4 «Sonrisas, sonrojos y suspiros»

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Les mentiría si les dijera que Lauren y Camila pensaban la una en la otra todo el tiempo.

En realidad, Camila trataba de no hacerlo.

Estaba asustada.

Asustada de tener sentimientos hacia una chica.

Cada vez que se acordaba de Lauren sonreía y le daban ganas de ir con ella y conocerla.

De ir con ella y tomarla de la mano.

De ir con ella y besarla.

Pero Camila, asustada, desechaba todo eso de su mente.

Si estaba claro para ella que Lauren le había gustado de sobre manera, pero no quería continuar, no era "correcto".

Lauren, al recordar a Camila, sentía esas cosquillitas dentro de ella y sonreía bobamente, sonreía tanto que tenía que cubrirse la cara porque sentía que sus mejillas se ponían de un rojo carmín, se cubría la cara porque eso es lo que haces cuando sientes algo te frustra.

Lauren estaba frustrada porque quería ir con Camila y conocerla.

Pero pasaron los días, se veían en receso y a veces entre clases, pero ninguna de las 2 se hablaba.

Camila le sonreía y después bajaba la mirada y seguía caminando sin dejar de sonreír, cosa que hacía sonreír más a Lauren por el hecho de hacerla sonreír.

A veces, era ella la que bajaba la mirada porque sentía sus mejillas arder y el sentir que sus mejillas ardían de rojas, hacía que se sonrojara más.

Pero ninguna dijo nada.

Solo eran sonrisas, sonrojos y suspiros.

Camila suspiraba por milésima vez por Lauren cuando estaba en su librería favorita, después de clases, buscando un libro romántico.

Pero se desvió para los libros de ficción.

Ella no era de observar a nadie cuando entraba en ese lugar, literalmente, al entrar, su mirada se posaba en todos los libros que había allí.

Vió un libro que llamó su atención: "El Bosque De Los Corazones Dormidos" de Esther Sanz.

Lo agarró y observó la portada y la contraportada con una sonrisa, iba a suspirar de nuevo, de hecho, desde que Camila conoció a Lauren, su día se basaba en puros suspiros.

Estaba decidiendo si comprarlo, o seguir viendo los libros y decidirse por otro, pero quería comprar ese, había llamado su atención de sobremanera.

Caminó con el libro entre las manos siguiendo viendo los demás pero chocó con alguien.

Camila, subió su mirada hacia la chica con la que había chocado.

Lauren, volteó su mirada hacia la chica que había chocado con ella.

Ambas, con cara molesta, pero al verse e identificarse, se quedaron sorprendidas y no me refiero a que ambas con la boca por los suelos y los ojos como platos.

Ambas, con la boca cerrada y los ojos ligeramente abiertos de más, tensas y llenas de nerviosismo al haberse topado tan de cerca.

- Hola Camila... - dijo Lauren con voz titubeante - no esperaba encontrarte aquí - sonrió con nerviosismo, pero esa, ha sido una de las sonrisas más sinceras que Camila recibió en su vida.

Prejuicios (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora