No lo digas

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Ya habían pasado tres días, y para mí felicidad no aparecía ni Raul, ni el idiota. No me cae bien, se cree la gran cosa y la verdad no lo es. No puedo creer que aceptara esa tonta apuesta.

-Aye, te buscan.- dijo mi mamá del otro lado de la puerta.

-Ahi voy.

Dejé el libro que la mesa de luz, me peine con la mano, y me dirijo a la sala. Paro en seco a ver de quien se trata. Maldito.

-¿Qué rayos....- no me dejó terminar y se incorporó, estaba muy cómodo en uno de los sillones.

-Hola, ¿Cómo estás? Yo bien Estefan, me alegro- dijo con cara tan, suya.- ¿sabes? Aún así, se que estas feliz de verme Aye.

-Te equivocas. ¿Qué queres? Valentin no está.- dije cruzando los brazos. Estúpido Estefan.

-Venía a verte. No a tú hermano. ¿No puedo?

-No.- esto no puede ser verdad.- ¿y Raul?- dije sonando a propósito decepcionada a no verlo.

-No vino.- dijo en manera algo molesta.- quería venir solo.

-Oh. Que lástima. De los dos, lo prefiero a el de compañía. - si, soy una perra. Es que no quiero que haga lo que sospecho. No. Esto debe ser una broma.

-Vamos a dar una vuelta ¿te parece?- dijo cambiando de tema, yo rodo los ojos pero acepto.

-Mamá, ya vuelvo.

-No vuelvas tarde hija, recuerda que hoy viene tu prima a visitarnos.

-chau- dije y salí con el odioso. Se que piensan, pero la verdad había estado todo el día acostada leyendo, y no me haría mal estirar las piernas. No me gusta salir sola, Trini se había ido a la casa de su madre, y bueno, a pesar de la fastidiosa compañía, era mejor que nada.

Caminamos en silencio por un rato, yo evitaba mirarlo, porque a pesar de que me caía de lo peor, no podía negar que era atractivo. Era alto, de espalda ancha, su pelo castaño claro despeinado lo hacía ver ¿sexy?, sacudi la cabeza por lo que acababa de pensar.

-¿Hola?- dijo haciendo que volviera de mi trance- ¿estás bien? Hace rato que te hablo y no me prestas atención. Parece que estás en otro planeta.- me volví a verlo y me miraba divertido, otro que se divertía a mi costa. Grandioso.

-La verdad, me aburres. Asi que opté por ignorarte un rato.

Una estridente carcajada salió de sus carnosos labios y quedé aún más molesta.

-Aye, de verdad, me encantas.- dijo pasando su mano por el pelo. Un calor sofocante se hizo notar de un momento a otro- y te ves tan tierna con ese color rojo en la cara- diablos. Baje la vista tratando de tapar mis mejillas con el pelo y seguí caminando. Esto era malo. Muy, muy malo.

-Descansamos un rato y seguimos, ya hace una hora que caminamos sin rumbo.- dijo sentandose en una banca de la plaza. Lo imite, tratando de quedar lo más lejos que me lo permitía la pequeña e incómoda banca.

-Me gustas Aye- no, no, no.- y me gustaría que...

-No lo digas, no quiero escucharlo- dije rápidamente antes de que saliera esas malditas palabras de su boca. El me miró con una perfecta "o" en sus labios.

-¿Qué no diga que quiero que seas mi novia?- dijo el muy maldito. Un balde de agua fría. Maldición.

-Te odio, si. Seré tú jodida novia.- dije muy a mi pesar. Una promesa, aunque sea muy estúpida, es una promesa.

-Me odias, ¿pero si aceptas?- dijo confundido pero con una tonta sonrisa en su cara.

-No hagas que lo repita- dije, te odio Trinidad. Te odio.

El extremadamente odiable, ahora novio río a más no poder y se acercó a mí, pasando unos de sus brazos por mis hombros.

-Vaya, de verdad me gustas.- dijo mientras bajaba su cara para darme un beso en la boca, a lo que yo no deje que lograra, ya que le di un tremendo golpe en la cara. El abrió los ojos de una forma que me asustó por un momento, sobando su mentón.

-No me beses, no todavía, no me siento preparada. Perdón por el golpe.- dije de forma veloz un poco avergonzada, ¿Qué loca acepta ser novia de un chico y lo golpea cuando el se acerca a dar el primer beso? Definitivamente, yo.

El se removió mientras que reía, yo soy extraña, pero el no se queda atrás.

-Nunca has besado ¿no? Por eso esa reacción, no te asustes, no es nada, no vas a quedar embarazada por eso- dijo mirándome a los ojos, sus ojos son de un color miel, muy lindos, bajé mi vista y vi como sus labios estaban esbozando una gran sonrisa. Lo que dijo es muy vergonzoso.

-Si he besado antes- dije molesta- sólo que recién acepto. No soy una cualquiera, tienes que ganarte el beso- dije cruzando los brazos.

-No te preocupes, si nunca has besado, no tienes porque mentir bebé.

Me trató de mentirosa. De inesperta. Me dijo bebé. Definitivamente lo odio.

Y sin pensar ni un segundo, plante mis labios en los suyos y le di un beso que seguramente no olvidará en varios años, si es que algún día logra olvidarlo, el tardo en reaccionar, pero cuando lo hizo me sorprendió, sus labios eran tiernos, suaves, perfectos. Parecía que eran a la medida para los mios. Su mano se deslizó hasta mi nuca, haciendo que pequeñas olas de electricidad recorrieran mi cuerpo. Vaya. De verdad besa de maravilla. Cuando caí en cuenta que estaba haciendo me separé de golpe, empujandolo con mis manos. El me miró confundido, pero lo ignoré y sin decir nada salí corriendo a mi casa.

Eso no podía ser verdad.

Lo había besado.

Y me había gustado.

Este era el fin.

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Entre a mi habitación sin saludar y la cerré con llave, para recostarme en mi cómoda cama, de la cuál no debí salir.

¿Qué rayos fue eso?

Traté de ahogarme con la almohada. No lo logré. Lo admito. Eso fue tan tonto. Pero es que no podía ser. Por culpa de Trini estaba en este lio. Yo no queria. El no me gustaba. El algo tiene que no me convence. Muy pocas veces me equivoco cuando digo que algo raro tiene alguna persona. Y ese beso. Ese perfecto y repetible beso. Sin darme cuenta me estoy tocando los labios y lo dejo de hacer.

Grito contra la almohada, la golpeo, la muerdo. Todo es culpa de Trini. Y de el. Si no me hubiese dicho que no sé besar, no habría pasado. Maldito orgullo.

El teléfono vibra en el bolsillo trasero de mi short de jeans, lo desbloqueo y me sorprende que sea un mensaje de un número privado.

> Hermosa, hermoso tu pelo, tu cara, tú cuerpo. Hermosa forma de volverme loco. Tus besos el elixir para mantenerme vivo. Tuyo, Estefan.

-¿Qué?- grito y tiro sobre la cama el celular. ¿Es en serio?.

Esto parece una jodida broma.

Embarazo x dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora