No voy a mentir, fui una verdadera perra, no lo quería y se lo hacía saber, esquivando cada beso, no respondiendo sus mensajes y todas las cosas inimaginables e imaginables que cualquiera en mi lugar haría,pero lo llegue a querer, no como debía pero si como a un gran amigo... y la verdad se me hacia imposible renunciar a la relación, me daba miedo que sufriera por mi culpa. La verdad lo intenté hasta más no poder. Pero no, al corazón no se le puede decir a quien amar y a quien no.
-Amor te tengo una sorpresa, hoy hacen tres meses que estamos juntos y quiero demostrarte lo feliz que me haces- su radiante sonrisa me daba pena, tragué fuerte tratando de desatar aquel nudo en la garganta y se la devolví como pude, mientras él acariciaba mi mano haciendo círculos con el pulgar.-No me digas, ¿te volviste a olvidar que hoy es nuestro "cumple-mes"?- dijo a la vez que me largaba una mirada de reproche. ¡Dios! No tengo en contra a nadie que siga esas cursilerias, pero a mi me resolvían el estómago, y no de la buena forma.
-No Est, no lo olvide, pero recuerda tú que no le veo andar festejando meses... quizás tendríamos que esperar a cumplir un año para festejar. Si me quieres sorprender que no sea por un estúpido "cumple-mes"-rodé los ojos, se suponía que yo era la mujer y el hombre él.
-Pero amor ¿no estas feliz de estar un mes más a mi lado?- sonaba a afirmación, o eso es como yo lo veía, estos meses, tan pocos, fueron los más asfixiantes de mi vida, no le deseo a nadie esas ganas de querer respirar y no poder. Por su lado Trini había conocido a un chico, Matias, lo conocí, y la verdad no me gustó, no por lo físico, en eso era bastante atractivo, piel trigueña, ojos verdes, alto, y pelo negro con bucles, sólo que no era de fiarse según mi subconsciente, y creo que ya lo dije, pero no suelo equivocarme en esas cosas.
Su mano soltó la mía y se posó en mi rodilla subiendo distraidamente, pero yo tenía los ojos clavados en aquella mano toquetona, es más, pensé en contársela en trozos pequeños y darsela de comer a los gusanos, lo sé, exagero. Retiré su mano de mi muslo porque amenazaba a ir por más, y la entrelace con la mía, eso la mantendría quieta.
-Vamos a ir a un lugar a cenar Aye, te va a gustar- guiño un ojo.
-Está bien... te estaré esperando a las 19:00hs, ahora ve a tú casa así me voy preparando ya que son las 16:30 hs y necesito estar linda para vos- dije, era la única forma para lograr que se fuera y me diera espacio, por lo menos un par de horas.
-Bueno amor, te amo.- dijo levantándose de mi cama, yo le tiré un beso y vi como salía por la puerta. Necesito un par de días sola. Extraño eso.~~~~~
Lista, eran las 18:45 hs y ya estaba lista, pensé que tardaría más, sólo en 20 minutos ya estaba maquillada discretamente, llevaba unas converse negras y un enterito de jeans, mi cabello agarrado en un moño no muy prolijo pero lindo. Supongo que es algo informal. Son sólo tres estúpidos meses. Escucho el timbre de casa y salgo antes de que alguien más abra y se meta en mis asuntos, grito que vuelvo temprano y cierro. Estefan está apoyado sobre un auto que jamás había visto, un Palio color negro, al parecer es prestado ya que el no posee. El lleva puesto un traje, como leen, un traje color azul marino y una camisa blanca, se ve muy atractivo y en el momento me siento una desubicada por como voy vestida.
-Te ves hermosa- dice cuando estoy a su lado y me da un beso dulce en los labios,toma mi mano y me gira.
-Tú, esto, yo, me dejaste sin habla... voy a cambiarme.-doy media vuelta pero el me agarra suavemente el brazo y me atrae a el.
-Ni hablar, te ves hermosa, vamos que si no se va a arruinar la sorpresa.
Abre la puerta del copiloto para que me siente y cierra con cuidado la puerta, rodea el auto y sube a su lugar.
-Est, ¿De quién es este tremendo auto?
-De mi abuelo chiquita, el me lo presta cuando lo necesito.
Puso unos temas de Sin bandera, cursi, y hicimos el recorrido en silencio, yo miraba por la ventana distraida hasta que llegamos a un barrio...raro.
-Llegamos- no alcance a decir nada, se bajó, rodeo el auto y me abrió la puerta tendiendo su mano para ayudarme a bajar, estabamos frente a una casa linda, blanca, con grandes ventanales que seguramente de día ayudaba a tener una iluminación natural perfecta, a través de ellos se veía unas luces tenues provenientes de velas.
-¿Dónde estamos? Pensé que ibamos a un restaurante o algo por el estilo.- caminaba a su lado un poco confundida y otro poco dudando de entrar o no.
-No, eso es muy poco personal, yo queria que esta noche sea única.Ok, esto no me hace sentir muy segura. Igualmente entramos, una mesa con mantel blanco y velas de color rojo en un candelabro sobre ella y en varios sitios de ese comedor iluminaban de forma muy romántica el lugar, un cartel con corazones de color rojo con letras blancas y brillitos (cursi y demasiado femenino) ocupaba casi toda la pared con un "te amo, felices 3 meses y por muchos más", camine mirando todo con detalle, habían globos también rojo por toda la habitación, de pronto se empezó a escuchar música lenta, me giré a ver de donde provenía, el la había puesto desde unos pequeños parlantes colgados en la pared.
-Toma asiento princesa- movió el asiento y hice lo que me pedia, me sirvió salmón con salsa agridulce y de acompañamiento un mil hojas de papas. Tomamos vino y conversamos, pasamos un hermoso momento.Luego de la cena tomo mi mano y comenzamos a bailar, sus manos sobre mi cintura guiaban los pasos , parecía un sueño, al principio lo note demasiado, pero luego me relaje y me deje llevar por el buen momento. En todo momento su mirada estuvo en mí, hasta que me soltó y agarró suavemente mi cara y me beso lentamente,traté de separarme pero el beso se transformó en posesivo y un tanto agresivo, puse mis manos en su pecho para empujarlo pero me acorralo en la pared. No tenía escapatoria.
-Para- pedi suplicando, el bajo por mi barbilla hasta mi cuello y siguió besando y repartiendo pequeños mordiscos por todo mi cuello hasta llegar a los botones de mi enterito y empezo a desprender desesperado los botones- ya para, no quiero. BASTA.-Dije con un nudo en la garganta, no quería perder mi virginidad, había pasado una hermosa noche, pero no era el momento, no era la persona.
-Muñeca, déjate llevar, ahora tienes que darme tu regalo- dijo con una voz ronca que hizo que una corriente eléctrica recorriera mi espalda. Tenia miedo. Mucho miedo. Sus manos acariciaban bruscamente mis pechos una vez tuve el torso desnudo, me removi pero el no permitía que pudiera salir del acorralamiento. -QUEDATE QUIETA PENDEJA- grito de pronto y levantó la cara, me miro de un modo que nunca hubiera pensado de el, siendo tan dulce y amable me miraría, empecé a forcejear desesperada, hasta que sentí un gran golpe en mi mejilla junto con un calor en el lugar donde lo había recibido, y empecé a llorar desconsoladamente, pero el seguía desnudandome a pesar de mis fallidos intentos de que parara.
-Escucha bien Ayelen, hace tres meses que me ando aguantando y tratando de parecerte un principe y no me entregas nada a cambio, no pienses que todo en la vida es gratis bebé, voy a bajarme el pantalón y vas a hacerme sentir placer, y si no llegas a cumplir mis expectativas, voy a tener que tomar tu virginidad nena. Debes pagarme todo lo que he hecho por ti. Ninguna se me habia resistido tanto tiempo- sus manos bajaron hasta su cremallera y empezó a bajarla, quizás fueron segundos, pero para mi fue eterno, yo lloraba e intentaba buscar una salida.
-Amor-dije de un modo dulce- no quiero que sea así, por favor, esperame un poco más.- el lanzó una estruendosa carcajada mientras dejaba a la vista toda su masculinidad.
-Ahora soy tu amor ¿ah? Estoy cansado de tu desprecio muñeca, es hora de que una buena noche te enseñe como ser un poco menos...
No lo deje terminar, le pegué con todas mis fuerzas en su "coso" con mi rodilla, eso debe haber dolido como el infierno, cuando se agachó por el dolor le pegue nuevamente pero esta vez en la cabeza y salí de esa casa corriendo y media desnuda, no podía pensar en eso en ese momento, lo único que quería es estar lejos de ahí lo más pronto posible, mi cabeza dabas vueltas y mi respiración se empezó a dificultar cada vez más, maldito vicio, debía dejar el cigarrillo. Corrí y corrí, hasta que me encontré cerca de mi casa, acomodé mi ropa, la cual en el transcurso y una vez me encontré a una distancia importante habia abrochado los botones como pude mientras seguía mi camino corriendo. Mi corazón parecía a punto de salir de mi pecho y mis ojos amenazaban desbordar más lagrimas, busque mis llaves en los bolsillos, respiré profundo y entre, ya eran las 3:00 hs, todos dormían, subí a mi habitación y me metí con ropa y todo a la ducha, una hora después salí y me metí en mí cama,en posición fetal y temblando aún de miedo. El celular vibraba sin parar, como todo ese tiempo desde que sali de aquella casa, Estefan llamaba sin parar y dejaba mensajes de voz, opté por apagarlo y tirarlo a un lado de la cama, me puse en posición fetal y lloré, lloré todo el resto de la noche, y desee que mis recuerdos fueran como el celular y pudiera apagar o borrar aquello que marca y... duele.
Sin dudas. Esa noche fue inolvidable.
ESTÁS LEYENDO
Embarazo x dos
Teen FictionDos amigas, destinadas a ser madres adolescentes. Diversión, amor, penas y más en esta historia llena de sensaciones. ¡Espero la disfruten! ♥♥♥♥