What if I?

Accidentes no tan accidentales

Flashback

Lucy se acerca con prisa al chico. No sabe si está en lo correcto pero qué más da, era ahora o nunca. No se había puesto ese vestido y había ido a esa fiesta de adolescentes promiscuos para estar sentada y aburrida.

— Hola —saluda ella tocando el hombro del chico.

— Hola —saluda él dándose la vuelta para ver quién lo llamaba.

— Soy Lucy.

— Sé quien eres —la interrumpe el rubio—, Tenemos deporte juntos.

— Si —comenta la castaña sorprendida al ver que aquel chico con el cual soñaba supiera de su existencia.

— Soy Jason —se presenta dándole la mano a Lucy.

— Ya lo sabía —comenta la castaña divertida pero luego agrega—, No es como que te acose ni nada es que ya vez, con eso del pase de lista, es difícil no...

— Ya entendí —la interrumpe él divertido. 

Ambos quedan en silencio y ella balancea su peso con los talones de sus pies mientras mira el lugar curiosa. 

— Y... ¿te diviertes? —pregunta Lucy intentando hacer conversación. 

— De hecho, no —contesta él—, ¿Quieres...no se...bailar?

— ¡Sí! —contesta apresurada Lucy—, Es decir, sí, no tengo nada más que hacer.

Jason sonríe divertido a Lucy e intenta buscar su mirada pero ella suelta un risa nerviosa mirando hacia el suelo. 

Jason toma de la mano a Lucy y la guía hasta la pista de baile.

— ¿Segura que no quieres ir por un trago mejor? —pregunta el chico mirando a la castaña quien lucía algo nerviosa.

— No —le dice ella—, Estoy bien, ¿crees que eres el único que tiene sus movimientos?

Jason mira a la castaña divertido y asombrado.

— De acuerdo, señorita Jones —bromea él abriéndole paso a Lucy—, Demuestra lo que tienes. 

Fin del flashback

Me he preguntado si tal vez imaginé lo de la señora, si todo en realidad nunca pasó, que era mi manera de superar a Jason pero no, sería muy raro, es decir, son demasiadas coincidencias y me pregunto si de hecho lo son.

— ¿En serio tengo que llevarlo? —pregunto a mi madre enojada—, Él tiene manos y pies, que se vaya solo.

— ¡Exacto! —exclama Mike estando de acuerdo conmigo—, No necesito ser humillado por mi hermana.

— ¿Yo, humillación? —pregunto ofendida—, Habla el rey de los espectáculos, de hecho, deberíamos llevarte a un circo, Mike, así por fin todos sabrían que...

— ¡Cállate! —me grita él interrumpiéndome.

— Cállame cuando me mantengas.

— Chicos —interviene mamá separándonos a ambos, ya que estábamos a nada de comenzar a lanzar golpes—, No voy a cambiar de opinión.

— ¿Por qué? —preguntamos Mike y yo al unísono.

— Porque no —contesta ella.

Mike y yo suspiramos frustrados.

— Yo no lo voy a llevar —informo encogiéndome de hombros.

— Si lo harás —me ordena mi madre cruzándose de brazos.