.

Era el momento perfecto para darle a conocer sus verdaderos sentimientos a Stan.

Pero... No, no podía.

Lentamente el pelirrojo se fue separando de los cálidos brazos de su amigo. Le regaló una pequeña sonrisa, indicándole que todo estaba bien, a lo cual el otro le sonrió de vuelta, asintiendo con su cabeza.

—¿Listo?

—Listo. —Respondió Kyle, dándole una amistosa palmadita en el brazo a su amigo. La verdad, ahora tan solo buscaba excusas para poder tocar al pelinegro por última vez.

Los hombres sabios dicen que tan solo los tontos se apresuran.
Pero no puedo evitar enamorarme de ti.

El viaje hacia el aeropuerto era algo silencioso.

Aunque al menos Stan intentaba tener una conversación, sin embargo, Kyle lo hacía algo difícil. Aunque, el pelinegro no lo culpaba, así que luego de varios intentos por tener una pequeña conversación, decidió a quedarse en silencio.

La cabeza del pelirrojo se encontraba inundada de pensamientos que no querían dejarlo en paz; pensamientos de su futuro.

¿Logrará tener amigos como los que tiene en South Park?
¿Logrará encajar bien en el nuevo ambiente que lo esperaba?
¿Logrará encontrar a alguien que le corresponda sus sentimientos?

A este pensamiento el pelirrojo volvió su vista a su acompañante. En el fondo, él sabía que Stan sentía cosas por él. Quizás sus sentimientos no eran tan fuertes como los que sentía Kyle por él, pero sabía que estaban ahí.

One - Shots | StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora